Con una vida breve pero fecunda, falleció cuando sólo tenía 44 años, Moisés Simons Rodríguez fue una gran figura de la música cubana en la etapa inicial del siglo veinte. Su nacimiento tuvo lugar  en La Habana , el 24  de agosto de 1890. Llegó a sobresalir por su labor como compositor, pianista y director de orquesta. Él  fue hijo de un músico vasco nombrado Leandro Simons. Desde muy pequeño se vinculó con la música.  Desde los cinco años empezó a estudiar música bajo la atención directa de su padre.

Cuando era un adolescente comenzó a tocar el órgano en las actividades que se realizaban en la iglesia del barrio de Jesús María, en La Habana.  Con posterioridad cuando tenía 15 años, empezó a realizar estudios más rigurosos con otros relevantes profesores de música. Algún tiempo después Moisés Simons trabajó como pianista y director musical de compañías líricas. También fue director de la Orquesta del teatro Martí y participó en los estrenos de numerosas zarzuelas, revistas y comedias líricas, muchas de cuyas obras serían de su inspiración.

Más allá de su labor específica como músico Simons realizó estudios del folklore cubano. Igualmente colaboró como crítico musical en diferentes periódicos y revistas, así como participó en la musicalización de varias películas. En la década de los años 30 dirigió una orquesta jazz band. Introdujo precisamente en este tipo de agrupación musical el ritmo del danzón. Simons también desempeñó durante algunos años el cargo de Presidente de la Asociación de Solidaridad Musical de Cuba y fungió como director técnico de la Sociedad de Conciertos Típicos de nuestro país.

Como compositor puede decirse que muchas de sus creaciones alcanzaron gran popularidad tanto en Cuba como en el extranjero. Entre sus obras más populares sobresalen El Manisero, Chivo que rompe tambor, ambas son pregones, y la  canción habanera Marta. Particularmente una de sus creaciones  llegaría a convertirse en una especie de símbolo de cubanía, me refiero al pregón titulado El Manisero, un son pregón  que creó en 1928 y  que fuera interpretado y grabado inicialmente  por Rita Montaner, artista cubana que por su calidad, versatilidad y otras características llegaría a ser calificada como la Única. Moises Simons falleció el  28 de junio de 1945 en Madrid, capital de España.