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Camilo Cienfuegos en la vida y obra del pueblo cubano

Hay seres humanos que aunque hubiesen tenido una vida relativamente muy breve, por la trascendencia de su existencia, por su labor, sus principios y su legado, se mantienen no sólo en la historia sino también en el quehacer cotidiano de sus pueblos y de modo especial en el de aquellos que lo sienten como fuente permanente de inspiración.

Tal es caso, en Cuba, del Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, el hombre de las mil anécdotas, el Señor de la Vanguardia,  el hombre sincero, jaranero y responsable que no se amilanaba ante el peligro, ni las dificultades y que con lealtad infinita fue capaz de asegurarle a Fidel en una breve carta que le dirigió en abril de 1958 cuando recibió su ascenso a Comandante del Ejército Rebelde que le sería más fácil dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza.

Camilo desde su vinculación al grupo de combatientes revolucionarios encabezados por Fidel que se preparaban en México para retornar a Cuba y proseguir la lucha contrala dictadura batistiana, evidenció su deseo ferviente de dar su aporte.

Pudo contactar con Fidel cuando ya estaba en la fase final preparatoria de la expedición y aún así con su vehemencia logró convencerlo para que lo incorporase al grupo  y fue así como el 25 de noviembre de 1956 salió hacia Cuba a bordo del yate Granma.

Tras llegar al territorio cubano el dos de diciembre, varios días después recibió el impacto de ser atacados en forma sorpresiva por soldados de la dictadura lo cual provocó la dispersión de los expedicionarios.

Camilo fue entre los pocos expedicionarios que en el transcurso de varios días transitaron sin un rumbo fijo por zonas rurales de la provincia de Oriente, hasta que lograron, con la ayuda de campesinos, reencontrarse con Fidel.

La tropa rebelde era en ese instante extraordinariamente insignificante teniendo en cuenta la cantidad de combatientes y las armas con que contaban. Pero había algo que los agigantaba: la determinación de Fidel de continuar la lucha.

En el transcurso de 1957 Camilo puso de manifiesto sus condiciones como combatiente y ya en el siguiente año se le encomendó por Fidel una misión difícil: realizar operaciones en zonas menos intrincadas de la oriental provincia cubana y  cuando cumplía a cabalidad lo que se le había confiado fue que recibió la comunicación de su ascenso a Comandante.



Y a todo ello se le sumó después su aporte cuando el Ejército Rebelde tuvo que enfrentar y derrotar, entre finales de mayo y principios de agosto de 1958, la gran ofensiva lanzada sobre las zonas montañosas de Oriente por las fuerzas de la dictadura.

Seguidamente Fidel pensó en reforzar la lucha revolucionaria en otras provincias del territorio cubano. Y escogió a dos Comandantes para dirigir dos Columnas respectivas para trasladarse desde la Sierra  Maestra hasta la central provincia de Las Villas y hacia la más occidental, Pinar del Rio.

Los Comandantes seleccionados por Fidel  fueron Ernesto Guevara de la Serna y Camilo Cienfuegos Gorriarán.

Camilo fue el primero en salir y varios días después lo hizo el Che con los miembros de su Columna.

Camilo debía concluir la invasión en Pinar del Rio, pero cuando entró en el territorio de Las Villas Fidel le ordenó que permaneciera allí en espera que llegara el Che y que entre ambos lograran con coherencia el desarrollo de las acciones a realizar en esa central provincia cubana.

Camilo entonces operó con su tropa en la zona norte de dicha provincia y ya en los días finales de diciembre de 1958 realizó en forma exitosa el ataque al cuartel existente en el poblado de Yaguajay. A partir de ahí, sin pretenderlo, se ganó el calificativo de Héroe de Yaguajay.

El primero de enero de 1959 se produjo la fuga del dictador y de algunos de sus más cercanos colaboradores. Elementos reaccionarios trataron de hacer una maniobra para controlar el poder y evitar un auténtico triunfo popular.

Fidel desde Oriente ordenó a todos los frentes del Ejército Rebelde a mantener la ofensiva revolucionaria y también le pidió a Camilo y al Che Guevara que se trasladaran lo más rápidamente posible hacia La Habana.

A su vez Fidel llamó al pueblo a desencadenar una huelga general revolucionaria. Se consolidó así el triunfo de la Revolución. 

Y a partir de ese instante el pueblo pudo ir conociendo otra faceta significativa de Camilo, la de ser un combatiente con la fuerza de la palabra. Sobresalió igualmente esa capacidad de Camilo para relacionarse con diversos sectores del pueblo y exponer principios medulares referidos por ejemplo a la importancia de la unidad, la identificación plena de los miembros de las Fuerzas Armadas con el pueblo, y la determinación de enfrentar peligros, amenazas, dificultades, campañas reaccionarias y difamatorias y sobre todo patentizar la decisión de marchar hacia delante sin claudicación  de ningún tipo.

Se pueden citar múltiples conceptos expuestos por Camilo en sus discursos, pero baste recordar de manera simbólica un fragmento de lo que fue la última intervención pública que realizó, en este caso en el acto efectuado el 26 de octubre de 1959, en La Habana.

En esa oportunidad aseguró:

“De rodillas, de rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestra frente y será el día que lleguemos  a la tierra cubana que guarda veinte mil cubanos, para decirles: ¡Hermanos, la Revolución está hecha, Vuestra sangre no corrió en balde!”

Camilo Cienfuegos desapareció físicamente el 28 de octubre de 1959 cuando la avioneta que viajaba en unión del piloto y un integrante del Ejército Rebelde que había salido de Camagüey hacia La Habana no llegó a su destino.

Se realizó durante días una intensa búsqueda por parte de los integrantes de las fuerzas armadas y miles de personas  que en forma espontánea también anhelaban hallar al heroico Comandante.

El 12 de noviembre en una comparecencia realizada a través de la televisión  Fidel confirmó la irreparable pérdida física de Camilo, pero al mismo tiempo aseguró que en el pueblo había muchos Camilos y que siempre había que pensar  en él, sobre todo en momentos difíciles.

Y me parece oportuno en este recuento que he hecho en forma sintetizada sobre la vida y la obra de Camilo y la vigencia que tiene en la actualidad, citar un fragmento de un poema, entre los muchos que se le han dedicado, en el que se detalla simbólicamente donde podemos hallar a Camilo en la vida cotidiana del pueblo.

Félix Pita Rodríguez aseguró en la parte final de un poema que creó:

Le encontraréis vibrando, 

En cada nueva fábrica

Que canta su primera canción.

Miradle repetido en cada nuevo rostro miliciano,

Por el amor fundido en el sereno rostro de la Patria que nace,

Miradle vigilante en los fusiles del pueblo uniformado.

No busquéis en el mar al claro comandante

Que la muerte no mata. 

Miradle en todo un pueblo convertido,

Donde su corazón sembrado se cosecha.

Equipo de Contenido del Portal del Ciudadano

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