La denominada Avenida de los Presidentes o Calle G es una de las más importantes vías de La Habana, particularmente de la zona del Vedado. Es también una de las más amplias avenidas de la capital cubana. Nace en la Avenida del Malecón y concluye cerca de la Plaza de la Revolución.

A principios del siglo XX era sólo un camino polvoriento, sin aceras ni alcantarillado. En la zona se levantaban unos cuantos palacetes y casonas construidas por opulentas familias.

Algunas de dichas viviendas eran como fincas de recreo en las que había innumerables aves canoras de vistosos plumajes y otras especies de la fauna criolla.

A mediados de la década del veinte se aceleró la urbanización de la zona con el crecimiento del número de edificaciones y el otrora camino polvoriento se fue transformando.

El nombre de Avenida de los Presidentes se debe a que en esta zona se levantaron monumentos a varios de los que ocuparon la presidencia en Cuba.

En la actualidad sólo se conserva uno que fue obra del escultor italiano Giovanni Nicolini. Consta de una exedra de mármol boticino, cubierta por bóvedas de capellanía dura, plataforma, terrazas y escalinata de mármoles de Carrara de distintos colores. Culmina el monumento un conjunto también de mármol.

Este monumento fue erigido en homenaje al presidente José Miguel Gómez. Se halla en una rotonda existente algo más allá de la calle 27, frente al hospital ortopédico “Fructuoso Rodríguez”.

En la década de los años cincuenta en muchos de los terrenos colindantes de esta avenida, que hasta entonces eran patios y jardines de las fastuosas residencias, se fueron construyendo modernos edificios de apartamentos, algunos de ellos de más de diez pisos.

En los años finales del siglo XX en esta avenida capitalina se crearon monumentos a figuras relevantes de América Latina.