JOSÉ, CHEO, BELÉN PUIG
José Belén Puig quién falleció el 15 de mayo de 1971 en La Habana, llegó a ser un destacado pianista, compositor y director de orquesta. Junto a Antonio María Romeu, Orestes López, Antonio Arcaño, Rodrigo Prats, Abelardito Valdés, Joseíto Valdés y Armando Valdés Torres, figura entre los cultivadores y aplaudidos maestros de la música popular cubana en el siglo veinte con aportaciones de valor al danzón.
Ellos además contribuyeron en forma notable a su difusión. Cheo Belén Puig fue considerado como uno de los mejores pianistas de danzones de la historia musical cubana. Su nacimiento tuvo lugar en La Habana el 29 de diciembre de 1908. Inició sus estudios musicales a los ocho años en el propio ámbito familiar con su padre que era clarinetista de la orquesta de Enrique Peña.
Después prosiguió el aprendizaje con los mejores profesores de la capital y fue así como tras haber estudiado armonía, piano, orquestación y composición, en 1923, con 15 años debutó con la orquesta que ya dirigía su padre.
En 1925 trabajó como pianista en un cine de filmes silentes, práctica usual por la época antes de que el cine tuviera sonido y en 1927 hizo sus primeras grabaciones con la agrupación de su padre. Posteriormente laboró en varias Charangas a la francesa y en orquestas tipo jazz band. José, Cheo, Belén Puig, en 1934 fundó su orquesta, que alcanzó popularidad, y entre los cantantes suyos estuvieron, sucesivamente, Pablo Quevedo, Alberto Aroche y Paulina Alvárez. Múltiples fiestas populares llegó a amenizar su agrupación musical que fue la más famosa en Cuba en esa época.
Como compositor, entre sus danzones se destacan los titulados "Flor de trébol", "San Lázaro te acompañe", "Un guajiro en la montaña", "Cojan puesto", "De San Pedrito llegó" y "Meditación", y también compuso boleros. Además de destacarse como arreglista, Cheo Belén Puig laboró como pianista en programas musicales.
Incluso en el espacio televisivo San Nicolás del Peladero, junto a Joseíto Fernández, Barbarito Diez y Paulina Álvarez, él contribuyó a revivir lo mejor de un largo y glorioso período de la historia musical cubana, a la par que con su arte animaron la existencia de aquel poblado ficticio, donde se reconstruyeron incontables situaciones de la época seudorrepublicana que vivió Cuba en el siglo veinte antes del triunfo de la Revolución.
Muchos cubanos y cubanas sin dudas disfrutaron de esas creaciones antológicas interpretadas por Cheo Belén y su orquesta, que hoy ocupan un lugar en la historia de la música popular cubana, tales como Oyeme Antonia, Ya tú lo sabes María, Siembra la caña, Errante y bohemia, Masabi, Bururú Barará, Pare cochero, Malanga murió (Unión de Reyes), Suavecito, Para motorista y No me gustan los bonches.