1809.  Nace en La Habana Gabriel de la Concepción Valdés.

Resultó conocido con el seudónimo de Plácido.

Fue  fusilado en Matanzas por las autoridades españolas el  28 de junio de 1844 al ser acusado de hallarse vinculado a una conspiración.

Su activa vida social atrajo las suspicacias de las autoridades españolas. Una noche fue conducido a prisión de manera inesperada, pero fue puesto en libertad gracias a gestiones de uno de sus admiradores. A fines de 1840 regresó a Matanzas.

En 1842 hizo su segundo y último viaje a la provincia de Las Villas. En abril, al regresar de Santa Clara fue detenido y remitido a la cárcel de Trinidad. Aunque no pudo comprobarse su supuesta actividad conspirativa, permaneció en prisión durante más seis meses. Ya libre, regresó a Matanzas a fines de noviembre de 1843.
Poco tiempo disfrutaría de libertad, pues fue detenido nuevamente el 30 de enero de 1844, acusado de ser uno de los supuestos jefes de la conspiración que luego fuera denominada «de la Escalera». En un proceso amañado, carente de garantías, fue sentenciado a morir fusilado por la espalda, junto con otros diez acusados.

1866.  Falleció en La Habana Ramón Zambrana Valdés.

Nació en territorio habanero el 9 de julio de 1817. Comenzó la carrera de medicina en 1833. Realizó los estudios teóricos – prácticos en los hospitales de San Ambrosio y de Caridad de San Felipe y Santiago. En 1839 se graduó de Bachiller en Medicina y Licenciado en Cirugía. Años más tarde, exactamente el 9 de diciembre de 1846, se convirtió en el primer cubano en recibir el título de Doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad de La Habana. Como cirujano auxiliar mostró su habilidad y talento lo que le valió ser honrado con el cargo de Síndico Administrativo.

En las páginas del Repertorio Médico Habanero, la primera revista científica cubana especializada en medicina, puso de manifiesto la necesidad de crear la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, proyecto que luego se llevó a cabo en el año 1861. A través de su existencia alcanzó un gran prestigio como protagonista de varias primicias en la historia de la medicina cubana.

1923.  Se realizó en La Habana la Protesta de los Trece.

En la entonces Academia de Ciencias Físicas, Médicas y Naturales de La Habana, donde actualmente tiene su sede el Museo “Carlos J. Finlay” en la Habana Vieja, se realizaba un acto de homenaje a la escritora uruguaya Paulina Luisi, organizado por el Club Femenino de Cuba. Cuando el ministro del gobierno cubano Erasmo Regueiferos iba a comenzar a hablar el joven Rubén Martínez Villena lo interrumpió para denunciar públicamente un sucio negocio relacionado con la venta del convento de Santa Clara de Asís. El gobierno cubano había gestionado la adquisición de dicho convento por la suma de dos millones 300 mil pesos, precio excesivamente alto, lo cual pretendía encubrir otro turbio negocio.

Después que Villena interrumpiera trece jóvenes intelectuales cubanos firmaron una protesta que reflejó la repulsa del pueblo a la corrupción existente en esferas del gobierno.

Los nombres de los otros firmantes además de Villena, fueron: José Antonio de Castro, Calixto Masó, Félix Lizaso, Alberto Lamar, Francisco Ichaso, Luis Gómez Wangüemert, Juan Marinelo Vidaurreta, José Zacarías Tallet, José Manuel Acosta, Primitivo Cordero, Jorge Mañach, José Ramón García.

1958. Fue  asesinado en La Habana el luchador clandestino Sergio González López, el Curita.

Nació el 29 de octubre de 1921 en la zona del  poblado de  Aguada de Pasajeros, en la entonces provincia de Las Villas. Desde muy joven empezó a ayudar a su familia en labores de la finca. Radicado en La Habana entró a estudiar en el Seminario San Carlos y San Ambrosio, pero no los concluyó. Posteriormente empezó a laborar en la empresa norteamericana que controlaba los tranvías en La Habana, donde participaba activamente en las luchas sindicales. En esa época ingresa en el Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo.

En 1953 al conocer la noticia del asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, toma conciencia de la necesidad de desarrollar la lucha armada para combatir al régimen dictatorial existente en el país. Comienza a participar en actividades clandestinas en La Habana y en varias ocasiones fue detenido.

En febrero y la etapa inicial de marzo de 1958 trabajó intensamente en la preparación de la huelga revolucionaria. El 18 de marzo resultó detenido en un apartamento de la calle K entre 21 y 23 en el Vedado. Fue cruelmente torturado y finalmente asesinado y al día siguiente su cadáver, junto al de Bernandino García Santos y Juan Borrell, apareció en la carretera de Vento y Calzada de Boyeros en la capital cubana.