1888. Nace en el barrio de Jesús María en La Habana Ignacio Piñeiro Martínez.

Resultó influido desde la etapa de su niñez por diversos rituales de origen africano. También estuvo en contacto con la rumba, incluso alcanzó gran fama como rumbero natural. En 1906 Piñeiro formó parte de la primera agrupación de claves y guaguancó llamada El Timbre de Oro en la que se inició como decimista. Puede decirse que con esta agrupación comenzó su triunfal carrera artística. En 1926 en unión de María Teresa Vera fundó el Sexteto Occidente.

Después estuvo en el Sexteto Nacional y en este grupo además de estar a su cargo la dirección tocaba el contrabajo. Se caracterizó por una recia personalidad y ello impregnó la fecunda inspiración que lo caracterizara. Se ha afirmado que del son oriental tomó el estribillo, de la guajira tradicional no bailable extrajo la métrica, la décima y luego le puso la salsa del guaguancó. Su música se hizo popular a nivel internacional. Entre sus más celebres creaciones musicales se encuentran las tituladas Esas no son cubanas en la que destaca las características que distinguen a las mujeres de Cuba.

Su fallecimiento ocurrió en La Habana el 12 de marzo de 1969.

1889. Nace en La Habana, Jorge Brodermann Vignier.

Inicialmente estudió en la Escuela de Artes y Oficios donde se graduó de constructor civil. Después en la Universidad de La Habana alcanzó el título de Ingeniero Civil y Arquitecto. Por su quehacer en 1918 fue nombrado ingeniero jefe de la Comisión del Mapa Geológico de Cuba, obra donde participaron un grupo de científicos. Ese mismo año había sido electo presidente del Colegio de Arquitectos de La Habana. Tiempo después en 1946 se desempeñó con igual responsabilidad en la Sociedad Cubana de Ingenieros. Fue miembro de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. De igual forma, fue socio titular e la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey, así como miembro de la Sociedad Micropaleontológica del Museo Americano de Historia Natural y otras sociedades científicas nacionales y extranjeras.

Fue autor de más de medio centenar de trabajos relacionados con temas propios de sus disciplinas profesionales, entre los que se destacaron los relacionados con la posible existencia de petróleo en la zona del norte de La Habana y en Madruga.

Falleció en La Habana el 1 de junio de 1968.

1987. En la barriada de Párraga en La Habana se abre al público el Museo Hurón Azul.

Se localiza en lo que fue el domicilio y taller del pintor y novelista cubano Carlos Enríquez Galope. La vivienda que acoge en la actualidad a este museo fue construida en el año 1939. Tenía semejanza con una estación de trenes en Pensylvania, que el artista había visitado en uno de sus viajes a los Estados Unidos. El sugestivo nombre de este museo se debe a un hurón que Carlos Enríquez clavó sobre la puerta de entrada de su vivienda. Fue teñido con azul de metileno para que armonizara con el color de las puertas y ventanas. El roedor había sido un regalo de un artista amigo suyo. A este lugar acudió gran parte de la intelectualidad habanera de la época.

En el Museo Hurón Azul hay objetos personales y obras de Carlos Enríquez. Impresiona por sus dimensiones la pared que rodea la chimenea y El mural de las bañistas, con un fuerte toque de sensualidad y erotismo. Igualmente se distingue en el Museo los fantasmagóricos pasos marcados en la escalera, que le da un aire místico a la atmósfera que rodeó al artista en este oasis apartado de la ciudad.

Una de las obras más importantes de la pintura cubana es el Rapto de las mulatas, concebida por este artista en 1938.