Una de las más relevantes edificaciones de La Habana Vieja es la que se localiza en Oficios, entre Amargura y Churruca,. Se trata de  la Basílica menor de San Francisco de Asís, donde el  cuatro de octubre de 1994 se inauguró una sala de concierto dedicada a la música coral y de cámara.

Se da como antecedente del nacimiento de la iglesia y el convento de San Francisco de Asís  la fecha del 18 de enero de 1575, cuando el Cabildo habanero otorgó poderes a Fray Francisco Jiménez para que solicitase licencia de creación de un monasterio para esa Orden en la ciudad.

El 11 de junio de 1579 se situó una cruz en el lugar tomado en posesión por los padres franciscanos y doce años después concluyó la edificación de su convento e iglesia. 

En 1719 ante problemas que presentaba fue demolida la capilla mayor, y se inició entonces la reconstrucción de la edificación, pero esto se dilató por la  falta de fondos.

Ya en 1739 el templo, por la magnificencia de su espacio interior, se convirtió en el preferido de la sociedad habanera.

Tras ser promulgadas en España en 1842 las leyes desamortizadoras de los bienes del clero, comenzó un largo período de transformaciones en el edificio, que trajo como consecuencia la desaparición de incontables valores que allí se atesoraban. 

El inmueble fue destinado a almacén, depósito de la Aduana de La Habana y Casa de Correos.

En 1846 como consecuencia del azote de un ciclón la edificación sufrió daños, incluso fue destruida una estatua de Francisco de Asís localizada en la parte superior de la torre del campanario.

Hacia 1850 fueron demolidos el ábside, el crucero y la cúpula de la Iglesia, debido al mal estado en que se encontraban.

Más de un siglo después, exactamente en la etapa inicial de los años ochenta en la pasada centuria, empezaron a realizarse  estudios que  condujeron a las obras de remodelación del otrora convento e iglesia.

Incluso durante las excavaciones realizadas fueron descubiertas algunas criptas y diversos objetos, que contribuyeron a develar nuevos detalles acerca de su historia. 

La gran excavación de 1993 demostró la función funeraria de las iglesias al quedar descubiertos numerosos enterramientos, sobre todo, de personas que habían fallecido como consecuencia de epidemias.

Después de una gran restauración, entre 1992 y 1995, que logró rescatar elementos originales del edificio, se creó el Museo de Arte Sacro en áreas del otrora convento. Se inauguró  también el cuatro de octubre de 1994.

Expone colecciones de pintura religiosa con obras procedentes de toda Hispanoamérica y hallazgos arqueológicos, efectuadas en el propio convento a principios de la década de los 90 del siglo XX.