El destacado intelectual cubano Roberto Fernández Retamar se definió autodefinió como esencialmente poeta, aunque también realizó una meritoria labor como ensayista .

Su nacimiento  tuvo lugar en La Habana el 9 de junio de 1930. 

Retamar quién señaló  que él creció entre libros,  desde muy joven leyó a José Martí, a poetas franceses y libros de literatura en general.

Contó con una formación humanística. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana en 1954 y entre 1955 y 1956 realizó estudios de postgrado en las Universidades de París y Londres.

En 1981 en Cuba se le otorgó el Doctorado en Ciencias Filológicas. 

Fue  autor de varios libros de poemas y también de ensayos.

Su poesía estuvo  inspirada en la historia, la Revolución, la familia, los amigos, la amistad y otros hechos contemporáneos.  

En sus ensayos analizó a los seres humanos y la cultura de nuestra América y por supuesto muchos de sus trabajos e investigaciones guardaron  relación directa con la vida y obra de José Martí. 

Entre sus obras se encuentran las tituladas “Ensayo de otro mundo”, “Calibán”, “Para una teoría de la literatura hispanoamericana”, “Introducción de José Martí”, “Algunos usos de civilización y barbarie”, y la antología de ensayos “Para el perfil definitivo del hombre”.

También logró editar varios libros como “Alabanzas conversaciones”, “Vuelta de la antigua esperanza”, “Historia antigua”, “Cuaderno paralelo”, “Elegía como un himno”, “Circunstancia de poesía”, “Juana y otros poemas personales” y “Aquí”.

Roberto Fernández Retamar además de poeta y ensayista fue crítico y profesor.

Desempeñó  importantes responsabilidades en nuestro país, entre ellas Director de la Revista Casa de las Américas, Director del Centro de Estudios Martianos y Presidente de la Casa de las Américas, función que atendió hasta que se produjo su fallecimiento en La Habana  el 20 de julio del 2019.

En un poema suyo titulado El Otro señaló al referirse a su existencia y la de sus contemporáneos y recordar a los que habían entregado su vida en defensa de los ideales de su pueblo::

 Nosotros, los sobrevivientes  /

¿ A quiénes debemos la sobrevida?

¿Quién se murió por mí en la ergástula,

quién recibió la bala mía

La para mi, en su corazón? 

¿Sobre qué muerto estoy yo vivo,

sus huesos quedando en los míos.

Los ojos que le arrancaron, viendo.

Por la mirada de mi cara.

 Y la mano que no es su mano

Que no es ya tampoco la mía.

Escribiendo palabras rotas

Donde él no está, en la sobrevida?