Raúl Castro con el pie en el estribo y la misma decisión de Baraguá
Este 3 de junio se celebra el aniversario de 93 del natalicio del General de Ejército Raúl Castro Ruz, destacado luchador contra la dictadura batistiana y después un prestigioso dirigente de la Revolución Cubana.
En 1953 Raúl formó parte de los jóvenes que secundaron a Fidel Castro en el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, en la entonces provincia de Oriente. Raúl específicamente integró el grupo que ocupó el Palacio de Justicia de Santiago de Cuba.
Desde esa edificación los que formaban parte del grupo en el que se hallaba Raúl se percataron que no había sido posible tomar la fortaleza militar por sorpresa y que se había generalizado el enfrentamiento entre los soldados de la dictadura y el grupo de combatientes revolucionarios.
Transcurrido algunos minutos cuando se hizo evidente que sería imposible vencer la resistencia de los soldados que además de hallarse protegidos por las instalaciones del cuartel contaba con armas superiores y una mayor cantidad de hombres, el pequeño grupo que se hallaba en el Palacio de Justicia trató de salir de la edificación y fueron interceptados por fuerzas de la dictadura batistiana.
Pero gracias a la firmeza de Raúl que se lanzó y controló al jefe de los soldados de la tiranía pudieron salir de ese lugar.
Varios días después Raúl fue apresado y posteriormente sometido a juicio. Fue condenado a 13 años de cárcel y fue enviado hacia el Presidio Modelo de Isla de Pinos.
En ese presidio se mantuvo con entereza, en unión de Fidel y otros combatientes, hasta el 15 de mayo de 1955, cuando la dictadura batistiana se vio forzada a decretar una amnistía general sin lograr que los combatientes revolucionarios encarcelados claudicaran en sus principios.
Y al salir de la prisión Raúl, de hecho, patentizó su decisión de proseguir de inmediato la lucha contra el régimen dictatorial, pero la persecución a que fue sometido lo obligó a asilarse en la embajada de México y luego a trasladarse a dicho país.
A mediados de julio de ese año se volvió a encontrar con Fidel que igualmente había viajado a México, después de haber reestructurado el Movimiento 26 de Julio en La Habana y creada su Dirección Nacional.
Tras un período de intensa preparación Raúl sale de México hacia Cuba a bordo del pequeño yate “Granma” el 25 de noviembre de 1956 formando parte del grupo conformado por 82 expedicionarios los que estaban dirigidos por Fidel.
Desembarca el 2 de diciembre al igual que el resto de los expedicionarios por una zona cercana a la Playa Las Coloradas, en la costa sur de la entonces provincia de Oriente
Tres días después los combatientes revolucionarios fueron atacados en forma sorpresiva por los soldados batistianos en la zona de Alegría de Pío. Esto provocó una gran dispersión y sólo un número reducido de expedicionarios pudieron eludir la persecución de los soldados de la dictadura.
Precisamente Raúl marchó al frente de un pequeño grupo de cuatro combatientes hasta que el 18 de diciembre, gracias a la colaboración de campesinos de la zona e integrantes del Movimiento 26 de julio en la provincia de Oriente, logró reencontrarse con Fidel en el lugar conocido por Cinco Palmas, en Purial de Vicana.
No obstante ser en ese momento un grupo extremadamente reducido y contar con muy pocas armas Fidel ratificó su decisión de proseguir la lucha y su convicción de que podía alcanzarse la victoria. Y Raúl también lo apoyó.
En el transcurso de 1957 Raúl participó en forma activa en los enfrentamientos que fue sosteniendo la tropa rebelde con los efectivos de la tiranía batistiana en la Sierra Maestra.
Ya al iniciarse el año 1958 Raúl tenía el grado de Capitán del Ejército Rebelde.
Después de haber obtenido una importante victoria en la batalla de Pino del Agua, ocurrida el 16 de febrero del año citado, Fidel decidió ampliar el radio de acción del Ejército Rebelde.
Entonces ascendió al grado de Comandante a Raúl y a Juan Almeida, respectivamente, y les encomendó la dirección de dos nuevos frentes.
Raúl atendió el denominado Segundo Frente Oriental “Frank País” que mucho contribuyó al desarrollo de la guerra que finalmente culminó con la desarticulación de la dictadura batistiana.
Al producirse la fuga de Cuba del dictador Fulgencio Batista el primero de enero de 1959, Raúl, al frente de sus hombres ocupó el cuartel Moncada y unas horas después entró Fidel a la ciudad de Santiago de Cuba y sostuvo un emotivo encuentro con el pueblo.
Todavía no se había consolidado el triunfo revolucionario a nivel nacional porque elementos reaccionarios en La Habana habían hecho una maniobra que fue derrotada cuando Fidel a la vez que ordenaba no detener la ofensiva de los combatientes rebeldes llamó al pueblo a decretar una huelga general revolucionaria.
Fidel entonces salió al frente de la Caravana de la Libertad hacia La Habana y Raúl se quedó en Santiago de Cuba atendiendo la función de Jefe Militar de la provincia de Oriente.
Posteriormente asumió la Jefatura de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire de la República y el 16 de octubre de 1959 al crearse el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) fue designado su Ministro.
En el transcurso de los siguientes años simultaneó sus funciones como Ministro de las FAR con responsabilidades en la Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), y más tarde en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, que en 1965 adoptó el nombre de Partido Comunista de Cuba.
Precisamente en octubre de ese año al constituirse el Comité Central del Partido Comunista de Cuba resultó electo Segundo Secretario del Partido lo cual fue ratificado en los congresos de la organización.
