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Fecha: 07/08/2022

Scrabble en Cuba: mucho más que palabras

Por: Lourdes B.Benítez Cereijo

Para ser honesta, lo único que conocía del Scrabble provenía de escenas de películas made in Hollywood, donde los protagonistas se sentaban a matar el tiempo, mientras bebían vino y ponían fichas con letras sobre un tablero.

Cuál fue mi sorpresa cuando revisando las redes sociales una amiga publica la «noticia» —decir noticia es demasiado porque no salió en ningún medio, solo fue un hecho compartido entre conocidos—, de que otro amigo en común se había alzado con el primer lugar en un campeonato regional de Scrabble celebrado en la capital cubana. Y de momento se me hizo difícil visualizar la imagen de ese juego «hecho en Cuba». Desconocía que se practicaba aquí gracias a todo un movimiento promotor de ese quehacer.

De esa manera, retomé el contacto con el antiguo compañero de estudios para dialogar sobre su victoria en el certamen y las maravillas de ese universo.

Su nombre es Miguel Stevens y quienes lo conocemos lo describimos como «un pan que camina», porque la nobleza es su rasgo más distintivo. En el diálogo sostenido vía WhatsApp me comentó que al Scrabble llegó de manera fortuita. «Un día de noviembre del año 2007 fui a la biblioteca municipal Rubén Martínez Villena, en La Habana Vieja, para estudiar. Justo se estaba realizando un torneo. Conocía el juego, a través de las películas, pero nunca imaginé que se jugara acá y con ese rigor. Te confieso que fue amor a primera vista. Me puse en contacto con el coordinador del grupo, que en aquel momento era René Mesa, y empecé a participar en los talleres y torneos que se organizaban.

«El otro día meditaba que ya van a ser 15 años, casi un tercio de mi vida, que he dedicado al Scrabble».

En esos casi tres lustros de pasión por el idioma y estudio constante, Miguel Stevens ha visto recompensada su dedicación pues, además del primer premio en el reciente campeonato Norcenca (Norte, Centro, Caribe), en 2014 ocupó el tercer escaño en el campeonato del mundo, que tuvo a Cuba como sede por primera vez. Todo ello lo convierte en el mejor jugador del patio, el número uno del ranking nacional y el mejor ubicado a nivel internacional.

La tarea no es para nada sencilla. Todo es más complicado que como se muestra en el cine. Me explicó que es un juego de mesa para dos a cuatro personas, conformado por un tablero de 15 por 15 casillas y cien fichas (letras), el cual presenta cuadrantes de premio y las piezas tienen un valor específico, que obedece a la frecuencia con que se utilizan en el idioma. Las fichas están en una bolsa y se toman al azar, el jugador debe tener siete en su atril, en cada turno, para formar una palabra.

«De esta manera, a las letras que más utilizamos el creador les dio menor valor y mayor cantidad. En cambio, las menos utilizadas poseen mayor valor y su cantidad en el juego es menor. Por ejemplo, la vocal A, vale un punto y hay 12. En cambio, la consonante Z tiene un valor de 10 puntos (es la que más vale), y solo hay una. Hay dos comodines (fichas en blanco), y el jugador que las toma puede utilizarla según sus intereses.  El objetivo fundamental es hacer la mayor cantidad de puntos formando palabras. Gana quien a lo largo de la partida acumula más puntos. Las palabras se van insertando a modo de un crucigrama y la puntuación depende de las letras que al azar va tomando cada jugador y de la posición en que la inserta en el tablero».

Ciertamente en nuestras fronteras es una práctica bastante desconocida. Quienes practican Scrabble en Cuba tiene su cuartel general en la biblioteca Rubén Martínez Villena. «Allí, con el apoyo incondicional del Historiador de la Ciudad, doctor Eusebio Leal, fuimos acogidos para que pudiéramos llevar adelante el proyecto de promoción y divulgación. A nivel mundial posee gran popularidad. Aunque existen versiones en diferentes idiomas, la esencia es la misma, solo que la distribución de las fichas, así como su valor, cambia en dependencia del lenguaje.

