El Café del Oriente es un sitio de renombrado lujo y confort, enclavado en el entorno inigualable de la Plaza de San Francisco de Asís en el centro histórico urbano de la capital cubana.

Se instaló en la planta baja del edificio esquinero en Amargura y Oficios, luego de los trabajos de rehabilitación realizados en el inmueble.

Se detalla que  la atmósfera acogedora de este lugar, rememora a los cafés madrileños de la península ibérica.

Este centro cuenta con dos salones: en la planta baja, el bar café, con una formidable barra a cuyo alrededor se disponen banquetas, mesas y pullmans; y en el piso superior, el salón restaurante clase cinco tenedores, con mobiliario elegante, en armonía con cortinas y tapices, y un sorprendente vitral multicolor, obra de la artista plástica cubana Rosa María de la Terga.

En esta restaurante, consagrado a las artes culinarias, se elabora con maestría más de sesenta platos con originales recetas de la alta cocina de  Europa, el Medio Oriente y Cuba,  con el acompañamiento imprescindible de reconocidos vinos.

Con solo traspasar el umbral que lo precede, el visitante descubrirá la atmósfera acogedora del centro  donde podrá saborear deliciosos bocadillos, tomar refrescantes cócteles y si lo prefiere, degustar el más exquisito de los almuerzos, en un ambiente distendido y refinado.

El edificio fue construido en las primeras décadas del pasado siglo XX. Acoge en su arquitectura los códigos formales de esa época, de ahí la marcada filiación al estilo ecléctico. Con dos plantas de altura, pone al descubierto su sobriedad y solidez.

Sin embargo, la ocupación del sitio fue muy temprana, pues en esta acera se encontraban las primitivas Casas de Gobierno y Cárcel de la ciudad, antes de la construcción de los palacios de la Plaza de Armas a finales del siglo XVIII, cuando estas instituciones se ubicaron en las casas de los vecinos más distinguidos de la villa.

El uso original del edificio que llega a nuestros días fue vivienda y comercio, lo que nos lleva a suponer la distribución bien diferenciada de sus dos niveles de altura, destinándose la planta baja a establecimiento y la planta alta para vivienda de su propietario, como era habitual.

Con el paso del tiempo albergó en su interior otras funciones, pues llegó a la década del ‘90 del pasado siglo XX convertida en una empresa del calzado, hasta que se desocupó y se trabajó en su rehabilitación.

 El restaurante fue inaugurado el 17 de diciembre de 1997 por el entonces Secretario General de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, y el Historiador de la Ciudad, el doctor Eusebio Leal Spengler. Además, el sitio presume de ser visitado por prestigiosas figuras nacionales e internacionales.

Es de señalar, que si bien esta construcción, no compite con la prestancia arquitectónica y la monumentalidad del resto de los edificios que conforman la plaza de San Francisco de Asís, tampoco desentona con el conjunto ni le resta valores, mostrándose en un todo, como uno de los más completos e importantes del patrimonio nacional.