![](/upload/files/18826-aniversario-171-del-natalicio-de-jose-marti-la-significacion-y-vigencia-del-legado-martiano/marti-natalicio_65b5a3fb5ac3c.jpg)
Aniversario 171 del natalicio de José Martí. La significación y vigencia del legado martiano
José Martí en una de las múltiples cartas que escribió aseguró que la vida debe ser diaria, movible, útil; y el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo.
Nacido el 28 de enero de 1853 en La Habana hizo realidad ese principio a través de su existencia que fue breve pero muy fecunda.
Sin proponérselo como tal porque él a su vez detalló que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz y porque lo que llevó a cabo lo hizo con sencillez y en correspondencia con sus convicciones, y de manera esencial por su gran amor hacia su tierra natal y el orgullo de ser cubano, por la trascendencia de su vida y su legado es y será un hombre de todos los tiempos.
En la carta anteriormente señalada, fechada en Guatemala, en 1878, es decir cuando tenía 25 años, él igualmente había enfatizado que su oficio era cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
Consecuente con lo expuesto tanto en esa como en otras misivas, en trabajos periodísticos y discursos Martí desenvolvió su labor como poeta, periodista, escritor, cónsul, maestro y sobre todo como patriota.
A manera de ejemplo cito lo que le expusiera a su querida madre en las dos últimas cartas que le escribió.
En la fechada el 15 de mayo de 1894 le especificó que mientras haya obra que hacer, un hombre entero no tenía derecho a reposar y en la que le escribió el 25 de marzo de 1895 le expresó que el deber de un hombre está allí donde es más útil.
Sobre la vida y el modo de actuación de los seres humanos en general José Martí trató en diversas ocasiones y en tal sentido destacó como premisas esenciales la dignidad y la honradez.
A la dignidad la catalogó como una esponja puesto que según afirmara se la oprime, pero conserva siempre su fuerza de tensión.
También precisó al exponer: “…y ese esplendor, tan grato de ver que sólo la fuerza de la dignidad da al hombre.”
Igualmente al resaltar la importancia que tenía lograr el desarrollo de la dignidad entre los hombres y mujeres resaltó: “Una semilla que se siembre no es sólo la semilla de una planta, sino la semilla de la dignidad.”
Él luchó porque prevaleciera entre los seres humanos en general, y particularmente entre los cubanos, la dignidad.
Y atendiendo a ello planteó que su pueblo debía estar conformado por una suma de hombres y mujeres virtuosos y dignos.
Precisamente en una de sus reflexiones acerca de estos temas íntimamente relacionados con las condiciones y características de los seres humanos y de los pueblos, expuso que pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es aquel que da hombres generosos y mujeres puras.
Y agregó seguidamente: “La prueba de cada civilización humana está en la especie de hombre y de mujer que en ella se produce.”
Él aseveró que a los hombres los reúne el vicio o la virtud y comentó que sólo las virtudes producen en los pueblos un bienestar constante y serio.
Martí no concibió la vida alejada de la dignidad, de la honradez, de la justeza y del hecho de sentirse útil para los demás y para su patria.
Él, incluso consideró que un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa no es un hombre honrado y no concibió poder llevar adelante una vida digna sin tener como premisa fundamental la honradez.
Acerca de este tema en un trabajo publicado en La Nación, de Buenos Aires, el 15 de agosto de 1886, manifestó que la honradez debía ser como el aire y como el sol, tan natural que no se tuviera que hablar de ella.
Martí planteó que resultaba necesario ser hábil y honrado, contra los que son hábiles y no honrados y significó que con la energía de la honradez, se pueden cruzar aceros contra los fuertes arrogantes.
De manera muy especial, aunque la relevancia de su legado evidencia un alcance y vigencia en diferentes partes del mundo, en Cuba, su tierra natal, tiene una connotación muy, pero muy grande, por cuanto ofrece una enseñanza permanente y es a su vez una guía y una inspiración cotidiana en la vida del pueblo cubano.
Particularmente deseo recordar algunos conceptos expuestos por Martí acerca de Cuba y los cubanos.
Él detalló:
“Cuba no anda de pedigüeña por el mundo: anda de hermana, y obra con la autoridad de tal. Al salvarse, salva.”
Y sobre sus compatriotas manifestó:
“El cubano es capaz del amor, qué hace perdurable la libertad.”
Las actuales generaciones de cubanos, en este aniversario 171 del natalicio del Apóstol de la independencia, del Héroe Nacional, encaran retos significativos y como continuadores de la obra, tienen en los principios y el ejemplo de Martí una enseñanza permanente.
Y con una de esas importantes reflexiones expuestas por Martí, nos parece oportuno en esta ocasión no sólo para resaltar su vigencia en sentido general sino además para, metafóricamente hablando, sentirlo aquí, junto a nosotros, en la lucha cotidiana.
“En Cuba son más los montes que los abismos: más los que aman que los que odian; más los de campo claro que los de encrucijada; más la grandeza que la ralea.”