«Se realizan torneos de carácter regional y mundial. Hay tres circuitos que tienen un calendario de gran magnitud: el anglosajón, el francófono y el hispanoamericano», puntualiza Stevens.

A su juicio, la mayoría de las personas lo perciben como un entretenimiento, pues no gustan del rigor de una competencia. No obstante, constituye un serio ejercicio del conocimiento, pues se interactúa activamente con la parte teórica del idioma, y esto aporta muchas luces indudablemente.

La disciplina y la exigencia no les son ajenas en su quehacer. «El scrabblista es un estudioso del idioma, más específicamente de las palabras. Nuestro libro de cabecera es el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Ahí nos remitimos para el estudio. Luego, la lectura es fundamental en pos de incorporar conocimientos de cultura general. Finalmente, el jugar con cierta frecuencia facilita aprehender las técnicas y tácticas del juego.

«A lo largo de este tiempo he tenido el inmenso placer de conocer a un sinnúmero de personas, no solo de Cuba, sino de otros países, que comparten esa pasión. Mi conocimiento del idioma español, así como mi cultura general ha aumentado considerablemente».

—¿Podría decirse que el Scrabble es un ajedrez de las palabras?

—Sí y no. Combina elementos de varios juegos. La estrategia está también presente, pues en una partida uno debe impedir que el contrario obtenga una puntuación mayor. A diferencia del ajedrez, acá el factor suerte también está presente, y esto hace que no se tenga en cuenta propiamente como un deporte, como un juego mental.

«En 2018 se celebró en Camagüey un simposio de los juegos de la mente. El presidente de dicha federación a nivel mundial, el presidente de la Federación de Scrabble en Español y parte del grupo promotor en Cuba, participaron en ese evento. Se hizo un requerimiento para que formara parte de las Olimpiadas de los juegos de la mente, en la modalidad de duplicada, en la que se elimina el factor suerte y se impone el conocimiento».

Respecto al recién finalizado torneo Norcenca explicó que todos los jugadores cubanos lo esperaban motivados y con grandes expectativas. Las posibilidades de un cubano de insertarse en un torneo regional o de tener fogueo con participantes foráneos son bien limitadas. De modo que la realización de una competición de carácter internacional en nuestro país constituye la única forma que tienen de comparar su nivel con el de los jugadores de otras latitudes.

—¿Ganar este torneo qué ha significado para ti?

—Un premio es siempre una fuente de motivación para seguir perfeccionando el estilo de juego. Después de esto toca continuar preparándose para alcanzar en futuras competencias resultados similares y apoyar en la superación y promoción de los nuevos jugadores que se incorporan a la práctica de este pasatiempo.

Un poco de historia

Alfred Mosher Butts, un arquitecto neoyorquino, es considerado su creador. La Gran Depresión, la crisis que azotó la economía mundial durante la década del 30, dejó sin trabajo a Butts y en ese tiempo decidió hacer algo que combinara sus grandes pasiones: al ajedrez, los crucigramas y los rompecabezas. Cuenta la historia que inspirado por el éxito de Charles Darrow y su Monopoly, comenzó a investigar los tipos de juegos: los de movimiento, como el ajedrez; los de números, como el bingo, y los de palabras, como Anagrams.

Butts quiso crear un pasatiempo en el que el azar fuera limitado, y que potenciara la estrategia y el conocimiento. Así surgió lo que inicialmente llamó Lexiko y posteriormente Criss-Crosswords, pero todos los grandes fabricantes lo rechazaron. Similar suerte tuvo cuando presentó una solicitud en la oficina de patentes.

Se dice que para 1938 había hecho aproximadamente 200 juegos, muchos de los cuales vendió o regaló. Diez años después James Brunot y su esposa, quienes poseían uno de esos juegos elaborados por Butts, decidieron, previa autorización del creador, intentar comercializarlo. Para eso introdujeron algunas variaciones y lo rebautizaron con el nombre que lo conocemos hoy. El 16 de diciembre de 1948 fue patentado y se le concedió el derecho de reproducción.

