Fresco y eterno, Camilo vive
En el instante de la rosa blanca cayendo al mar, en todos los momentos en que una mano lanzó este 28 de octubre -y en otros días similares- una flor para rendir tributo a Camilo Cienfuegos, se condensa el cariño, el orgullo que los cubanos sienten por contar, entre las leyendas patrias, a un hombre como el Señor de la Vanguardia.
Es lo que contó una vez otra guerrillera inmensa, Vilma Espín, al maestro del periodismo Guillermo Cabrera Álvarez: “Camilo es una figura legendaria, es la idea que yo tengo de Camilo, hasta de su mismo nombre nada común, lleno de fuerza y de poesía al mismo tiempo. Si nosotros inventáramos un nombre para un personaje de leyenda le podríamos poner el nombre de Camilo Cienfuegos”.
“La misma muerte de Camilo, perdido en el mar, la manera de conmemorarla, echando una flor al agua y todas aquellas, sus hazañas, son acciones de leyenda”.
Este lunes en la tarde -para volver a ese homenaje tan único como único fue Camilo en su modo de ser y de combatir- tuvo lugar una jornada de homenaje que, encabezada por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, tuvo su comienzo con un acto en la explanada de la Plaza de la Revolución.
Fue allí donde también se encontraban otros dirigentes del país y de la ciudad, combatientes, trabajadores de todas las edades, estudiantes y niños, para recordar al cubano que unía el sentido alegre de la vida con la responsabilidad ante el cumplimiento del deber.
El arte acompañó el homenaje: “Por qué cantamos”, versos musicalizados de Mario Benedetti, fueron escuchados en la maravillosa voz de la solista Danaysi Brito Hernández; y en otro momento lucieron su júbilo los jóvenes de la compañía Habana Compás Dance.
Después de la canción, y antes de la danza, Yanela Ávila Jardines, estudiante de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de Capdevila en La Habana, subió al podio para hablar de las cualidades de Camilo. Y entre ellas, habló de su fidelidad a Fidel y al pueblo; de su gran capacidad para la acción y para el pensamiento.
La joven afirmó que Camilo está presente en cada cubano que hoy se entrega con todas sus fuerzas a la recuperación del país, siempre pensando en el beneficio de todos. Y aprovechó la tribuna para denunciar que el mundo -con las agresiones que comete Israel en la región del Medio Oriente, especialmente contra Palestina- está “siendo testigo de un horrendo crimen de lesa humanidad”.
El acto tuvo como palabras finales las pronunciadas por la Primera Secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Meyvis Estévez Echavarría, quien resaltó que “Camilo siempre ha sido imprescindible”, y que ahora, más que nunca, lo sentimos presente. Ella recordó la filosofía de ese gran luchador, según la cual “rendirnos nunca será una opción posible”.
No seríamos consecuentes con él, reflexionaba la dirigente juvenil, si perdiésemos el optimismo, porque -como también ella dijo- Camilo era un hombre que amaba las tareas difíciles.
Meyvi convocó a la marcha popular que, encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, avanzó por la Avenida Boyeros, siguió por la calle G, y llegó hasta el malecón habanero para hacer ese homenaje tan particular que todos los 28 se le rinde al Señor de la Vanguardia.
Tiene mucho de poesía, como decía Vilma, eso de ir al mar para recordar a un hombre que, desmarcado de todo pedestal, vive en la memoria de los cubanos, nace en esa memoria desde el momento en que una trabajadora de círculo infantil invita a sus niños a exclamar: “Qué larga la barba, qué grande el sombrero.//Y tú que valiente, Camilo Cienfuegos…”.
“Joven padre”, lo llamó nuestro poeta Nicolás Guillén en unos versos. Esa es mezcla hermosísima de frescura y eternidad, definición que brilla en estas horas de combate para Cuba. Y la magia no está solo en la manera tan legendaria de irse, sino en algo que Fidel enunció y que explica el lugar que Camilo ocupa en el corazón de tantos: “Salió del pueblo”.
Cuando el Comandante en Jefe enunció que “en el pueblo hay muchos Camilos”, quiso decir que la épica de un combatiente como él se replica y expande; y para orgullo y fortuna -para no romper la línea de la historia que nos ha traído hasta aquí-, así será mientras más desafiantes sean las circunstancias.
(Tomado de Presidencia Cuba)
Fotos: Alejandro Azcuy Domínguez/ Presidencia Cuba