El declive de la calle 23 que se inicia a un costado del hotel Habana Libre y la sede del Instituto Cubano de la Radio y la Televisión, respectivamente,  el cual se prolonga hasta el malecón habanero, es lo que suele ser conocido en La Habana como La Rampa y constituye la más popular zona de la capital cubana en la actualidad.

Antaño otras calles habaneras gozaron de una gran celebridad, como fueron los casos de las identificadas como Obispo, el Paseo del Prado y la de San Rafael, por tan solo citar algunas.

La Rampa habanera tiene aproximadamente unos quinientos metros de extensión. En este lugar se localizan; un complejo cultural cinematográfico, la sede de varios Ministerios y Organismos Centrales, y el Centro de Prensa Internacional, así como oficinas de diversas firmas cubanas y extranjeras radicadas en La Habana.

Cerca de la Rampa se encuentra la heladería Coppelia y algo más distante la Universidad de La Habana.

Relativamente cerca se localizan otros de los hoteles más significativos de la capital, entre ellos, el Nacional y el Capri, respectivamente.

La notoriedad de la Rampa data de hace algunos decenios. En los años de la década del veinte la zona se caracterizaba por la presencia de furnias y el dueño de las tierras vírgenes se nombraba Bartolomé Aulet.

Se afirma que él tenía una sobrina y cuando ella contrajo matrimonio sin su consentimiento se disgustó e ideó un testamento, que si bien no le privaba de su   cuantiosa fortuna si le impedía tomar posesión de la herencia hasta 1950.

No obstante la mujer logró violar lo establecido en el testamento y las tierras que hoy conforman los alrededores de la popular Rampa capitalina comenzaron a ser vendidas para ser utilizadas por distintas firmas y empresas.

El primer edificio que se construyó en la zona fue para servir de sede a una agencia de automóviles, La Habana-Autos, y después se creó un cabaret llamado Hollywood. Más tarde se creó otro cabaret, el Montmartre.

Después en la actual Rampa se construyó el edificio de apartamentos Alaska que con el decursar de los años sufrió serias afectaciones, lo que motivó su demolición.

Pero La Rampa cobró una singular trascendencia a partir de los años de la década del cincuenta cuando varias agencias publicitarias y algunos medios de comunicación masiva instalaron allí sus oficinas y estudios.

En 1963 La Rampa fue remozada en ocasión de la celebración en La Habana del séptimo Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos que congregó a más de mil 400 delegados de 69 países.

Entonces en las acercas de La Rampa se empotraron obras de creadores plásticos cubanos, entre ellos, Wifredo Lam, Mariano Rodríguez, Amelia Peláez, René Portocarrero, Luis Martínez,  Pedro Sandú, Raúl Martínez y Antonio Vidal.

En total  se pusieron 217 losas  de 77 centímetros por cada lado con dibujos conservados en granito y flejes de bronce.

En 1963 también se inauguró en La Rampa el Pabellón Cuba que ha sido sede de grandes exposiciones y eventos de singular magnitud, tales como encuentros internacionales de las más variadas manifestaciones artísticas.