Enrique de la Osa y Perdomo fue un notable periodista cubano, que llegó a dirigir, durante varios años, la prestigiosa revista Bohemia.

Resultó considerado como uno de los grandes del periodismo en Cuba durante el siglo XX.

También fue poeta y profesor, y desarrolló una importante actividad política.

Él falleció en La Habana, el 14 de junio de 1997. Sus restos descansan en el Panteón de las Fuerzas Armadas de la Necrópolis de Colón.

Nacido en el poblado de Alquízar, el 23 de febrero de 1909, cursó la enseñanza primaria en escuelas públicas de su poblado natal y después ingresó en el Instituto de La Habana.

No llegó a realizar estudios universitarios, pero si adquirió una vasta cultura, en forma autodidacta.

Publicó en 1926 su primer artículo, una semblanza sobre León Trostky, en la Revista El Estudiante.

Dos años después, fundó y dirigió una publicación identificada como Atuei, de la que solo aparecieron seis números. Fue clausurada por el dictador Gerardo Machado.

Seguidamente colaboró con Alma Mater, revista que había sido fundada años atrás por Julio Antonio Mella.

Publicó un artículo titulado Dictador, si dictador. Esto hizo que tuviera que exiliarse en México y allí escribe en Cuba Libre, otra publicación fundada por Julio Antonio Mella.

En la década de los años 30, en la pasada centuria, dirigió varios semanarios y también fue corrector de estilo en el periódico El Mundo.

Su vocación de justicia lo llevó a crear la sección obrera del periódico Unión Nacionalista.

Trabajó en el semanario Futuro, el cual tuvo relación con la revista Joven Cuba, creada por Antonio Guiteras.

Por esa etapa, fungió como redactor de la sección internacional de la revista Grafos y laboró en el periódico Oriente, de Santiago de Cuba.

En 1940, obtiene un premio periodístico en ocasión del centenario del Archivo Nacional de Periodistas, a celebrarse al año siguiente.

El 4 de julio de 1943 fundó y dirigió, en la Rrevista Bohemia, la sección "En Cuba”, que sobresalió por la calidad y audacia del periodismo de investigación y el apego a la verdad al hacer referencia a hechos de la actualidad nacional.

Bajo su dirección fue una escuela de importantes periodistas cubanos y una referencia para diferentes publicaciones a lo largo del tiempo.

También fue profesor de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, desde 1960 hasta 1971, aunque entre 1963 y 1965 simultaneaba esa responsabilidad con la de director del diario Revolución.  Por la obra de la vida, se le otorgó, en 1992, el Premio Nacional de Periodismo José Martí, de la Unión de Periodistas de Cuba.