Creado el 6 de junio de 1961 los órganos y estructura que conforman el Ministerio del Interior (MININT) cumplen funciones de seguridad ciudadana y de establecimiento del orden interior.

Desde la etapa de la lucha revolucionaria contra la dictadura batistiana comenzaron a organizarse los futuros pilares que contribuirían después a garantizar la defensa de la Revolución.

Tras la victoria revolucionaria en 1959 se disolvieron en el país los cuerpos represivos de la tiranía  y comenzó a funcionar la Policía Nacional Revolucionaria.

Ya desde esa etapa inicial se hizo evidente contar con un órgano adecuado que sirviera para enfrentar los planes agresivos que contra Cuba y su Revolución comenzaron a llevarse a cabo.

Así el 26 de marzo de 1959  se creó el Departamento de Seguridad del Estado, comúnmente conocido como G2.

En el transcurso de poco tiempo se produjeron sabotajes, acciones vandálicas, planes de asesinatos de los dirigentes de la Revolución y de modo muy especial a Fidel, y hasta una invasión mercenaria, todo ello hizo que Cuba tuviera que dedicar grandes recursos humanos y materiales para poder descubrir a tiempo y desarticular dichos planes agresivos.

En  tal sentido a partir de 1961 con la estructuración del Ministerio del Interior y su consecuente desarrollo Cuba ha logrado contar con un gran bastión que garantiza su seguridad.

Los miembros del Ministerio del Interior han actuado en coordinación con diversos sectores del pueblo y con otros organismos para garantizar la defensa de la Revolución y el derecho del pueblo cubano a que se respeten sus intereses y se garantice en el país una vida tranquila y ordenada.

Un gran número de integrantes del MININT,  como suele ser identificado por el pueblo, en el desarrollo de sus funciones en forma anónima han tenido que enfrentarse a situaciones extremadamente difíciles, algunos incluso hasta han entregado sus vidas en el cumplimiento de misiones  o en el enfrentamiento directo contra terroristas y delincuentes.

Acerca del Ministerio del Interior y de la labor realizada por sus miembros en el transcurso de más de seis decenios Fidel hizo alusión en varias ocasiones.

Recordamos al respecto que él llegó a exponer en un discurso que pronunció en La Habana el 16 de junio de 1965 que en la Revolución las tareas son muy diversas y todas tienen su importancia, pero algunas son más visibles, tienen más relieve.

Explicó que en muchos frentes se ve el esfuerzo, se ve el resultado, se ven los frutos y añadió que hay otros frentes de la Revolución que en cambio no resultan fáciles esos momentos culminantes y que, sin embargo, es un trabajo que se realiza día a día incesantemente, preñado de sacrificio, de heroísmo; del heroísmo ese callado de los hombres que, en el cumplimiento de su deber, bien sea un miembro de la Seguridad del Estado, bien sea un compañero que vigila el tránsito, bien sea un compañero que trabaje en el Departamento de Incendios, o compañeros que guardan el orden público, o compañeros que se infiltran en las filas de los enemigos y que tienen por tanto la amarguísima tarea de pasar por contrarrevolucionarios para servir a la Revolución.

Fidel detalló que por el tipo de tareas que desempeñan los hombres y las mujeres que en este organismo de la Revolución trabajan, necesariamente deben ser hombres y mujeres de entre los mejores de nuestro pueblo; de entre los más revolucionarios y los más firmes.

Significó: “La firmeza, la convicción revolucionaria, es un requisito esencial en este caso. Y en realidad podemos decir que esas características abundan en un grado muy alto entre los compañeros que trabajan en este frente de la Revolución, y gracias a eso han sido muchas las victorias obtenidas contra el enemigo, han sido muchos los éxitos logrados.”

Fidel igualmente señaló que esta institución, como institución revolucionaria que es, lucha contra el enemigo a través de métodos realmente revolucionarios y que es deber de la Revolución no solo descubrir y desmantelar o aniquilar las organizaciones o los actos del enemigo; es deber también prevenirlos.

Expuso que esta institución, que se enfrenta a esas actividades y se enfrenta de una manera enérgica, también realiza otras muchas actividades de extraordinario interés social.

Y el 6 de junio de 1971, igualmente en La Habana, al conmemorarse el décimo aniversario de la creación del Ministerio del Interior, Fidel resaltó:

“El cúmulo de tareas y la importancia que constituyen el contenido de trabajo del Ministerio del Interior es tal, que no resulta fácil sintetizarlas en pocas palabras. 

“Nosotros queremos señalar, en primer término, que los compañeros del Ministerio del Interior libran incesantemente, día a día, hora por hora, minuto por minuto, una lucha incesante.”

 “Una lucha incesante contra un enemigo que no da tregua en ningún sentido, tanto en el campo de la actividad práctica como en la actividad ideológica: es el imperialismo, es la contrarrevolución.”

Y en esa ocasión también detalló algo esencial que se ha mantenido y fortalecido a través de los años:

“Pero quiero añadir algo que caracteriza la función del combatiente del Ministerio del Interior en nuestra sociedad, que la diferencia radicalmente de las funciones que en el pasado desempeñaban los agentes de orden y la policía.  En el pasado esas actividades, emanadas de una situación social determinada, en que el orden significaba el orden de los explotadores, las leyes de los explotadores, los intereses de los explotadores, y en que las actividades de todo tipo estaban vinculadas con la represión del pueblo, el pueblo miraba con antipatía al policía, al agente de orden; en realidad los miraba con temor y con desprecio.  La falta absoluta de identidad entre la función de unos y los intereses de otros producían esta insoluble contradicción. 

El pueblo, incluso, de una manera instintiva, muchas veces prestaba colaboración a los individuos que estaban fuera de la ley; y en ocasiones sin considerar si eran actividades corrientes, comunes, delictivas, o eran actividades políticas.  Las funciones de los agentes del orden tenían que realizarse a través de métodos violentos, mediante torturas, mediante confidencias, mediante colaboración asalariada de personas que incluso se ganaban la vida brindando información. 

Con el triunfo de la Revolución se crean condiciones enteramente nuevas, con el triunfo de la Revolución se establece una identificación entre la policía y el pueblo, una identificación entre la policía y las masas, una identificación de intereses tanto en lo político como en lo social, una identidad de intereses tanto en la lucha contra el enemigo imperialista, tanto frente a los enemigos de la Revolución ideológicamente y prácticamente, como frente a los enemigos de la ley común, los enemigos del orden, los enemigos de las leyes por motivaciones de cualquier tipo.  Esa identificación se produce en todos los órdenes.”

Y en torno a ello igualmente precisó: ¿En qué consiste el poder de la Revolución?  ¿En qué consiste la fuerza avasalladora de la Revolución?  Precisamente en esa identificación absoluta entre los órganos de poder revolucionario y el pueblo, entre los órganos de poder revolucionario y las masas revolucionarias.  De ahí deriva la fuerza y la solidez de nuestro Estado socialista, de ahí deriva su fortaleza, su capacidad de acción frente al enemigo; de ahí deriva prácticamente su invencibilidad.”

Lo expuesto por Fidel tiene una vigencia extraordinaria en las actuales circunstancias cuando contra Cuba incluso con tecnologías y métodos más sofisticados los enemigos de la Revolución pretenden fomentar la división del pueblo cubano, fomentan la guerra mediática en las plataformas digitales  y en tal sentido difunden campañas en forma sistemática contra nuestro país.