JOSEFINA MÉNDEZ
Catalogada como una de las cuatro joyas del Ballet Nacional de Cuba, Josefina Méndez, fue Primera bailarina y Maitre de esa prestigiosa agrupación danzaría de Cuba. Su fallecimiento ocurrió en La Habana el 26 de enero del 2007.
Su nacimiento también había tenido lugar en la capital cubana el 8 de marzo de 1941.
Empezó cuando tenía siete años a recibir sus primeras lecciones de ballet en la Escuela de la Sociedad Pro-Arte Musical y los continuó en la Academia de Ballet Alicia Alonso, bajo la dirección de Alicia y Fernando Alonso, quienes fueron descubriendo en ella un inmenso mundo interior que la inclinaba a lo romántico.
Bailarina de amplio diapasón, fue además una consumada estilista. Su baile puso de relieve una nueva y completa escuela de ballet, la cubana.
En 1964 en el primer Concurso Internacional de Ballet, en Varna, Bulgaria, obtuvo medalla de bronce y después en el segundo medalla de plata, respectivamente; en Francia en 1970 recibió junto al Ballet Nacional de Cuba el Grand Prix de la Ville de París, y la Estrella de Oro.
Resultó merecedora del Premio Internacional de Arte Sagitario de Oro, en Italia, en 1976, y en Polonia se le otorgó, en 1981, la Medalla de Honor en el Festival de Ballet de Lodz.
Josefina Méndez, quién con su elegante y majestuosa presencia escénica, su dominio de la gran tradición romántico-clásica, su desenvoltura en los roles modernos, resultó ser una artista invitada en diversas compañías del mundo.
Su carrera profesional comenzó el 27 de marzo de 1955 cuando integra el grupo de "napolitanos" en el tercer acto de El lago de los cisnes, puesta en escena del Ballet Nacional de Cuba.
Ingresó en la más importante compañía de ballet cubana en los años cincuenta, y ya en los sesenta era Primera Ballerina de esa agrupación.
La labor de Josefina Méndez estuvo indisolublemente unida a los grandes triunfos del ballet cubano durante más de cinco décadas.
Se presentó con el Ballet Nacional de Cuba en medio centenar de países de América, Europa y Asia, y como Artista y Maître Invitada de prestigiosas agrupaciones y festivales danzarios extranjeros.
Por su destacada trayectoria artística en Cuba se le confirieron significativos reconocimientos, entre ellos la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier, el Premio Anual del Gran Teatro de La Habana, la Orden Félix Varela, el Doctorado Honoris Causa en Arte y el Premio Nacional de Danza en el año 2003.
Josefina Méndez fue dueña de una elegancia absoluta, de una técnica irreprochable y de un talento dramático y por todo ello se hizo acreedora del cariño y el reconocimiento tanto del pueblo cubano como de múltiples hombres y mujeres en diferentes partes del mundo.