Efemérides habaneras. 19 de mayo
1861. Se crea la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.
Fue la primera institución fundada en Cuba que agrupó en el siglo XIX a las personalidades de las ciencias más distinguidas en las diversas ramas del saber humano.
Fue presidida durante más de 30 años por su promotor y fundador el doctor Nicolás José Gutiérrez.
Su creación estuvo animada por el afán de hacer comprender al mundo que los cubanos se encontraban ya en condiciones de impulsar el desarrollo de las ciencias.
Este fue el escenario propicio donde expusieron y debatieron sus trabajos científicos figuras relevantes como Carlos J. Finlay, Felipe Poey, Luís Montané y otras personalidades.
Entre sus integrantes se encontraban los doctores Pedro Calvo Castellanos, Oscar Amoedo Valdés, Andrés G. Weber Torres, Ismael Clark Mascaró, Marcelino Weiss Gramatges, Federico Poey Aguirre, Rafael Biada Dini, Mario Martínez Azcue y Carlos A. Crinar García.
1895. En la zona de Dos Ríos, al oriente de Cuba cuando daba su contribución al desarrollo de la lucha por la independencia de su querida tierra natal se produjo la caída de José Martí. Tenía entonces 42 años.
Él había nacido en La Habana el 28 de enero de 1853. Tuvo una vida breve pero fecunda. Desde la etapa de su adolescencia cuando residía en La Habana patentizó sus sentimientos patrióticos. En 1869 creó un soneto titulado Diez de Octubre en el que destacó la trascendencia de la guerra por la independencia de Cuba que se había iniciado el año anterior en la zona oriental del territorio cubano.
También en La Habana con posterioridad sufrió prisión y la realización de trabajo forzado por sus convicciones patrióticas. En 1871 resultó deportado hacia España.
Retornó a La Habana de manera oficial en agosto de 1878 pero en septiembre del año siguiente nuevamente fue detenido y deportado otra vez hacia España. Entonces ya no volvió a residir ni siquiera visitar La Habana.
Martí además de sus cualidades como patriota, igualmente sobresalió como un hombre que fue capaz de realizar un significativo aporte en el campo de la cultura.
Como periodista y escritor dejó un legado de inapreciable valor.
1926. Fue creada en La Habana la Academia Cubana de la Lengua.
Esta institución tiene como objetivos estudiar la lengua española y velar por su pureza, propiedad y esplendor en Cuba, así como estudiar la vida, desenvolvimiento y modalidades de la lengua española en el país en todos sus aspectos, lexicográfico, fonético y semántico.
Desde su fundación se integraron a la institución poetas, publicistas, novelistas, juristas e historiadores.
Antes del triunfo de la Revolución en 1959 la Academia carecía de apoyo económico y reconocimiento público, así como no contaba con una propia sede lo cual pudo provocar su desaparición. Gracias al apoyo de personalidades que la representaron lograron preservarla. Una de las figuras que más trabajó en ese sentido fue la escritora Dulce María Loynaz.
En la actualidad la Academia de la Lengua tiene su sede en el Edificio Santo Domingo en el Centro Histórico de la ciudad.
1958. Es asesinado en La Habana en el edificio del Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC) el joven santiaguero organizador de la lucha clandestina en Oriente y La Habana Oscar Antonio Lucero Moya.
Su nacimiento tuvo lugar el 30 de abril de 1928 en la zona del ingenio azucarero conocido como Miranda, en la entonces provincia de Oriente.
Cuando se produce el golpe de estado del 10 de marzo de 1952, evidenció de inmediato su inconformidad con este hecho. Se incorpora primero a la agrupación Acción Liberadora y posteriormente al Movimiento 26 de Julio.
Muy pronto se destaca por su capacidad organizativa y valor. Desarrolló inicialmente una activa labor en la provincia de Oriente. Después en La Habana fue uno de los máximos dirigentes de la lucha clandestina.
A finales de abril de 1958 resultó detenido y durante más de 20 días fue sometido a crueles torturas para tratar que él informara acerca de sus compañeros de lucha. Con entereza el joven revolucionario mantuvo el silencio por respuesta.