En 1976 al crearse los Órganos del Poder Popular en el país Raúl fue elegido diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y el 3 de diciembre de ese año fue electo Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
El 31 de julio de 2006, ante problemas de salud que confrontó el Comandante en Jefe Fidel Castro, asumió Raúl de manera temporal la presidencia de los Consejos de Estado y de Ministros así como el liderazgo del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
El 24 de febrero de 2008 fue electo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba.
Raúl fue reelecto para un segundo mandato en febrero de 2013, responsabilidad que desempeñó hasta el 19 de abril de 2018.
Durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril de 2011, Raúl fue electo Primer Secretario del Comité Central del Partido.
Ya desde el 31 de agosto de 2006 Fidel, en su Proclama al pueblo de Cuba[ había delegado en Raúl las funciones de Primer Secretario del Comité Central del Partido, pero él mantuvo su condición de Segundo Secretario reiterando en varias ocasiones el liderazgo y ejemplo de Fidel.
Y en el 2011 al asumir la máxima responsabilidad en el Partido, Raúl precisó: “En lo que a mí respecta, asumo mi última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida: defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista.”
En el 2016 fue ratificado como Primer Secretario en el VII Congreso del Partido.
El 16 de abril de 2021 se inicia en La Habana el octavo congreso del Partido. En la parte final del Informe Central presentado al magno evento partidista Raúl detalló: "En lo que a mí se refiere, concluye mi tarea como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba con la satisfacción del deber cumplido y la confianza en el futuro de la Patria, con la meditada convicción de no aceptar propuestas para mantenerme en los órganos superiores de la organización partidista, en cuyas filas continuaré militando como un combatiente revolucionario más, dispuesto a aportar mi modesta contribución hasta el final de la vida
"Nada me obliga a esta decisión, pero creo fervientemente en la fuerza y el valor del ejemplo y en la comprensión de mis compatriotas y que nadie lo dude, que mientras viva estaré listo, con el pie en el estribo, para defender a la Patria, la Revolución y el Socialismo.”
Desde entonces como líder histórico de la Revolución y como Diputado el General de Ejército Raúl Castro, Héroe de la República de Cuba, continúa dando su aporte al desarrollo y defensa de la Revolución y de la causa del socialismo en nuestro país.
Él ha ratificado, de manera fehaciente, que mantiene el pie en el estribo en la defensa y desarrollo de la Revolución.
En determinadas ocasiones, reiteramos como líder histórico de la Revolución, Raúl ha expuesto consideraciones significativas en lo que respecta a cómo encarar los retos actuales que tiene ante sí Cuba y su pueblo y lo que debe hacerse para continuar fortaleciendo la Revolución y el socialismo.
Precisamente el primero de enero de 1959 en ocasión de festejarse el aniversario 65 del triunfo de la Revolución, Raúl destacó en la parte inicial del discurso que pronunció en Santiago Cuba: “Muchos han sido los retos y desafíos que hemos tenido que enfrentar para llegar hasta aquí; pero ha valido la pena, la obra de la Revolución y sus conquistas sociales, aun en medio de las dificultades, así lo corroboran.
Para Fidel ha sido el primer pensamiento de los cubanos en esta histórica conmemoración, especialmente aquí, en la heroica ciudad de Santiago de Cuba que atesora sus inmortales restos, y también para todos los caídos en el noble propósito de alcanzar y preservar la independencia de la patria.
También Raúl en ese significativo momento de nuestra historia patentizó: “Y mientras mayores sean las dificultades y los peligros, más exigencia, disciplina y unidad se requieren. No una unidad alcanzada a cualquier precio, sino la basada en los principios que tan certeramente definió Fidel en su reflexión del 22 de enero de 2008, y cito: “Unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias, a los que se llega mediante debates y análisis. Unidad significa la lucha común contra anexionistas, vendepatrias y corruptos que no tienen nada que ver con un militante revolucionario”. Y agregó otra idea esencial: “Debemos evitar que, en el enorme mar de criterios tácticos, se diluyan las líneas estratégicas e imaginemos situaciones inexistentes”.
“Así es nuestra unidad, que no surgió por arte de magia, que hemos construido entre todos de forma paciente, ladrillo a ladrillo. En la Revolución Cubana ha tenido cabida cada patriota sincero, con el único requisito de estar dispuesto a enfrentar la injusticia y la opresión, a trabajar en bien del pueblo y a defender sus conquistas.”
Raúl resaltó que la Revolución dignificó a Cuba y a los cubanos y que el concepto mismo de poder asumió una dimensión nueva cuando la política dejó ser feudo de una élite y todo el pueblo se convirtió en protagonista de su destino.
Y detalló seguidamente:
“Por eso tenemos que defender y llevar adelante esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes.
La historia nos ha enseñado con creces a dónde conducen la resignación y el derrotismo. No nos limitemos a resistir. Vamos a salir de estas dificultades, como lo hemos hecho siempre, ¡combatiendo!, con la misma decisión de Baraguá, del Moncada, del Granma, de Girón y con las firmes convicciones que nos inculcó el Comandante en Jefe.
“Esto se traduce hoy en trabajar más y sobre todo hacerlo bien. Es nuestro compromiso con la gloriosa historia de la patria y el mejor homenaje a los caídos.”
En esta fecha de tanto significado puedo afirmar que nuestro mayor orgullo y satisfacción es haber estado junto a Fidel en cada momento de alegría, indignación o tristeza; haber aprendido de él la importancia decisiva de la unidad; a no perder la serenidad y la confianza en el triunfo por insalvables que parezcan los obstáculos poderosos de los enemigos o grandes los peligros; a aprender y sacar fuerzas de cada revés hasta transformarlo en victoria.