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Juan Almeida: un lugar relevante en la historia y la cultura cubanas

“Los hombres que quedan son los que encarnan en sí una idea que combate, o una aspiración destinada al triunfo, los que pasan por el mundo voceando y luciendo con velocidad extraordinaria como los astros”, así expresó nuestro Héroe Nacional José Martí.

Y no hay mejor calificativo para un ser inolvidable. Martí igualmente al resumir la trascendencia de los hombres que con acciones y por su actitud en sentido general habían llegado a ser héroes expresó que estos eran propiedad humana, comensales de toda mesa y de toda casa familiar y los consideró como patrimonio de todas las edades.

He recordado lo expuesto por Martí para hacer referencia al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, cuyo nacimiento tuvo lugar en La Habana un 17 de febrero de 1927 en el seno de una familia humilde.

Él actuó durante su existencia en correspondencia con sus principios. No luchó para ser considerado un héroe, sino que actuó y dio su contribución a la causa revolucionaria de su pueblo posterior a la victoria de manera constante y a la vez con sencillez.

Desde la etapa de su adolescencia se interesó por la lectura y también por la situación que padecía Cuba.

Algún tiempo después de haberse producido en Cuba el golpe de estado el 10 de marzo de 1952 Almeida se relacionó con Fidel Castro a quién había conocido años antes cuando estudiaba en la universidad. Entonces Almeida laboraba en el balneario universitario.

En el transcurso del año 1952 formó parte del grupo de jóvenes que se nuclearon con Fidel y Abel Santamaría en el empeñó de llevar adelante la lucha contra el régimen dictatorial existente en el país.

Y el 26 de julio de 1953 participó en el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, dirigido por Fidel Castro.

Posteriormente fue juzgado y condenado. Resultó internado en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, donde en unión de Fidel y de los demás combatientes allí encarcelados mantuvo una postura muy firme.

En mayo de 1955 producto de la amnistía general que el régimen batistiano se vio obligado a decretar debido a la presión popular Almeida salió del Presidio Modelo de Isla de Pinos.

Algún tiempo después, ante la constante vigilancia que sobre él tenían las fuerzas de la tiranía,   decidió en  febrero de 1956 salir hacia México, país donde  ya se hallaba Fidel y entonces se  integró al grupo de jóvenes revolucionarios que se reorganizaron y entrenaron para después retornar a Cuba y reanudar la lucha contra la dictadura batistiana.

Fue así como el 25 de noviembre de 1956 en unión de Fidel sale hacia Cuba a bordo del yate Granma. Los expedicionarios llegan a la zona suroriental del territorio cubano el 2 de diciembre.  

Tres días después sufrieron el ataque sorpresivo de los soldados de la dictadura, lo cual provocó la dispersión de los combatientes revolucionarios.

En los días siguientes Almeida deambula en unión de un reducido número de compañeros por distintos lugares rurales de la provincia de Oriente y mediante la ayuda de campesinos pudo reencontrarse con Fidel a quién secundó aún en medio de condiciones extremadamente difíciles.

Por sus condiciones y su participación activa en combates y batallas ya el  27 de febrero de 1958 Fidel lo ascendió a Comandante y le asignó la dirección del Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Moroy que se creó en el mes de marzo de ese año. Almeida contribuyó a desarrollar la guerra revolucionaria en la provincia de Oriente.

Tras producirse el triunfo de la Revolución desempeñó a cabalidad distintas responsabilidades en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y después como dirigente del Partido y en el Gobierno.

Fue miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Diputado y vicepresidente del Consejo de Estado.  También fue el presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

Por sus relevantes méritos recibió diversas condecoraciones, entre ellas el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez de primer grado.

Con independencia de su labor como dirigente del Partido y el Gobierno Juan Almeida también realizó una importante labor artístico-creativa. Ya desde 1956 había creado la canción La Lupe que tras la victoria revolucionaria fue popularizada por la cantante cubana Amelita Frades

Posteriormente concibió otras creaciones musicales  que se hicieron muy populares al ser interpretadas por diversos cantantes y agrupaciones.

Además, escribió varios libros en los que reflejó vivencias de la guerra revolucionaria.

Precisamente uno de sus libros fue el titulado “Contra el agua y el viento”, que obtuvo el Premio Casa de las Américas, en 1985, en el que narró los hechos acecidos cuando el ciclón Flora en el año 1963 afectó la provincia de Oriente.

El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque falleció en La Habana el 11 de septiembre del 2009. Sus restos reposan en el complejo monumentario existente en el actual territorio del municipio del Tercer Frente, en la oriental Santiago de Cuba.

La trascendencia de su vida y su obra ocupan un lugar muy relevante en la historia y en la cultura cubanas y sobre todo en el seno de este pueblo que no olvida los hijos que mantiene en el olimpo de su corazón.

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