IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE MONSERRAT
Grandes vínculos históricos y familiares unen al pueblo cubano con el catalán, como reflejo de raíces que se mezclan para formar un mismo árbol, para dejar su huella múltiple y fecunda. Formando parte del patrimonio material de ese legado se localiza en La Habana la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat, conocida como La Ermita de los Catalanes.
Ubicada en el kilómetro ocho y medio de la avenida de Rancho Boyeros, este centro religioso ha alimentado los sueños y fantasías de muchas personas de las miles que cruzan a diario por esta popular arteria de la capital cubana. Su posición en lo alto de una loma, rodeada de frondosos árboles hace que parezca flotar entre las nubes.
La historia de este templo se remonta al año 1885 cuando directivos del Centro Catalán de La Habana y otras asociaciones, acariciaron la idea de construir una iglesia dedicada a la Virgen de Monserrat. Según documentos de la época, se creó una comisión para buscar un lugar que rememorara la Montaña de Monserrat en la Isla de Cuba.
La comisión encargada de estas acciones seleccionó la Loma del Tadino, que comenzó a llamarse desde entonces Loma de Monserrat o Loma de los Catalanes. A partir de ese momento se abrió una suscripción popular para la construcción y ornamentación del templo.
En el año 1886 se colocó la primera piedra de la Ermita, pero numerosos avatares demoraron su culminación hasta el 24 de julio de 1921, en los terrenos que ocupa hoy el Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución.
La presencia de la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat en ese lugar sería efímera pues en el año 1951 el estado expropió los terrenos de la Ermita para concretar el proyecto de la llamada Plaza Cívica y el Monumento a José Martí.
Al ser demolida la construcción, la Sociedad Catalana de Beneficencia solo pudo recuperar algunos mármoles, el altar, la virgen, los vitrales y las ventanas plomadas que hoy forman parte del templo.
En los primeros meses de ese mismo año, 1951, se iniciaron las obras de adaptación de los terrenos adquiridos para levantar la nueva iglesia cuya construcción estaría a cargo de los arquitectos Vicente Sallés y Francisco Padilla.
Como modelo a seguir fue escogida la Iglesia de San Agaró, en Cataluña, considerada una genuina representación de la arquitectura mediterránea. La actual Iglesia de Monserrat quedó totalmente concluida en el año 1954. Consta de tres naves y mide 28 metros de largo con una fachada de 22 metros de alto.
Hay quienes aseguran que este centro simboliza el paso de los Catalanes por la mayor de las Antillas y aún hoy los devotos de la Virgen de Monserrat acuden al templo para asistir a misa u otras ceremonias religiosas. Allí también se celebra la fiesta de la Rosa de Abril, donde hombres y mujeres lucen en el pecho la simbólica flor, muestra de fe y esperanza.