Vicentico, la radio y los aretes de la Luna
Conocí la voz del excelente bolerista por mi abuela Ana Díaz, que gustaba mucho de alternar las Alegrías de Sobremesa de Radio Progreso, con la COCO "el periódico del aire" para disfrutar de programas dedicado a cantantes de la talla de Benny Moré y Vicentico Valdés, de éste último hasta tarareaba sus boleros.
Aprendí por ese apego a la radio a tararear primero y aprender después la canción:
Los aretes que le faltan a la Luna / los tengo guardados para hacerte un collar / los hallé una mañana en la bruma / cuando caminaba / junto al inmenso mar ...
Vicente Valdés Valdés fue hermano menor del también cantante Alfredito Valdés, y junto a él cantó en el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro. Y aunque la enciclopedia Wikipedia resalta con error su fecha de nacimiento, lo cierto es que Vicentico nació el 10 de enero de 1921 en el barrio de Cayo Hueso, en pleno corazón de La Habana. Aunque en una entrevista con su hija mayor (Diana Valdés) ésta afirma que naciera en diciembre de 1919.
No es de extrañar la confusión, pues en aquellos años muchas personas nacían y eran inscriptas meses después de su natal, entonces en los documentos oficiales aparecían con una fecha y la familia confirmaban otra (siempre entre los mismos meses o el mismo año). Así sucedió con algunos de mis familiares cercanos.
Cuando mi abuela Ana, escuchaba a Vicentico, le decía "el Rey del Bolero". Y mi madre siempre lo identificaba tarareando la emblemática canción "Plazos Traicioneros"
El famoso y popular cantante Vicentico Valdés también integró la Charanga de José, Cheo, Belén Puig. En ellas interpretó sones, guarachas y danzones. Fue, asimismo, integrante de la orquesta "Cosmopolita" que dirigía Antonio María Romeu, y muchos articulistas coinciden en que trabajó también con la Sonora Matancera con la que grabó éxitos como Yo no soy guapo (guaracha de Reineiro Martínez) y el bolero mambo Decídete mi amor.
Miguelito Valdés (Míster Babalú Ayé), Benny Moré, el mayor sonero de Cuba, René Cabel, Orlando Contreras (la voz romántica), Ñico Membiela, Abelardo Barroso, Tito Gómez (Vereda Tropical), Orlando Vallejo, Panchito Riset, fueron contemporáneos que le acompañaron en la popularidad de aquellos años de las décadas de los años 50s y 60s.
En los meses finales de 1947, Vicentico Valdés fue contratado como cantante de la orquesta del pianista puertorriqueño Noro Morales en Nueva York, con la cual hizo una singular versión de La vie en rose. En esa ciudad tuvo una exitosa temporada en el Teatro Hispano y según la prensa, “lo consagró en el gusto de la comunidad latina”.
Aunque su repertorio se concentra en los boleros, pero no deja de cantar sones, montunos, guajiras y guarachas. Es impresionante como Vicentico se hace eco de lo que estaba aconteciendo con el filin en Cuba, e incorpora a su quehacer interpretativo joyas musicales como Las perlas de tu boca, de Eliseo Grenet, Tú mi adoración, de José Antonio Méndez, Llora de Marta Valdés, y Añorado Encuentro, de Giraldo Piloto y Alberto Vera.
El destacado periodista Pedro de la Hoz en un artículo titulado Vicentico Valdés no puede quedar atrás, publicado en el periódico Granma el 27 de diciembre de 2018 apuntó: “En los predios del son dejó huellas. Por ahí empezó desde jovencito, animado por su hermano mayor Alfredo, a quien todavía debemos el reconocimiento que se merece por su labor fundacional en las formaciones que implantaron la norma tradicional del género. Dicho sea y no de paso, otros dos hermanos suyos figuran por derecho propio en la historia de la música cubana, Marcelino y Oscar, percusionistas, el último padre de quien fundó con Chucho la legendaria banda Irakere y actual líder de Diákara. Del linaje sonero de Vicentico el programa radial mostró el tremendo sabor que le puso a Brucamaniguá, cuando en México integró la línea frontal del conjunto de Humberto Cané”,
Vicentico Valdés falleció, el 26 de junio de 1995, en la ciudad norteamericana donde conformó su orquesta y se entregó a una vida familiar de la cual nacerían tres hijos. Llevaba dos años retirado de los escenarios, debido a una afección cardíaca padecida desde hacía una década. Su cadáver yace en un cementerio de Nueva York.
Con su música y su potente voz, Cuba y el barrio de Cayo Hueso, cuenta con uno de sus más grandes íconos de la interpretación, con quien siempre tendremos un AÑORADO ENCUENTRO, por la calidad de sus contenidos musicales.
Aunque lejos estemos tú y yo / siempre unido estará nuestro amor / añorando tan solo el momento / de estrecharnos con loca y tenaz pasión.
Ni siquiera logré imaginar / me quisieras lo mismo que yo / aunque siempre en mi pecho callara / la inquietud que al tus ojos mirar me ahogaba.
Hoy rompo las cadenas del silencio / logro decirte que te quiero / que tú eres todo lo que anhelo.
Volveremos a vernos tú y yo / trataremos del tiempo borrar / no tendremos en cuenta razones / que no sean las de nuestros corazones.
Autora: Maria Salomé Campanioni Gonzále