En La Habana Vieja, en la calle Mercaderes, entre Tacón y O´Reilly, hay un emblemático y hermoso mural que refleja a un grupo de relevantes personalidades de la Cuba del siglo XIX.

Ese mural fue concluido el 27 de diciembre del 2000. Resultó elaborado por el artista Andrés Carrillo, quien luego de un cuidadoso estudio de la época, personajes históricos y el entorno donde la concibió, la ejecutó siguiendo el proyecto del arquitecto Jaime Rodríguez.

El mural se levantó sobre un polvoriento y desaliñado muro de piedra que afeaba el aspecto de la arteria centenaria, y se halla en lo que fue el otrora palacio del Marqués de Arcos, que fue sede del Liceo Artístico y Literario de La Habana hacia 1844. 

El mural cuenta con una dimensión aproximada de 300 metros cuadrados y está compuesto por 52 paneles.

Se reflejan un total de 67 importantes personalidades de la cultura y nuestra historia patria.                                                                                                     El creador principal de este grandioso mural explicó que, ante todo, estudió durante varios meses distintas obras de historiadores e investigó quiénes integraron el Liceo Artístico Literario, así como el ambiente cultural, político y social que se movía a su alrededor.

Consultó los boletines semanales que publicó el Liceo entre 1844 y 1855. También pudo apreciar una foto de una importante actividad realizada en la institución, los Juegos Florales, en la que se reflejaba a personas cuando llegaban a la edificación.

Entonces escogió un grupo de personalidades de la vida habanera y nacional relacionadas con el Liceo, aunque algunas no las pudo incluir por no haber podido encontrar imágenes acerca de ellos.

También atendiendo a una sugerencia del doctor Eusebio Leal, Historiador de La Habana, incluyó otras personalidades de la historia y cultura cubana aunque no tuvieran una relación específica con el Liceo, ni con la época que se reflejaba, como son los casos de Carlos Manuel de Céspedes, Gertrudis Gómez de Avellaneda, el Obispo Espada, la Condesa de Merlín; Claudio José Domingo, Brindis de Salas y el poeta Plácido.

Sobre los materiales utilizados Andrés Carrillo afirmó que fue una creación totalmente experimental, sin antecedentes en la muralística cubana. Detalló: “Para una pieza de esas dimensiones en exteriores, los tintes tradicionales resultaban efímeros y utilizar cerámica representaba un gasto multimillonario. Jaime Rodríguez Cunill, proyectista general de la obra, me habló de la firma canadiense Durabond. Así encontré el material idóneo. Se llama Stonetex (textura de piedra) y es un revestimiento decorativo para fachadas, compuesto de piedra natural preparada a una granulometría específica y embebida en resina acrílica.”                                                                      En la actualidad este mural de la calle Mercaderes es fuente de atracción para los que visitan La Habana Vieja y son muchos los que se detienen allí para apreciarlo y también se sienten motivados a ser fotografiados teniendo como fondo dicho mural