Efemérides habaneras. 22 de junio
1850. Fallece en La Habana Francisco Covarrubias.
Sobresalió en Cuba en la primera mitad del siglo XIX por su labor como actor y escritor de obras de teatro. Su nacimiento tuvo lugar en La Habana el cinco de octubre de 1775. Recibió desde pequeño una esmerada educación.
Estudió latín, filosofía, cirugía, anatomía y medicina. Como médico cirujano trabajó en un ingenio azucarero, pero ya desde que tenía 25 años se sintió cautivado por el teatro y esto hizo que finalmente decidiera abandonar la medicina y dedicarse por entero al desarrollo de la vida artística.
Con posterioridad tuvo la posibilidad de presentarse en diferentes teatros cubanos. Tal fue su aceptación en la escena que llegó a convertirse en el actor más popular de su época.
Francisco Covarrubias igualmente dio su aporte al desarrollo del teatro cubano en su condición de autor. Escribió una serie de sainetes que alcanzaron gran popularidad.
Se retiró oficialmente de las tablas en 1847 y casi tres años después se produjo su fallecimiento.
Se le considera en la historia de esta manifestación artística como la figura emblemática de la escena cubana, así como el creador del teatro vernáculo en el país e iniciador del costumbrismo en la literatura cubana.
Fue el actor más popular del teatro en Cuba en el siglo XIX.
Acerca del aporte realizado por este actor y creador el investigador y crítico Helio Orobio, detalló que gracias a Covarrubias se habló en cubano en nuestra escena.
1862. Fallece en La Habana el destacado pedagogo y pensador cubano José de la Luz y Caballero.
Su nacimiento tuvo lugar el 11 de julio de 1800.
Estudió en el Seminario San Carlos y fue alumno de Félix Varela. Después en la citada institución, entre 1824 y 1828, desempeñó la cátedra de Filosofía. Seguidamente estuvo tres años en Europa y a su regreso a Cuba asumió la dirección del colegio San Cristóbal en La Habana. También impartió clases en el convento de San Francisco. Entre 1835 y 1842 ocupó responsabilidades en la Sociedad Económica de Amigos del País.
Luchó entonces por incrementar la instrucción pública al publicar artículos de carácter histórico y además divulgó la vida y labor de autores literarios cubanos. Consideró que la enseñanza debía proporcionar junto con la instrucción de los seres humanos, convicciones morales, patrióticas e ideológicas, así como respeto a la belleza en sus diversas manifestaciones e incluso hábitos higiénicos. Su concepto acerca de la educación se basó en la participación activa de los alumnos y en realidad le concedió gran importancia a la atención de las necesidades y motivaciones de los niños.
Fue capaz de impartir diversas asignaturas de ciencias y letras y siempre trató a todos sus discípulos y con quienes se relacionaba, en sentido general, con sencillez y cordialidad.