Nacido en la zona de Guanabacoa, en La Habana, el  27 de septiembre de 1924, Ángel Adriano Rodríguez Bolaños llegó a ser uno de los grandes representantes de la trova en Cuba y de otros géneros musicales. Fue fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba  y de varios festivales, entre ellos el de Coros, el de Música Popular, y el de la Canción de Varadero. Por su meritoria labor se le otorgó en el 2013 el Premio  Nacional de Música.

Adriano sintió desde pequeño la influencia de su familia, en la cual había varios músicos y cantantes. Su padre tocaba trombón, trompeta y bombardino; su abuela cantaba en coros; su hermano también fue un percusionista muy bueno desde niño; su abuelo tenía un sexteto que se llamaba Carmen, que fue donde él comenzó con sólo seis años a cantar durante los ensayos, haciendo segunda voz.Siendo aún muy niño, actuó con ellos en Los Baños de Cojímar.

Siempre le gustó oír todo, desde punto guajiro hasta ópera, y escuchaba mucho al mexicano Pedro Vargas, su cantante favorito, lo cual le sirvió de mucho para aprender sobre dicción, articulación y dosificación de la voz. Después a Adriano solían llamarle  “El Pedro Vargas de Guanabacoa”.También en la esquina de su casa en Guanabacoa habían santeros, abakuá, rumberos y aprendió de todo eso.

Alberto Zayas, que era una personalidad dentro de la música afrocubana, estaba en su casa siempre y cuando formó su grupo folclórico Lulú Yonkori le invitó a cantar. Allí hacía coro y cantaba como solista.En 1946  Adriano formó parte del elenco que Gonzalo Roig presentó en el ayuntamiento de La Habana, con Rita Montaner como solista.

Adriano Rodríguez desarrolló una extensa y fructífera carrera artística de casi setenta años, durante los cuales fue un cantante capaz de defender por igual el folclor, el arte lírico o la trova. Se presentó en espectáculos de cabarets y en  el teatro musical cubano. Fue fundador del Coro Polifónico Nacional (hoy Coro Nacional) y del grupo Trovadores Cubanos, con Guarioné Garay, Dominica Verges, e Ismael y Octavio Sánchez, con el que se mantuvo hasta 1973. Igualmente  realizó presentaciones muy significativas a nivel internacional entre ellas en el Carnegie Hall de Nueva York.

También participó en producciones cinematográficas como Yambaó, Árbol de fiebre y Cuba canta.  Ilustró conferencias de relevantes investigadores cubanos, tales como Fernando Ortiz, Argeliers León y Odilio Urfé. Tras retirarse de la vida artística, se dedicó a entrenar cantantes e hizo algunos dúos ocasionales con personalidades de la música cubana como Barbarito Diez, Laíto Sureda, Pablo Milanés y Edesio Alejandro, entre otros. Falleció en La Habana el 23 de julio de 2015