Fidel y el valor de las ideas
José Martí enfatizó en un trabajo titulado Nuestra América que se publicó en los Estados Unidos en enero de 1891 que trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
Martí le dio una trascendental importancia a las ideas e incluso aseguró que más se engrandece la idea “a que servimos mientras más se sacrifica a ella.”
Fidel Castro fue inicialmente un joven abogado que sintió una gran admiración por Martí y lo tuvo como fuente de enseñanza y ejemplo a seguir.
Precisamente en 1953, año en que se cumplió el centenario del natalicio de Martí, él organizó y encabezó a un grupo de combatientes revolucionarios que con el asalto a los cuarteles “Moncada”, en Santiago de Cuba, y el “Carlos Manuel de Céspedes”, en Bayamo, inició la lucha contra la dictadura militar reaccionaria existente en el país.
El 16 de octubre de ese año cuando pronunció su alegato en el juicio que se le seguía enfatizó que traía en el corazón las doctrinas del Maestro y recordó algunos principios expuestos por José Martí.
Años después tras salir de la prisión y haber reorganizado en México a un grupo de combatientes que retornó a Cuba a bordo del pequeño yate “Granma”, Fidel también fue un continuador de la obra realizada por Martí y otros patriotas y lo hizo tanto con la fuerza de las armas en la mano como con las ideas.
Tras el triunfo de la Revolución en enero de 1959 Fidel además se refirió en múltiples encuentros que tuvo con el pueblo cubano, en actos, en concentraciones populares, en diálogos sostenidos en los múltiples recorridos que hacía por el territorio nacional, e incluso también en intervenciones realizados en eventos internacionales y en visitas a distintos países, al valor de las ideas y como máximo dirigente de la Revolución siempre tuvo en cuenta ello.
Cito de inmediato tan sólo algunos fragmentos de sus discursos para ejemplificar lo detallado.
EL 5 de mayo de 1959 en una escala que hizo en Montevideo, capital de Uruguay, en el viaje de regreso a Cuba desde Buenos Aires, Argentina, donde había participado en una conferencia internacional, Fidel detalló: ¿Que el camino sea difícil implica el desaliento? No, jamás podremos ser hombres invadidos por el desaliento, porque caminos difíciles hemos emprendido más de una vez, caminos difíciles hemos afrontado más de una vez, y los hechos demuestran que cuando hay confianza en las ideas, se llega lejos y se gana terreno; que sea difícil no es motivo de desaliento, sino simplemente tener conciencia de que ello es difícil, pero no imposible. De ahí que cada uno de nuestros actos tengamos que medirlos con tanta responsabilidad.
Algunos años después en un encuentro que sostuvo con miembros del entonces denominado Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba de las provincias de Pinar del Río, La Habana y Matanzas, Fidel igualmente se refirió a la fuerza de Cuba y la significación de las ideas.
Afirmó en ese encuentro efectuado en el entonces Teatro Chaplín, en La Habana el 22 de febrero de 1963: “¿Qué es Cuba? Cuba es el ejemplo, Cuba es la idea. La fuerza de Cuba es la fuerza de sus ideas revolucionarias, la fuerza de su ejemplo.”
Para Fidel, según lo especificó en otras de sus intervenciones, cuando un pueblo está persuadido de sus ideas, ese pueblo es invencible, y no hay armas, por sofisticadas que sean, capaces de vencerlo.
Fidel igualmente aseguró que Revolución es siembra de ideas, esfuerzo propio, formación de conciencia, revolución es el triunfo que se logra no con el esfuerzo de otros, sino con el esfuerzo propio y enfatizó que “¡Revolucionarios son los que forjan una obra, revolucionarios son los que llevan adelante a sus pueblos, revolucionarios son los que saben vencer los obstáculos para marchar adelante!”
Otra consideración importante expuesta por Fidel en torno a las ideas se puede apreciar en lo que señaló el 2 de diciembre del 2001 en Santiago de Cuba en el acto efectuado para conmemorar el aniversario 45 del desembarco de los expedicionarios del Granma y el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias,
Entonces señaló: “Las ideas justas tienen un poder superior a todas las fuerzas reaccionarias juntas.
“Las tecnologías más sofisticadas con las que se pretende convertirnos en esclavos o súbditos de un poder imperial universal, no pueden ni podrán vencer jamás la conciencia y la inteligencia de los seres humanos.”
Reitero que se pueden citar otros múltiples ejemplos porque esto constituyó una constante en una gran parte de sus discursos en los que también planteó consideraciones en torno a la actitud y motivaciones de los seres humanos y cómo las ideas constituían algo esencial.
Él comento que resulta asombroso que, a pesar de la diferencia entre los seres humanos, puedan ser uno en un momento o puedan ser millones, y solo pueden ser millones a través de las ideas.
Precisamente también enfatizó al respecto que son las ideas loa que nos unen, las que nos hacen pueblo combatiente, las que nos hacen, ya no sólo individualmente, sino colectivamente, revolucionarios y precisó que es entonces cuando se une la fuerza de todos, cuando un pueblo no puede ser jamás vencido y cuando el número de ideas es mucho mayor; cuando el número de ideas y de valores que se defienden se multiplican, mucho menos puede un pueblo ser vencido.
Y es que para Fidel, como patentizó además en un discurso pronunciado el 19 de marzo de 1980, en la Isla de la Juventud la revolución es el pueblo, y seguidamente precisó: “Y las ideas revolucionarias, las causas justas, la fuerza del pueblo es fuerza de pueblo, son invencibles.”
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