Según refiere el licenciado Fidel Babani León, árbitro de Scrabble, en un texto que lleva su firma y publicado en Opus Habana: «Si en 1952 solo se habían vendido 37 000 juegos, para 1953 las ventas habían ascendido hasta seis mil semanales. Tal fue la demanda que Brunot cedió la licencia de fabricación a la compañía Selchow and Righther, una de las que lo había rechazado años antes. Luego la licencia de fabricación pasó a W. Spears en 1968 y paradójicamente Milton Bradley en 1987 adquirió los derechos de Scrabble, 53 años después de haber rechazado su fabricación.

«En 1953 se lanzó el juego a la venta en Gran Bretaña, siendo un éxito de inmediato. El primer campeonato mundial de Scrabble en inglés se celebró en 1991 en Londres y el segundo en Nueva York, en 1993. Madrid fue la sede del primer campeonato mundial en español en 1997 y el segundo tuvo lugar en México al año siguiente. Alfred Butts asistió a la competición de Nueva York y quedó maravillado de lo lejos que había llegado su creación, este hombre modesto y sin pretensiones siguió jugando Scrabble con sus familiares y amigos hasta el fin de sus días en abril de 1993 a los 93 años de edad. James Brunot falleció en 1984, y no tuvo la suerte de ver celebrarse los torneos mundiales».

Scrabble en Cuba

A través de Miguel Stevens, Juventud Rebelde contactó también con Richard Velázquez Camilo, coordinador ejecutivo del grupo promotor del Scrabble en Cuba. Con él dialogamos sobre la historia de ese pasatiempo, su introducción y desarrollo en nuestro país.

 «Es el pasatiempo de palabras más vendido del mundo y en el salón de la fama de los juegos de mesa, que radica en Estados Unidos, ocupa el segundo lugar detrás del Monopolio. A Cuba llegó a principios de este siglo, mediante amigos independentistas puertorriqueños que se lo enseñaron a René Mesa García, quien es el fundador de nuestro grupo y coordinador general. Él comienza a practicar con amigos del barrio y dice que no pocas veces terminó en el cuerpo de guardia de un hospital con presión elevada o terribles dolores de cabeza porque le cogía la madrugada jugando.

 «En aquella época ni siquiera sabían bien las reglas y para validar una palabra bastaba que saliera en un prospecto médico o en un recorte de periódico. René supo que existía una federación internacional, cuyo presidente en ese entonces, el argentino Horacio Moavro durante una visita a Cuba en el año 2002 le propuso crear un grupo, como ya se había hecho en varios países hispanoamericanos. René salió a buscar apoyo en el Inder, el Ministerio de Educación, de Cultura; pero solo encontró oídos receptivos en Eusebio Leal, que acogió la iniciativa y la dirigió a la biblioteca Rubén Martínez Villena, donde se fundó en 2006. Hoy el grupo promotor de Scrabble en Cuba acumula 16 años de incansable quehacer».

 La principal misión del grupo QBA (un juego de palabras que nombra a Cuba) es promover y divulgar la práctica del Scrabble mediante un programa de competencias anuales, clases, talleres, actividades didácticas para personas de todas las edades, pero con énfasis en ancianos y niños, por los beneficios que brinda como mejoramiento del vocabulario, de la ortografía, del idioma y ejercitar la memoria. Los primeros sábados de cada mes realizan torneos y los segundos sábados imparten clases. En tanto, dos veces al mes en la biblioteca Antonio Bachiller y Morales, del municipio de Centro Habana, se realizan talleres y una vez al mes, los primeros miércoles, se hacen en la Biblioteca Nacional José Martí.

