El  9 de enero de 1793 se creó la Real Sociedad Patriótica de La Habana ó Real Sociedad Económica de Amigos del País que consagró su labor al progreso económico y social de Cuba y mantuvo como divisa permanente la de servir a la Patria, misión que supo adecuar a las características concretas de cada momento histórico. José Martí la calificó como la más alta y meritoria de las Sociedades cubanas.

Esta institución creó el 11 de julio de 1793 una biblioteca que se ha mantenido funcionando con el decursar del tiempo. Aunque la Biblioteca de la Universidad de La Habana funcionó desde 1728, año que fue fundado este centro  de estudios, se ha considerado la biblioteca de  la Sociedad Económica de Amigos del País, como la primera constituida  en Cuba dada su  autonomía como entidad pública y social.

En sus inicios esta biblioteca contó con 77 volúmenes. Funcionó al principio con carácter privado, pero el 12 de julio de 1794, a iniciativa de Don Luis de las Casas, Capitán General de Cuba, se hizo  pública.

Su primer bibliotecario fue José Arango, aunque por breve tiempo. Lo sustituyó Antonio Robreño, quién había cedido parte de su casa para alojar a la naciente biblioteca la cual fue trasladada en 1800 al convento de San Francisco.

 En este sitio estuvo hasta 1844 cuando fue ubicada en el extinguido convento de San Felipe. Doce años más tarde  fue trasladada a un edificio de la calle Dragones 308 y allí estuvo hasta 1947 cuando fue inaugurado el edificio donde actualmente funciona  en la entonces Avenida de Carlos III, identificada en la actualidad como Avenida Salvador Allende, número 710.

Esta edificación a su vez ha sido sede de la Asociación Cubana de Bibliotecarios y de la Escuela de Bibliotecarios. Después de haberse producido en Cuba el  triunfo de la Revolución pasó a ser dirigida por la Biblioteca Nacional. 

En 1961, al pasar al entonces Consejo Nacional de Cultura, éste creó en el propio edificio el Centro Cubano de Investigaciones Literarias, el que desaparece en 1965 para constituirse el Instituto de Literatura y Lingüística, del cual forma parte actualmente la Biblioteca.

Aunque sirve fundamentalmente como biblioteca especializada a los investigadores del Instituto, también continúa ofreciendo servicio público.

La riqueza principal de esta biblioteca consiste en obras literarias y de ciencias sociales cubanas, así como en colecciones de publicaciones periódicas.

En la capital cubana hay otras importantes bibliotecas como la que se identifica con el nombre de José Martí, que es la mayor de su tipo existente en el país.

Esta biblioteca fue fundada en el año 1901 y tiene su sede desde 1958 en un singular edificio que se encuentra en lo que en la actualidad la Plaza de la Revolución “José Martí”.

Otra de las bibliotecas más significativas de La Habana es la que se encuentra en el centro histórico urbano de la capital cubana y que se identifica con el nombre del joven luchador revolucionario y dirigente estudiantil universitario Julio Antonio Mella.

También en los restantes 14 municipios de La Habana hay bibliotecas, algunas de ellas especializadas en temas relacionados con la ciencia y la técnica y con notables figuras de nuestra historia como es la biblioteca que tiene su sede en el Centro de Estudios Martianos.