Fallecido en La Habana el 12 de enero de 1993 Raúl Ferrer fue un gran pedagogo y poeta cubano.

Su nacimiento ocurrió en Mayajigua, en la entonces provincia de Las Villas el primero de julio de 1915.

Se graduó de maestro en la Escuela Normal de Santa Clara y de Bachiller en Ciencias en el Instituto de Segunda enseñanza de dicha ciudad, y durante 30 años ejerció la docencia en escuelas primarias y secundarias.

También entre 1942 y 1962 ocupó diversas responsabilidades en el movimiento sindical de los educadores en el país.

En 1961 se le designó para atender las funciones de Vicecoordinador nacional de la gran Campaña de Alfabetización que se realizaría en Cuba durante ese año mediante la cual más de 700 mil personas aprendieron a leer y escribir.

Algunos años después participó en varios eventos significativos a nivel internacional, tales como el Congreso Mundial de Alfabetización, realizado en Teherán en 1965 y la Conferencia mundial de educación de adultos, efectuada en Tokio en 1972.

Como creador Raúl Ferrer también publicó poemas  y trabajos relacionados con la educación y otros temas en diversas publicaciones cubanas.

Dirigió revistas entre ellas El placer de leer y Educación y revolución. Igualmente impartió múltiples conferencias.

Trabajos suyos sobre la educación  fueron incluidos en los libros Ocho conferencias revolucionarias, editado en La Habana en 1959, y Educación y revolución, Sexto ciclo, publicado en 1961.

Poemas creados por él  figuran en las colecciones Poesías a Martí, La poesía social en Cuba, 10 poetas de la Revolución y en otras obras colectivas. Varios de sus poemas fueron traducidos a distintos idiomas.

Por su meritoria labor como educador y como creador en general Raúl Ferrer se hizo acreedor de varios significativos reconocimientos, entre los cuales estuvieron premios internacionales sobre la alfabetización, la Medalla XX Aniversario del triunfo de la Revolución y otras distinciones.

Uno de sus poemas más célebres fue el  Romance de una niña mala. En dicha obra él plantea una reflexión acerca del por qué califican a una niña de esa forma tan sólo por su comportamiento sin tener en cuenta sus valores espirituales. Precisamente en  una parte del poema él enfatizó:

-Y yo pregunto: “Vecino, 

vecino de mala entraña, 

¿quién puede decir que sea  por eso mi niña mala?. 

Si hubieras visto lo íntimo de su vida y de su alma 

como lo ha visto el maestro 

¡Qué diferente pensaras…!