Un día como hoy, el 14 de agosto de 1743, Guanabacoa, uno de los más antiguos polos patrimoniales de nuestra Habana, adquirió el título de Real Villa de la Asunción.

Es un día para celebrar en un territorio, ubicado al este de la capital de todos los cubanos y donde la religiosidad cristina se amalgama con las creencias de la religión yoruba sin desdorar que desde su nacimiento la Villa de Pepe Antonio fue reconocida por el colonialismo español como "pueblo de indios", lo cual preconiza la existencia de nativos libertos en la región del valle entre colinas.

Mucha información sobre este poblado, muy cercano al ultramarino de Regla, carga mi mochila de hija auténtica de ese terruño querido, que desde pequeña aprendí a apreciar desde mis consultas a uno de los libros más antiguos que atesoraba su librería municipal en la Calle Martí y que se denomina: Relicario Histórico de Guanabacoa.

Alli aprendí sobre leyendas y actas capitulares, del porqué de sus lugares y nombres que se han mantenido hasta hoy día, de sus muchos cementerios, de la Ermita de Potosí, La Loma del Indio, de su iglesia parroquial, de la calle Cadenas. De su centro urbano, Monumento Nacional desde 1990, de su museo.

El 14 de agosto de 1743  obtuvo por decreto colonial la condición de Villa Nuestra Señora de la Asunción, que la liberó de las intromisiones de las autoridades habaneras en sus asuntos. "Guanabacoa es el único pueblo del siglo XVI fundado por los españoles que conserva su acta fundacional, un documento que establece una fecha precisa"

Pero hay otro detalle: el Rey Felipe V no solo otorgó el título de Real Villa de la Asunción de Guanabacoa, sino que lo acompañó con un escudo de armas que desde entonces identifica a esta población.

El arribo del primer ministro eclesiástico por acuerdo del Cabildo del 24 de enero de 1576, fue gracias a la colaboración de Manrique de Rojas que obtuvo aprobación para erigir un templo que abriría sus puertas el 15 de agosto de 1578 bajo la advocación de María Santísima de la Asunción, un centro que siguiendo la tradición habilitó libros de bautismo, matrimonio y enterramiento, un patrimonio documental de trascendente valía para entender el tejido sociocultural de Guanabacoa.

Y si de Patrimonio hablamos, nos podemos acercar a una pequeña construcción en medio del Cementerio Viejo de Guanabacoa, al que se accede por la carretera vieja, desde el Cupet y el río Martín Pérez: la Ermita de la Inmaculada Concepción y Santo Cristo del Potosí (1644) es un verdadero signo del arte mudéjar en la Isla. Esta construcción tiene la categoría de Monumento Nacional mediante resolución 126 de 1996.

El nombre de Jose Luis llenera Castellanos, tiene su impronta en el municipio habanero del este capitalino, pues gracias a su denodado empeño, lo que era antiguamente la Casa de la Camarera, es hoy la sede del actual Museo Municipal, que inició sus acciones museográficas el 26 de julio de 1964.

Allí se puede ver el paso del tiempo desde la colonia hasta el mestizaje que hoy conforma a la comunidad de guanabacoenses. Una rapida mirada nos lleva a uno de los carros más antiguos que rodaron en Cuba, la impronta dejada en Cuba por los músicos Ernesto Lecuona, Ignacio Villa (Bola de Nieve), Rita Montaner, Marco Antonio Valcárcel y el grupo Guitarras Cubanas. 

Asimismo tal entorno nos acerca a la obra de los pintores Concepción (Conchita) Ferrant, Arturo Montoto y Rosa Martínez de la Cotera.

Si vas a Guanabacoa, puedes acercarte al valor que en este pueblo le imprimen los objetos asociados a cultos sincréticos africanos como la Regla de Ocha o Santería, la Regla de Palo Monte y de la Sociedad Abakúa, mediante un montaje expositivo que lejos de una sacralización intenta conectar al visitante con la praxis social y cultural de sus habitantes.Todo ello le aporta su matiz patrimonial, pase el tiempo que pase.

Hoy día, con detractores y seguidores, Guanabacoa exhibe el Centro Histórico Urbano, que abarca un área total de 92 manzanas, pertenecientes a los consejos populares Villa 1 y Villa 2, totalmente remodelado, hasta su parque central hoy recibe al visitante con otro rostro.

Y sigue sumando historias del acontecer patrimonial y su cotidianidad. Desde pueblo de indios hasta el embrujo que supone su historia, sus casas, su arquitectura colonial y mudéjar, su tribuna del Liceo Artístico y Literario donde por vez primera habló nuestro Héroe Nacional José Martí, en un acto de homenaje al guanabacoense Torroella, por sus arcos y columnas, si café Regil, y su endemismo local en cuanto a especies de flora y fauna como la palma jata, el cactus trepador y los moluscos que viven en la franja de su antigua costa, que hoy pertenecen a Cojimar, Guanabo, Tarará, y La Habana del Este.

Si hay un territorio que debiera declararse Patrimonio en toda su totalidad, lo es sin dudas ese "pueblo embrujado" que responde al nombre de Guanabacoa.

Fotos: Maria Salomé Campanioni y tomadas de Internet