El destacado doctor y pedagogo, Joaquín García Lebredo y Lladó, fue catalogado por José Martí en un trabajo elaborado en 1889 como un "un sabio médico vencedor de la muerte y honra de su Patria".  Lebredo falleció en La Habana el 26 de noviembre de 1889.

Su nacimiento había tenido lugar en la ciudad de  Matanzas el 18 de agosto de 1833. Quince años después ingresó en la Real y Literaria Universidad de La Habana en la que se graduó de Licenciado en Filosofía  en 1856. Posteriormente alcanzó  el título de Doctor en Medicina en 1868. En la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana ocupó el cargo de Vicesecretario de su Junta de Gobierno.

Integró la Sección de Medicina e Higiene, de la Comisión del mismo nombre, y en 1885 fue distinguido como Académico de Honor. También él perteneció a la Sociedad Económica de Amigos del País y fue Socio del Liceo Artístico y Literario de La Habana, así como de la Sociedad del Pilar, de la cual fue Director de su Sección de Literatura, en 1864. Durante varios años se desempeñó como profesor en distintos centros en Cuba. Lebredo Lladó fue  Miembro fundador de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, en 1861.

Tras el inicio en Cuba en 1868 de la guerra por la independencia emigró a España por razones políticas. Durante su estancia en la capital española, La  Real Academia de Medicina de Madrid le premió su trabajo relacionado con la Química Orgánica y sus aplicaciones a la Fisiología y la Terapéutica.  Lebredo perteneció a varias instituciones de la península ibérica, entre ellas,  la Sociedad de Ginecología.  También en Francia integró las Sociedades de Anatomía de París y la de Biología, respectivamente.

Con posterioridad  fue Miembro Corresponsal de la Sociedad de Medicina Legal de Nueva York, en Estados Unidos de América. Tras su retorno a Cuba ejerció la medicina en el Hospital Militar de La Habana.  Igualmente colaboró con numerosos periódicos y revistas científicas de la capital cubana.  Trabajos suyos fueron reflejados, por ejemplo, en la Revista Médica de la Isla de Cuba, en Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana y El Genio Científico.

Algunos de sus artículos los identificó con el  seudónimo de Arteo.  Además impartió numerosas conferencias, entre ellas una en la Universidad Literaria de La Habana, el 29 de noviembre de 1856  en que trató  sobre si era conveniente o no la atención del tétanos como resultado de una herida en una extremidad mediante la amputación. 

Este tema era de gran importancia por la incidencia que tenía esta enfermedad en la época y la mortalidad que producía sobre todo como complicación de las intervenciones quirúrgicas.