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publicado el 18/04/2024

Aniversario 205 de un gran símbolo para Cuba: Carlos Manuel de Céspedes

Calificado como “El Padre de la Patria” Carlos Manuel de  Céspedes, cuyo nacimiento se produjo el 18 de abril de 1819 en la ciudad de Bayamo, constituye una de las figuras relevantes de la historia de Cuba.

Fue el iniciador de la guerra por la independencia  el 10 de octubre de 1868.

José Martí, quién fue años después continuador de su labor en aras de tratar de alcanzar la independencia de Cuba, hizo referencia a él en discursos y en un trabajo publicado en Nueva York en 1888 en el que estableció un paralelismo entre Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte.

Afirmó al respecto: “De Céspedes el ímpetu, y de Agramonte la virtud. Él uno es como el volcán, que viene tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra; y el otro es como el espacio azul que lo corona.”

Martí precisó además el modo de actuar tanto de Céspedes como de Agramonte.  De Céspedes específicamente expuso que era preciso haberse echado alguna vez un pueblo a los hombros, para saber cuál fue su fortaleza y añadió que creía  que su pueblo iba en él y como fue el primero en obrar, se veía  como con derechos propios y personales, como con derechos de padre, sobre su obra.

También el máximo líder de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, destacó en el discurso que pronunció en La Demajagua, el 10 de octubre de 1968 en ocasión de realizarse la velada solemne con motivo del centenario del inicio de la guerra por la independencia, que no hay, desde luego, la menor duda de que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, simbolizó la dignidad y la rebeldía de un pueblo —heterogéneo todavía— que comenzaba a nacer en la historia.

Y detalló: “Fue Céspedes, sin discusión, entre los conspiradores de 1868 el más decidido a levantarse en armas.”

A los pocos años de haberse producido su nacimiento en la ciudad de Bayamo, los padres de Céspedes se trasladan  a una finca campestre de la familia.   Allí él desarrolla los cinco primeros años de vida. Posteriormente de regreso a Bayamo realiza sus estudios primarios y de la enseñanza media. Atendiendo a las posibilidades económicas de su familia, se traslada después a La Habana para realizar estudios universitarios.

En el Real y Conciliar Colegio Seminario de San Carlos Céspedes logra su desarrollo como estudiante  y se ejercita físicamente en los deportes. Ya el 22 de marzo de 1838 obtiene el grado de Bachiller en Derecho Civil en la Real y Pontificia Universidad de La Habana.

Pero con dicho título, grado menor del Derecho en la época, no podía ejercerse la abogacía en Cuba. Era menester obtener la licenciatura  y también alcanzar el doctorado. Entonces regresa a Bayamo. En julio de 1840 parte Céspedes para España. Su estancia en la agitada y turbulenta Cataluña es decisiva para su futura vida política.

Mientras cursaba los estudios se involucra en las luchas partidarias españolas y se impregna del indomable sentimiento de los catalanes.

Concluidos sus estudios de Derecho y con el título de Abogado viaja por diversos países europeos, así como por Turquía y algunas regiones del imperio de los zares rusos.

A su regreso a Cuba en 1844 en Bayamo abre un bufete. Allí  fue director de la Sociedad Filarmónica y de su Sección de Declamación. En 1848 se interrelaciona  con amigos y colabora en la creación de La Bayamesa, una bella creación musical que rinde homenaje a la mujer cubana.

A fines del mes de mayo de 1852 se radica en Manzanillo. En 1856 es elegido junto a otras figuras para conformar una Comisión encargada de modificar el Reglamento de la Sociedad Filarmónica  y posteriormente desempeña otras importantes funciones.

En septiembre de 1867 comenzó a conspirar en Manzanillo junto a otros patriotas.  Más tarde fundó y presidió la Junta Revolucionaria de dicha ciudad. En diciembre de 1867 el gobernador de Manzanillo, recibió un anónimo, en el que se le avisaba de una proyectada conspiración y que se iba a dar el grito el día de Noche Buena y se detallaba el nombre de Carlos Manuel de Céspedes.

