El homenaje a los Ocho Estudiantes de Medicina fusilados en 1871
Al ser acusados supuestamente de haber profanado la tumba de un periodista español en el cementerio de La Habana se les hizo un proceso por las autoridades españolas en Cuba a estudiantes de medicina y resultaron condenados y fusilados vilmente ocho de ellos. Fue un horrendo crimen.
A través del tiempo y de manera muy especial tras el triunfo de la Revolución en Cuba cada año se le rinde un gran homenaje a esos jóvenes que fueron ajusticiados.
Cuando eso ocurre en Cuba José Martí estaba en España hacia donde había sido deportado después de haber sufrido en Cuba el presidio político y la realización de trabajo forzado.
Martí patentizó su condena a ese vandálico hecho mediante una proclama, un poema y en varios discursos que pronunció.
Precisamente en una proclama que elaboró de conjunto con dos compatriotas suyos Fermín Valdés Domínguez y Pedro de la Torre expuso en 1872, en ocasión de cumplirse el primer aniversario del fusilamiento de los estudiantes
Por ejemplo en 1872 en ocasión de cumplirse el primer aniversario del fusilamiento de los estudiantes de medicina él elaboró en Madrid un poema en el que al evocar a los jóvenes víctimas del colonialismo español, expresó:
“No graba cincel alguno como la muerte los dolores en el alma: -no olvida nunca el espíritu oprimido el día tremendo en que el cielo robó ocho hijos a la tierra, y un pueblo lloró sobre la tumba de ocho mártires. Nadie se ha despedido con más grandezas que ellos de la vida.”
Y se agregó en la parte final de la proclama:
“¡Lloren con nosotros todos los que sientan! ¡Sufran con nosotros todos los que amen! ¡Póstrense de hinojos en la tierra, tiemblen de remordimiento, giman de pavor todos los que en aquel tremendo día ayudaron a matar!”
También Martí elaboró un poema titulado A mis hermanos muertos el 27 de noviembre, en el que expuso, entre otras cuestiones:
¡Ellos son! ¡Ellos son! Ellos me dicen
Que mi furor colérico suspenda,
Y me enseñan sus pechos traspasados,
Y sus heridas con amor bendicen,
Y sus cuerpos estrechan abrazados,
¡Y favor por los déspotas imploran!
¡Y siento ya sus besos en mi frente,
Y en mi rostro las lágrimas que lloran!
Martí también hizo el siguiente planteamiento en torno a la muerte:
¡Y más que un mundo, más! Cuando se muere
En brazos de la patria agradecida,
La muerte acaba, la prisión se rompe;
¡Empieza, al fin, con el morir, la vida!
¡Oh, más que un mundo, más! Cuando la gloria
A esta estrecha mansión nos arrebata,
El espíritu crece,
El cielo se abre, el mundo se dilata
Y en medio de los mundos se amanece.
En 1891 en la ciudad estadounidense de Tampa en un acto efectuado con motivo del aniversario 20 del fusilamiento de los estudiantes de medicina, Martí al recordar y rendir homenaje a esos jóvenes destacó: “Cantemos hoy, ante la tumba inolvidable, el himno de la vida.”
También José Martí destacó en diversas intervenciones la gran labor realizada por Fermín Valdés Domínguez, quién también formaba parte de los estudiantes de medicina, en demostrar la inocencia de sus compañeros incluso varios años después de haber sido fusilados.
Fermín estuvo en el cementerio habanero cuando extrajeron los restos del periodista español. Entonces le preguntó a su hijo si había notado alguna adulteración en el ataúd de su padre y éste le dijo con lo que se reafirmaba la inocencia de los estudiantes fusilados.
Precisamente en 1894, en un trabajo publicado en Patria el 3 de febrero, calificó a Valdés Domínguez como el “Vengador del bestial crimen del 27 de noviembre de 1871”, y como “el criollo indómito y útil en quien, en uno de los momentos más dramáticos y puros de nuestra tierra, encarnó y palpitó el alma cubana”.
Tras haberse producido en Cuba en 1959 el triunfo de la Revolución el 27 de noviembre en La Habana se le rindió un gran homenaje popular a los ocho estudiantes fusilados en 1871.
Al hablar en la velada conmemorativa realizada en la escalinata de la Universidad de La Habana, el máximo líder de la Revolución, Fidel Castro señaló: “No quería dejar de asistir al acto de esta noche, por lo que tiene de simbólico para nosotros, por lo que esa fecha y esta Escalinata representan y recuerdan.”
Desde entonces hasta la fecha cada año se les ha continuado rindiendo homenaje a esos jóvenes que hoy simbólicamente están representados en las nuevas generaciones que estudian para formarse como médicos y brindar su contribución a la salud del pueblo, e incluso prestar su ayuda solidaridad a otros pueblos hermanos.
En La Habana existe un complejo monumentario que se erigió en homenaje a los ocho estudiantes de medicina que fueron injustamente fusilados el 27 de noviembre de 1871 por las autoridades españolas. Se localiza en un parque que a su vez se encuentra muy cerca de la entrada oeste del túnel de La Habana.
Su escultor fue José Vilalta Saavedra, quién nació en La Habana, el 27 de enero de 1862.
El Monumento es un templete de estilo griego. Rodea la parte de pared ante la que fueron ejecutados los estudiantes.
Este trozo de pared formaba parte de los barracones de ingenieros y por gestiones realizadas por Fermín Valdés Domínguez resultó conservado al demolerse dicho edificio en 1901. En la pared se conservan las huellas de las balas que causaron la muerte a los ocho jóvenes estudiantes de medicina.
En el Monumento hay una placa de mármol blanco rodeada de una sencilla corona grabada en negro que señala la palabra INOCENTES.
También hay una urna que figura contener los restos de las víctimas. Encima representada por el Dios Saturno se halla la figura del Tiempo. A la izquierda se encuentra la estatua de la Justicia.
En la base del Monumento se localiza una puerta y, a través de ella sale una figura esculpida, que simboliza la inocencia. Pasa de las tinieblas a la luz.
En el monumento se puede apreciar el escudo de La Habana e igualmente contiene las inscripciones de los nombres de los ocho estudiantes fusilados y de otras personas que fueron sus defensores.
Fidel Castro, nuestro líder histórico de la Revolución cubana, al resumir las diferentes actividades efectuadas en el país con motivo de recordar y homenajear a los estudiantes fusilados en 1871, expuso:
“Todavía traemos con nosotros, en nuestras pupilas, la impresión inolvidable de los actos de hoy. Creo que nuestro pueblo ha honrado dignamente a los mártires de 1871, y con ellos a todos los mártires universitarios."