Una de las maquetas más importantes de nuestro país, además de la que refleja La Habana en general, es la que representa al centro histórico urbano de la capital cubana. 

Resulta muy significativa porque sirve como un espacio de interés y educación.

Es uno de los lugares más visitados por aquellos, tanto cubanos y extranjeros, que desean conocer con respecto a las plazas y edificaciones más representativas de la parte más añeja de La Habana.

En dicha maqueta se reflejan plazas y parques, iglesias, conventos, centros comerciales, culturales y recreativos y otros lugares.

El Centro Histórico de la Ciudad de La Habana, más conocido como La Habana Vieja,  abarca una superficie de dos coma 14 kilómetros cuadrados.  Está compuesto por dos zonas diferenciadas desde el punto de vista urbanístico: la antigua ciudad intramuros, y la franja aledaña que fue urbanizada al derribo de las murallas y edificada entre mediados del siglo XIX y las primeras décadas del XX.

El 16 de noviembre de 1999, en ocasión del 480 aniversario de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana y durante la celebración de la novena cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno fue inaugurada la Maqueta de La Habana Vieja por el Historiador de la Ciudad el doctor Eusebio Leal.

Debido a su volumen y dimensiones fue necesario buscar entre los edificios del Centro Histórico uno de planta baja que permitiera ubicar esta maqueta.

El sitio elegido fue el antiguo almacén de la farmacia Taquechel ubicada en la calle Mercaderes 114 por contar con grandes vigas metálicas, una estructura noble y pequeñas aberturas en la cubierta a modo de lucernarios.

La maqueta tiene muchos detalles que permiten contemplar y disfrutar edificaciones entre las que se pueden mencionar: las plazas, casas museos, los parques, las torres altas, las murallas, la Catedral, las calles adoquinadas y sus viviendas, los toldos, las vidrieras de comercios, los carteles y otros aspectos.

En lo alto de las torres, se encuentran los nidos de cigûeña que son los únicos seres vivos representados en la maqueta.

Entre los materiales que se utilizaron para su construcción se encuentran maderas preciosas, acrílico azul que representa el mar, así como cartón y poliespuma.

Esta obra consta de un sistema de iluminación colocado para simular la noche y el día, salida y puesta del sol así como las luces y sombras de la ciudad.

El sistema integra sonidos como el canto de los pájaros y otros propios de la ciudad tales como el rumor de las olas del mar, las campanas de las iglesias y el  disparo del cañonazo de las nueve de la noche.

El creador de esta maqueta fue Orlando Martorell, quién realizó esta obra en tres años de labor. Graduado de la Escuela superior de Artes y Oficios de La Habana Martorell era maquetista, topógrafo y además era conocedor de arquitectura y distintos oficios entre ellos carpintería y encuadernación.