Una de las edificaciones más antiguas y emblemáticas de La Habana es el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro.

Está situado en un peñasco frente al mar,  en el lado este de la entrada de la bahía del puerto habanero.

Fue creado, junto a las restantes fortalezas, torreones y la muralla, para tratar de preservar la defensa de la capital de la colonia.

Debido a las agresiones de corsarios y piratas y la falta de seguridad de La Habana, el Rey español Felipe II ordenó la construcción de fortificaciones militares en la capital de la colonia.

Desde el siglo XVI donde hoy se levanta el Morro solían situarse vigías. Según explicó el doctor Emilio Roig de Leuchesenring, fundador y director de la Oficina del Historiador de la Ciudad, esto se reflejó en el acta de la sesión del Cabildo habanero celebrada el 30 de abril de 1551.

También el 2 de diciembre de 1563 consta que el gobernador de La Habana había hecho construir en la actual zona donde se halla el Morro una torre que servía para vigilar la presencia de barcos de corsarios y piratas. 

El 27 de junio de 1589 bajo la dirección de Juan Bautista Antonelli y con el apoyo del gobernador Juan de Tejeda se iniciaron las obras de construcción de los castillos San Salvador de la Punta y Los Tres Reyes Magos del Morro, para cerrar junto con el Castillo de la Real Fuerza el primer triángulo defensivo de la ciudad de La Habana.  En 1630 se concluyeron en su totalidad las  fortalezas citadas.

La fortificación de El Morro de La Habana presenta una forma de polígono irregular.  Su construcción siguió la superficie de las rocas, que lo protege del mar embravecido en épocas de ciclones o huracanes puesto que ni olas de 40 metros de altura pueden abatirlo.

De acuerdo a lo detallado por el doctor Roig se compone de tres baluartes unidos por cortinas y un cuartel acamasado.

En lo más angosto  de la punta de esos baluartes tiene un torreón de 12 varas de alto que se utilizaba como punto de vigilancia de las embarcaciones que se avistaban.  El primer alcalde del Morro fue Antonio Sánchez del Toro.

La fortaleza durante más de una centuria cumplió los objetivos para los cuales había sido construida, al rechazar los asaltos de los corsarios y piratas.  No obstante en 1762 no resistió el asedio inglés. En la defensa del Morro murió el jefe de dicha fortaleza Luis de Velasco. 

El 30 de julio de 1762 los ingleses arriaron la bandera española y subieron la británica en el Morro habanero.

Tras ser recuperada La Habana en 1763 por España se comenzaron a reconstruir las fortalezas existentes en la ciudad, especialmente El Morro que había quedado bastante afectado producto del ataque inglés. Pero desde entonces los cañones del Morro han estado en silencio.

En el Morro de La Habana existe un faro que fue inaugurado en diciembre de 1844. Fue obra del ingeniero  francés Agustín Fresnell.

El Fanal Fresnell, como suele ser conocido, consta de una lámpara mecánica con un sistema de lentes prismáticos y espejos reflectores.

Esos lentes giran de manera uniforme y emiten dos destellos, relámpago de luz, cada 15 segundos y con un alcance de 33 millas náuticas.