El gobernador de Bayamo decidió detener a Céspedes, pero no lo realizó por hallarse éste junto al lecho de su esposa gravemente enferma. Fallecida su esposa, a principios de 1868, Carlos Manuel se trasladó al ingenio Demajagua. El 6 de octubre de 1868, en el Ingenio Rosario, fue elegido jefe máximo del levantamiento armado, el cual se acordó iniciar el 14 de octubre de 1868.

No obstante, al conocer que el día 8 le habían cursado un telegrama al gobernador militar de Bayamo ordenándole su detención y la de los principales conspiradores, instó  a los patriotas que lo secundaban a  concentrarse en su ingenio la noche del día 9 de octubre. Fue así como a la  mañana siguiente mediante el sonido de la campana en forma vibrante  llama a sus esclavos.  Los convoca no para una jornada de trabajo sino para darles su libertad e invitarlos a que lo secunden en la guerra por la independencia de Cuba.

El 11 de octubre partió Céspedes de la finca Demajagua con los que lo secundaron. Se dirigieron hacia el poblado de Yara.  Cuando se  dispusieron a entrar en el citado poblado sorpresivamente resultaron atacados  ya que  con antelación por el otro extremo del poblado había entrado una columna española procedente de Bayamo, la cual recibió a los confiados luchadores independentistas cubanos  con descargas de fusilería.

Esto provocó entre los luchadores independentistas  primero el asombro y después la dispersión.

En horas de la noche  del 11 al 12 de octubre de 1868, cuando reanudó su marcha hacia la zona montañosa con un grupo pequeño de hombres, uno de ellos apuntó qué pronto había terminado la empresa iniciada en La Demajagua. Céspedes se irguió sobre los estribos y replicó:  “¡Aún quedamos doce hombres; bastan para hacer la independencia de Cuba!

Ya con las fuerzas ligeramente incrementadas tomaron el caserío de Barrancas el 15 de octubre y pusieron sitio a Bayamo, ciudad que fue finalmente ocupada por los luchadores independentistas el día 20.

Céspedes fue acogido por la población como su libertador. Allí fue constituido el Gobierno de la República en Armas y se cantó por primera vez la marcha o himno compuesto por Pedro, Perucho, Figueredo.

Bayamo estuvo en poder de los patriotas cubanos hasta el 12 de enero.

Ese día ante el hecho cierto de no poder hacerle frente a una numerosa tropa española que se acercaba  los luchadores independentistas con el apoyo de los habitantes de la ciudad decidieron incendiarla para evitar que cayera intacta en poder de los españoles.

En la primera decena de abril de 1869 se produjo en el poblado  de Guáimaro, en la provincia de Camagüey,  la Asamblea de Representantes de los luchadores independentistas  de las provincias de Oriente, Camagüey y Las Villas y de la zona occidental de Cuba para analizar todo lo concerniente al desarrollo de la guerra. Se aprobó la Constitución de Guáimaro. Céspedes resultó electo Presidente de la República en Armas, aunque dicho cargo estuvo subordinado a la Cámara de Representantes que igualmente se creó en esa oportunidad.

En el transcurso de varios años se mantuvo en esa responsabilidad, aunque era evidente que se presentaban cada vez con mayor agudeza contradicciones entre él y los miembros de la Cámara, que finalmente acordaron su destitución  el 27 de octubre de 1873. Lo obligaron entonces a acompañar al nuevo gobierno y a la Cámara durante dos meses. Tras la negativa de permitírsele salir al extranjero se le confinó a la finca San Lorenzo, en la Sierra Maestra.  

Fue en ese lugar donde el 27 de febrero de 1874, resultó localizado por los integrantes de una columna española.  Con firmeza Céspedes revólver en mano, salió del bohío donde se hallaba. Resultó perseguido con el objetivo de intentar capturarlo vivo. Él encaró sólo el desigual enfrentamiento y finalmente cayó en un barranco.

Se produjo así su desaparición física pero su vida y obra han continuado siendo fuente de inspiración. Conocer lo que él y otros patriotas, a lo largo de nuestra historia, hicieron ha enriquecido a nuestro pueblo y de modo muy especial a las actuales generaciones que hoy son continuadoras de ese legado.

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