Muchas historias y curiosidades están relacionadas con la Universidad de La Habana, declarada  Monumento Nacional en 1978.

Una de las más interesantes está relacionada con su Alma Mater, símbolo de este centro, el más antiguo de su tipo en Cuba, fundado el 5 de enero de 1728 por los frailes dominicos pertenecientes a la Orden de Predicadores. Esta universidad es una institucióndela enseña superior en nuestro pais y es una de las primeras universidades de América.

Originalmente esta universidad se encontraba ubicada en La Habana Vieja.No es hasta el año 1902 que la institución se traslada para quedarse en  su ubicación actual en el Vedado habanero. Se localiza en la intersección de la calle L y San Lázaro.Allí, entre su arquitectura neoclásica, justo entre el Rectorado y la simbólica escalinata de la entrada, se encuentra el Alma Mater.

En 1919 un escultor checo radicado en La Habana, de nombre Mario Joseph Korbelse propuso realizar una Alma Mater que sería colocada en la colina universitaria.

Esta simbolizaría a Palas Atenea o a Minerva, diosas de la sabiduría en la mitología griega y romana, respectivamente.

El autor necesitaba urgentemente el rostro indicado para poder comenzar su obra. Es entonces que a sus oídos llegaron los comentarios sobre unas hermanas renombradas en la sociedad habanera de la época por su impresionante belleza de apellido Villalón. Entonces sin pensarlo dos veces partió inmediatamente tras ellas.

Korbel,escogió a la joven Feliciana Villalón y Wilson que contaba entonces con 16 años, nacida el 15 de febrero de 1903, de la que tomaría el rostro, la cabeza y el cuello.

Para el resto del cuerpo de la escultura posó otra criolla de más edad, lo cual hasta estos tiempos no ha sido posible identificar.

En relación con esta última se han tejido un sin número de leyendas: Unos dicen que fue Longina O’Farril, inmortalizada por la famosa composición de Manuel Corona, “Longina”, otros afirman que se trata de “La Macorina” María Calvo Nodarse, (la primera mujer chofer de Cuba, pionera también en obtener la licencia de conducción en la capital de principios del siglo XX). Lo cierto es que de estos episodios no hay nada concluyente.

Cubierto de una amplia túnica, el cuerpo del Alma Mater habanera casi duplica el tamaño de la joven modelo, quien se prestó para tales menesteres por única vez.

La estatua con los brazos abiertosdescansa sobre un pedestal de piedra, escoltada por seis mujeres de estilo griego que simbolizan las diversas disciplinas académicas.

La obra fue esculpida en La Habana en 1919 y fundida en bronce en Nueva York. A esta estatua la flanquean cuatro soberbias edificaciones idénticas, construidas entre 1934 y 1940.

Inicialmente la escultura estuvo ubicada en otro espacio de la universidad, cerca de la Plaza Ignacio Agramonte, antes Plaza Cadenas.En 1927 fue situada en el lugar donde se puede apreciar en la actualidad.

Un año después, en 1928, quedaría terminada la escalinata y con ella el paisaje perfecto para recibir a los estudiantes, cada año.