CAPITOLIO NACIONAL
El Capitolio Nacional, por sus dimensiones, constituye una de las mayores edificaciones, no sólo de La Habana, sino de Cuba en general.
Desde 1910 se comenzó a planear su creación.
Finalmente el Capitolio Nacional quedó concluido en los años finales de la década del veinte. Se inauguró de modo oficial el 20 de mayo de 1929.
Antiguamente era utilizado como sede del Congreso Cubano, pero años después del triunfo de la Revolución fue sede de la Academia de Ciencias de Cuba y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología, y después allí radicó el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, CITMA.
Posteriormente luego de un arduo proceso de restauración se destinó para servir de sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El edificio del Capitolio, construido bajo la dirección del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra, es de gran belleza.
Fue construido con piedra caliza blanca de Capellanía y granito. Su elegante cúpula realizada en piedra, cubierta con láminas bañadas en oro sobre planchas de cobre destaca en el horizonte de la ciudad con más de 90 metros de altura sobre el nivel de la calle.
En la planta superior de la edificación, justo en el centro debajo de la cúpula, hay un brillante diamante de 25 kilates.
Como curiosidad, es interesante saber que la distancia por carretera entre La Habana y cualquier otra ciudad del país se calcula desde este mismo punto.
La fachada del Capitolio consta de un cuerpo central bien destacado del resto de la edificación. Sobresale además la escalinata de granito bordeada por macizas guarderas coronadas por dos gigantescas figuras de bronce, las que simbolizan, respectivamente el trabajo y la virtud del pueblo cubano.
En el Capitolio resalta además el pórtico de la entrada que es de carácter monumental y que se halla soportado por las altísimas columnas jónicas de granito. A similar distancia del área central del Capitolio Nacional se localizan dos áreas salientes de menos anchura y elevación y entre dicho cuerpo central y las salientes citadas hay dos alas que las unen entre sí, formadas por esbeltas columnas dóricas.
El interior del Capitolio Nacional se caracteriza por su gran suntuosidad. Por su entrada principal después de un vestíbulo monumental se puede llegar hasta el gran salón central situado bajo la cúpula, conocido como el Salón de los Pasos Perdidos, llamado así por su excepcional acústica, en cuyo centro se encuentra la Estatua de la República, de 17,54 metros de altura, la cual fue la tercera mayor estatua bajo techo que existiese en el mundo.
La edificación también alberga otras áreas interesantes, como el Salón Baire, que fuera sala de conferencias y protocolo de la Cámara de Representantes; el Salón Bolívar, que conserva su mobiliario original y se encuentra envuelto en un ambiente refinado de Francia de la época de Napoleón; el Salón Baraguá, de estilo neoclásico, que fue utilizado como zona de trabajo para las secretarías de la Cámara de Representantes; y el Salón Martí, con un hermoso cromatismo y de estilo del renacimiento italiano, la cual sirve como antesala de la biblioteca.
A ambos lados están los hemiciclos cuyas puertas son muy hermosas y en éstos hay un verdadero derroche de ornamentación que cubre techos, pisos, paredes y puertas.
El Capitolio de Cuba fue declarado Monumento Nacional en noviembre del 2010. Además aparece nombrado por algunos expertos como uno de los seis palacios de mayor relevancia a nivel mundial.