Figura relevante de la medicina cubana, el oftalmólogo Orfilio Pelaez Molina falleció en La Habana el 17 de enero del 2001 cuando tenía 77 años.

Fue el creador de la técnica quirúrgica para la cura de la retinosis pigmentaria.

Su nacimiento tuvo lugar el 17 de noviembre de 1923 en Camagüey.

Con el decursar de su existencia el doctor llegó a alcanzar un gran prestigio tanto en Cuba como a nivel internacional.

Por su infatigable labor en la medicina y los resultados de su trabajo recibió numerosas condecoraciones y reconocimientos.

Se le otorgó la condición de Héroe del Trabajo de la República de Cuba. Fue elegido como diputado durante dos períodos consecutivos a la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba.

Por su aporte a la ciencia el estado cubano también le confirió la Orden Carlos Juan Finlay como reconocimiento a sus méritos en la lucha contra la retinosis pigmentaria.

También recibió las Órdenes Lázaro Peña de primer grado, Frank País de segundo grado, la José Tey y la  medalla Hazaña laboral.

Especialista de Primer Grado en Oftalmología y Profesor Consultante, el doctor Orfilio Peláez fue miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, Miembro titular de la Asociación Panamericana de Oftalmología, de la Asociación para la Investigación en Visión y Oftalmología de los Estados Unidos, de la Sociedad Mundial y la Española de Oftalmología y de la Academia Mexicana de Ciencia, así como de otras importantes instituciones y organizaciones científicas.

Durante los últimos de su existencia dirigió la Clínica Internacional de Retinosis Pigmentaria que se localiza en la calle L, entre Línea y 13 en el Vedado, en La Habana.

Esta institución ha recibido premios de calidad otorgados por España y también ha obtenido reconocimientos tanto de diversos especialistas así como de pacientes.

El Doctor Peláez fue a su vez  el creador del Programa Nacional de Retinosis Pigmentaria y hasta su fallecimiento se mantuvo trabajando.

Participó en forma activa en múltiples congresos, foros, simposios en diferentes partes del mundo y contribuyó a la formación de otros destacados médicos y científicos.

Su vida y obra  siguen teniendo una especial significación más allá de su desaparición física, puesto  que la institución que creó, y el método encontrado para encarar los efectos de esa perjudicial enfermedad de la vista, continúan desarrollándose en el país, basándose precisamente en las experiencias por él obtenidas en la meritoria investigación realizada a través de casi toda su existencia.

El nombre del doctor Orfilio Pélaez ocupa y continuará ocupando un lugar muy significativo en la ciencia y la medicina tanto en Cuba como en el mundo puesto que él seguirá siendo ejemplo del científico que dedicó sus esfuerzos en aras de dar una contribución valiosa a la humanidad.