 «Si bien el juego no es popular aquí, no ha sido freno para que Cuba sea hoy considerada una potencia mundial, pues en el ranking internacional ocupamos el quinto lugar como país. En el campeonato mundial de 2012 nuestro equipo se coronó con la medalla de oro; en 2014, en el mundial de Scrabble en español del cual fuimos sede, alcanzamos plata y Miguel Stevens obtuvo la medalla de bronce en el plano individual. Luego, en 2019 obtuvimos bronce en el torneo del orbe realizado en Panamá.

 «Otro elemento que habla también de la fuerza de nuestro juego es que Cuba es el único país que realiza anualmente un torneo internacional, incluido dentro del circuito de eventos de esa categoría de la Federación Internacional de Scrabble en Español».

 Siendo así no es de extrañar que el Norcenca, donde compitieron 29 jugadores, haya sido un éxito y también una forma de reconocer los notables resultados y la encomiable labor realizada por el grupo promotor del Scrabble en Cuba. Una labor que va más allá de la promoción. Richard Velázquez es diseñador y profesor del Instituto Superior de Diseño. Ha puesto sus conocimientos al servicio de su pasión por el Scrabble mediante la creación de la versión cubana de ese pasatiempo.

 «Se llama Léxico como homenaje a su creador. No utilizamos el nombre Scrabble porque se trata de una marca comercial. Eso lo hacen todos los países, en España se llama Intelect y en naciones de sudamérica es Palabras Cruzadas. Solo cambia el diseño, los colores, las fichas, el tamaño… Diseñé esta propuesta pensando primero en la ergonomía, con fichas que fueran cómodas para los niños, fáciles de manejar; y segundo, el ahorro de materiales. El juego se estuvo produciendo por la empresa Empromave y se vendió en eventos como la Feria del Libro o se distribuyó en las bibliotecas. Ahora no hay materia prima, pero están los moldes, el diseño, el interés y la intención. 

 «Nuestro deseo es que se pueda jugar en las esquinas como el dominó, porque creemos que en Cuba hay un terreno fértil para eso. Pero las dificultades se acumulan, a las carencias materiales visibles en la escasez de relojes necesarios para las partidas e incluso de papel para las anotaciones, se suma la falta de mecenazgo».

Los sueños

 Miguel Stevens, Richard Velázquez y todos sus compañeros tienen muchos anhelos, sueños que van más allá de las palabras. Aspiran a tener un programa nacional de enseñanza del Scrabble, para que esa práctica llegue a las escuelas; aspiran a realizar campeonatos infantiles y juveniles, porque se trata no solo de emplear sanamente el tiempo libre, con emoción y adrenalina, sino de ganar en conocimientos. Sueñan con que el grupo pueda extenderse por toda la Isla porque actualmente son apenas dos núcleos fundamentales: uno en la capital y otro en Matanzas, donde el profesor Alejandro Porto ha realizado una labor espléndida. Sueñan con la posibilidad de realizar un campeonato nacional y que todos los territorios estén representados.

Por eso, que un cubano haya logrado escalar las más altas posiciones del Scrabble en diversos certámenes es un impulso.

 Que jugadores como Stevens se coloquen a ese nivel se convierte inmediatamente en un ejemplo a seguir, en un paradigma para los jóvenes, los niños y los que comienzan a descubrir ese universo. Para los integrantes del grupo es una alegría infinita, sobre todo por las dificultades que enfrentan a la hora de poder asistir en citas foráneas, asegura Richard Velázquez.

 «Con su victoria y desempeño recientes, Miguel Stevens sumó 46 puntos a su ranking ELO, lo cual lo ubica entre los primeros 20 a nivel mundial. Llevamos muchos años idealizando la popularización y la práctica masiva del Scrabble en Cuba y este triunfo es un peldaño más en ese sueño por lograr».

Miguel Stevens se coronó vencedor del torneo norcenca de Scrabble.

El grupo promotor del Scrabble en Cuba hace múltiples talleres para los niños.

Tomado de Períodico Juventud Rebelde

 

 

 

 

 

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El grupo promotor del Scrabble en Cuba hace múltiples talleres para los niños.

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