AGUSTÍN PARLÁ
Fallecido en La Habana, el 31 de julio de 1946, en un accidente de aviación, Agustín Parlá fue el primer cubano en graduarse de piloto a principios del siglo veinte en la Escuela de Aviación Curtiss, en la Florida, Estados Unidos de América.
Hijo de emigrados cubanos en Cayo Hueso y colaboradores de José Martí, Agustín Parlá había nacido en esa zona del territorio norteamericano el 11 de octubre de 1887.
Al terminar la dominación española su familia se traslada a Cuba.
El 2 de enero de 1912 el piloto estadounidense Charles Walshen realizó algunos vuelos de exhibición en La Habana y solicitó un voluntario para dar una vuelta sobre la capital cubana.
Parlá se ofrece y fue así como se convirtió en el primer cubano que ve la tierra desde un avión.
Walshen se queda admirado de la valentía del joven y lo anima a estudiar aviación en la Curtiss School de Miami. Algún tiempo después logró alcanzar el título de piloto.
Parlá realizó su primer vuelo el 9 de febrero de 1912. Pocos meses después obtuvo la correspondiente licencia, pero al regresar a La Habana no contaba con ningún aparato para ejercer su profesión.
En esa época, un endeble y precario hidroavión Curtiss valía no menos de cinco mil pesos, cantidad que estaba muy por encima a las posibilidades económicas del joven piloto cubano.
Gracias a muchos amigos y admiradores que hicieron colectas, rifas y campañas el recién estrenado aviador consiguió su propia máquina, justo pocos días antes de iniciarse una prueba planteada por el Ayuntamiento de La Habana.
Se ofrecía la cantidad de 10 mil pesos al piloto que hiciera por primera vez el vuelo entre Cayo Hueso-La Habana y lo llevara a cabo en menos tiempo.
Él se propuso en participar en la prueba de realizar un viaje entre Cayo Hueso y La Habana que se efectuó el 17 de mayo de 1913.
Parlá, sin embargo, no pudo siquiera despegar. Desperfectos en el motor le impidieron salir hasta el día 19.
Para la fecha las condiciones de vuelo habían cambiado. Ya no fue posible mantener en la zona los buques escoltas y de rescate.
Él se empeñó en hacer el viaje incluso sin atemorizarse por el aviso meteorológico que alertaba sobre la posibilidad de una borrasca.
Como instrumento de vuelo, llevaba solo una brújula de bolsillo, no profesional y que con el traqueteo de aquel aparato volante y los vientos variables le produjeron un margen de error de ¡50 kilómetros!
El audaz aviador identificó las costas cubanas —según confesó después— por las muchas palmas del paisaje. Sin embargo, tuvo que amarizar en El Mariel. Solo pudo completar el viaje diez días después, cuando posaba su aparato en las tranquilas aguas frente a la entonces Caleta de San Lázaro, hoy Parque Maceo.
Posteriormente Parlá participó en otras demostraciones significativas, incluso el 20 de mayo de 1919 inauguró junto a Johnny Green el primer vuelo comercial de Cuba y el 7 de mayo de 1920 sobrevuela La Habana de noche. También sobrevoló las Cataratas del Niágara.
Parlá quién desempeñó importantes funciones dentro del sector de la aviación en Cuba fue destituido arbitrariamente en 1946 de la responsabilidad que tenía. Poco tiempo después se produjo su fallecimiento en un accidente de aviación que no se llegó a determinar si fue provocado por él.