En el año  1976, y como parte del proceso de institucionalización de la Revolución y de creación a nivel nacional de los órganos del Poder Popular se eligieron en el país los diputados que integrarían la Asamblea  Nacional del Poder Popular, máximo órgano de gobierno de la República de Cuba. Para aquel entonces fueron elegidos los integrantes de las Asambleas Municipales del Poder Popular.

En el transcurso de los años con el propósito de ampliar y fortalecer la democracia en Cuba estos diputados comenzaron a ser elegidos directamente por el pueblo en correspondencia con los municipios a quienes representarían.

En nuestro país a partir de las propuestas que hacen las organizaciones de masas, la Comisión Electoral Nacional se encarga, teniendo en cuenta las trayectorias de los precandidatos, así como propiciar un equilibrio entre los diferentes sectores de la sociedad, profesiones y oficios, el sexo, las razas, la edad e incluso otras cuestiones, se elaboran propuestas de candidaturas que en primera instancia resultan analizadas y pueden ser variadas o aprobadas por los delegados que conforman las Asambleas Municipales que ya con antelación resultaron elegidos por los electores de su territorio.

A partir de la posterior aprobación de los candidatos a Diputados en cada uno de los municipios, éstos realizan encuentros de modo directo en recorridos que hacen por los respectivos territorios para intercambiar con los diversos sectores de la población.

Algo que distingue el proceso que se realiza en Cuba para la conformación de su Asamblea Nacional, cada 5 años, es que casi la mitad de los que la conforman son delegados de base que a su vez fueron nominados y elegidos por el voto directo de la población en cada municipio.

Algo similar ocurre con el resto de los diputados que resulten elegidos en los municipios, con independencia de las responsabilidades y funciones que realicen ya sea en el propio municipio, a nivel provincial e incluso nacional.

Este proceso tiene lugar, tanto en La Habana, como capital del país, como en todos los municipios, 168, en este caso contando el de la Isla de la Juventud, antaño Isla de Pinos, que tiene categoría especial porque no forma parte de ninguna de las 15 provincias existentes en estos momentos en el territorio cubano.

En Cuba próximamente se realizarán las elecciones generales, previstas el 26 de marzo, mediante las cuales, a través del voto voluntario, directo y secreto podrán ser elegidos los Diputados que integrarán la Asamblea Nacional del Poder Popular en su próximo período de mandato.

Los Diputados sólo alcanzarán tal condición si reciben como mínimo el 51 por ciento de los votos de los electores.

Para el mes de abril está previsto, una vez concluido el proceso electoral, la Constitución de la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba.

Ser Diputado en Cuba no entraña ningún tipo de privilegio, ni una remuneración adicional, ni siquiera ese es su trabajo específico. Los Diputados continúan desempeñando en forma habitual las funciones que han venido realizando, ya sea como trabajador, estudiante, intelectual, artista, científico, dirigente de organizaciones de masa y o sociales, directivos de empresas, centros científicos, dirigentes políticos y/o de gobierno y hasta jubilados.

En Cuba se hace realidad lo que en el siglo XIX señaló José Martí cuando planteó que: el diputado es el hombre encargado por el pueblo para que estudie su situación, para que examine sus males, para que los remedie en cuanto pueda, para que esté siempre imaginando la manera de remediarlos.

Martí patentizó que su misión no constituía la recompensa de un talento inútil, ni el premio de una elocuencia incipiente ni es la satisfacción de una soberbia prematura.

Y además nos alertó que se alcanzaba  a esa condición por el mérito propio, por el esfuerzo constante, por el valer real; por lo que se ha hecho antes y no por lo que se promete hacer.Martí resaltó un concepto que a mucho más de un siglo de haber sido expuesto, tiene hoy una extraordinaria vigencia puesto que aseguró: “Diputado es imagen del pueblo…”

De igual manera, el máximo e histórico líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, un gran admirador y continuador de la obra de José Martí, también se refirió en varias ocasiones a las características, el papel y la labor de los  Diputados.

Por ejemplo el 15 de marzo de 1993, en la clausura de la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su cuarta legislatura, Fidel expresó:  

“Claro está que un diputado debe hacer todo lo que pueda por su país en cualquier parte donde se encuentre, no puede volverse sectario, pensar únicamente en su distrito; pero el diputado debe hacer todo lo que pueda por su distrito, y cuando no pueda hacer nada, hablar con los electores cada vez que pueda y explicarles qué se hace y qué no se hace, qué puede hacerse y qué no puede hacerse.”

Precisamente acerca de ello se ha tratado en forma reiterada en este proceso electoral que se ha estado llevando a cabo en Cuba en estos momentos en el que el país se enfrenta a situaciones difíciles por el recrudecimiento del bloqueo económico de los Estados Unidos, los daños que causó y causa la pandemia de la Covid-19, y las afectaciones climáticas, y otros problemas de carácter subjetivo.

Todo ello requiere que se fortalezca la unidad, el diálogo con el pueblo, el necesario intercambio de los elegidos para realizar cualquier función, ya sea la de Diputado, como los delegados y las instancias de dirección en los respectivos Consejos Populares, municipios, provincias y nación, para con el esfuerzo de todos encarar los problemas y limitaciones, sobreponernos y vencer las dificultades y continuar trabajando en pro de alcanzar realizaciones que brinden bienestar, seguridad y felicidad al pueblo.

Vale recordar también lo que José Martí en el siglo XIX afirmó en relación con Cuba y los cubanos.

Él aseguró:  “En Cuba son más los montes que los abismos: más los que aman que los que odian; más los de campo claro que los de encrucijadas; más la grandeza que la ralea.” ... “La  revolución en Cuba es el aire que se respira, el pañuelo que la novia regala, el saludo continuo de los amigos, el recuerdo que venga y que promete, el suceso que aguardan todos.”

Autor: Vìctor Pérez-Galdós Ortíz