Teresita Fernández fue una singular compositora e intérprete cubana. Falleció en La Habana  el 11 de noviembre del 2013. Su nacimiento tuvo lugar el 20 de diciembre de 1930, en Santa Clara,  en el seno de una familia relacionada con  la música y  con las artes en sentido general.  Su madre, incluso, dirigía una academia de música de su propiedad e impartía clases en la Normal de Maestros de Santa Clara.

Teresita Fernández aprendió desde los quince años a tocar la guitarra, mientras estudiaba en la escuela normal.  Con posterioridad entró en contacto con trovadores, entre ellos, las hermanas Martí. Después también se relacionó con Ignacio Villa, Bola de Nieve, y otros destacados artistas quienes mucho la ayudaron.   Tras producirse en Cuba en 1959 el triunfo de la Revolución alternó sus funciones de maestra con algunas presentaciones artísticas.   Ignacio Villa, Bola de Nieve,  llegó a presentarla en el restaurante el Monseigneur, en La Habana.  Luego se presentó en otros lugares como en programas de radio y de  televisión así como en salas de teatros.

Como compositora Teresita Fernández  tuvo particularmente una gran sensibilidad por los  niños a los que dedicó muchas de sus creaciones. Además en varias de sus obras está presente el tema de la naturaleza y los animales. Precisamente una de sus más populares creaciones está dedicada al gatito Vinagrito. Teresita Fernández  quién llegó a afirmar  que la vida es la gran maestra de todas las cosas y que la canción es realmente el sitio donde ella reflejaba sus experiencias y estado de ánimo.  Ella siempre cantó obras suyas.

A partir de 1968 comenzó a realizar giras y presentaciones en diferentes lugares de Cuba y a cantar ante auditorios diversos, en plena campiña, en campamentos de trabajadores que participaban en los cortes de  caña y en otras labores agrícolas.  También durante años contó con una peña en el Parque Lenin de la capital cubana. En el 2009 por la trascendencia de su labor se le confirió el Premio Nacional de Música.  En un poema titulado “Puede ser” Teresita Fernández  reflejó  la preocupación que sintiera  al pensar si le alcanzaría la vida para hacer todo lo soñado.  En ese poema ella afirmó:

Puede ser que yo muera 

Sin haber alcanzado

Mi verdad más profunda,

Porque yo se que amé

Con amor sobre humano 

Y en la nunca lograda respuesta

Quizás logré traspasar la puerta

Con la palabra amor.

Puede ser que yo muera

Sin haber alcanzado

Mi verdad más perfecta

Pero yo sé que fui la recta

Intención de ser antes que nada

Un corazón

Y puede ser que así sin verdad

Ni profunda ni perfecta

Yo logre traspasar la puerta

Con la palabra amor.