El Museo del Perfume se localiza en la calle Mercaderes, número 156, entre Obrapía y Lamparilla, en La Habana Vieja.

Fue inaugurado el 9 de febrero del 2000. Muestra al visitante 12 fragancias naturales extraídas de hojas, flores y tallos de plantas.

Posee un saloncito presidido por una larga mesa, que ocupada por múltiples frascos de vidrio, morteros de diferentes tamaños, pesas y balanzas, deviene en laboratorio.

Allí varias especialistas pulverizan o maceran hojas, tallos y flores para luego mezclarlas con alcohol, agua destilada y en ocasiones algunas gotas de esencias naturales.

Estos productos se comercializan en este centro y también se venden frascos y joyas en forma de dije (alhaja o joya pequeña que se lleva colgando de una cadena o una pulsera), cascabeles, azabaches y perfumadores, tal cual lo utilizaron distinguidas señoras.

Oler es inherente al funcionamiento del organismo humano, pues sin respirar no se puede vivir, pero si al entorno se le agrega el aroma que necesita el individuo para contrarrestar su dolencia, entonces se propicia su curación. 

Las esencias florales pueden incidir positivamente en determinados estados emocionales causantes de enfermedades. Por ejemplo, si la persona está decaída o melancólica, una colonia de naranja, mandarina ó limón, puede levantar el ánimo.

(Foto tomada del sitio www.opushabana.cu)