Calificada como la Pequeña Aché Merceditas Valdés fue una prestigiosa  cantante que también resultó catalogada como la reina de la música afrocubana. Su fallecimiento se produjo en La Habana el 13 de junio de 1996. Nacida también en la capital cubana, el 14 de octubre de 1928 con el decursar del tiempo  contribuyó en forma notable  en todo lo referido a la divulgación de la música y las tradiciones de procedencia africana.

Sus orígenes desde el punto de vista artístico se encuentran relacionados con la barriada de Cayo Hueso, zona en la que nació. Ella  asimiló desde pequeña los pregones, cantos y rezos que escuchaba cuando asistió acompañada de su madre a las célebres procesiones que se realizaban en el barrio de Regla. 

Desde niña quiso ser artista y eso se hizo realidad cuando logró presentarse  y triunfar en un programa de aficionados de la radio, La Corte Suprema del Arte. Ganó el primer premio con las interpretaciones de las creaciones tituladas Babalú Ayé, La Negra Mercé y El Churrero. Algún tiempo después, en 1944, participó en el primer programa de música yoruba que se trasmite en Cuba, en Radio Cadena Suarito.

Precisamente al escucharla el destacado etnólogo cubano Fernando Ortiz le solicitó que colaborase con él ilustrando sus conferencias y seminarios sobre temas afrocubanos que ofrecía en la Universidad de La Habana y otros  centros. Fernando Ortiz considero a Merceditas Valdés al conocerla  como  un diamante bruto y después llegó a calificarla como la Pequeña Ache al hacer una reflexión sobre su estatura corporal y a la suerte que le deparaba la vida en correspondencia con sus cualidades desde el punto de vista artístico.

Merceditas Valdés en 1946 grabó su primer disco de larga duración. Su título fue Toques de Santos.   Ella igualmente fue una de las primeras artistas cubanas en participar en una grabación con los toques, cantos y rezos africanos, acompañada de los tambores Batá, dirigidos por Jesús Pérez. Actuó  en 1951 en la Rapsodia Negra, dirigida por el prestigioso músico cubano Enrique González Mantici.

Además, integró la compañía de Ernesto Lecuona con la cual realizó varios viajes al extranjero. Posteriormente participó con éxito en programas de radio y televisión  y formó parte de espectáculos que se presentaron en Cuba y en otros países. Llegó a actuar en los más prestigiosos centros nocturnos de Cuba, entre ellos el cabaret Tropicana. 

Triunfó a finales de la década del cincuenta en los Estados Unidos al haber sido la primera mujer que ofreció un concierto acompañada con tambores batá en el Carnegie Hall de Nueva York. Su actuación fue secundada igualmente por una orquesta de 80 músicos, dirigida por Gilberto Valdés. Merceditas Valdés tuvo un amplio y variado repertorio ya que fue capaz de interpretar pregones, canciones de cuna, guarachas, guaguancó y por supuesto sus queridos cantos y rezos afrocubanos. 

Como reconocimiento a su larga y fecunda trayectoria artística recibió múltiples premios y condecoraciones, entre ellos uno que le fuera conferido en 1996 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO.