El Día del Trabajador de la Cultura
En Cuba desde hace años como homenaje al joven poeta Raúl Gómez García, quien participo en el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, se instituyó el 14 de diciembre como el Día del trabajador de la cultura.
Se le rinde así otro significativo homenaje en el aniversario de su natalicio a quien ha sido calificado como el Poeta de la Generación del Centenario.
Raúl Gómez García además de participar en la acción realizada en Santiago de Cuba, exactamente integró el grupo encabezado por Abel Santamaría que ocupó el hospital Saturnino Lora, frente a la parte trasera del cuartel Moncada, fue el creador del poema titulado Ya estamos en combate en el que patentizó la disposición de los jóvenes revolucionarios que dirigidos por Fidel Castro realizarían los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, respectivamente.
A Raúl Gómez García también Fidel le encomendó redactar un Manifiesto que se tenía previsto que fuera trasmitido por una emisora de Santiago de Cuba inmediatamente que se lograra controlar la fortaleza militar para explicar y hacerle a su vez un llamamiento al pueblo con el objetivo de llevar adelante una insurrección popular armada.
En el emotivo poema elaborado por Gómez García se detalló:
Ya estamos en combate,
Por defender la idea de todos los que han muerto
Para arrojar a los malos del histórico Templo,
Por el heroico gesto de Maceo,
Por la dulce memoria de Martí.
En nuestra sangre hierve el hado azaroso
De las generaciones que todo lo brindaron,
En nuestros brazos se alzan los sueños clamorosos
Que vibran en el alma superior del cubano
Ya estamos en combate.
Raúl Gómez García nació en 1928 en Güines, que entonces formaba parte de la provincia de La Habana. Sus padres precisamente eran nativos de ese poblado aunque residían en la capital cubana.
Ya desde la etapa de su niñez tras haber ocurrido la muerte de su padre, Raül empezó a residir en Guiñes en unión de su madre y demás familiares y no es hasta cuando cumple 14 años que vuelve a vivir en La Habana y matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza.
En 1947 por su actitud patriótica ante la caótica situación que padecía Cuba iba a ser expulsado del centro estudiantil y fue entonces que su hermano César logró que se trasladara hacia el Instituto de la Víbora, donde concluyó el bachillerato en el curso 1947-1948 con buenos resultados académicos.
Entonces empezó a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Habana pero sólo curso dos años ya que al estar trabajando a su vez como maestro sustituto en el Colegio Baldor apreció que su verdadera vocación era la Pedagogía.
Por esa época ingresa en la sección juvenil del Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo. Se relaciona de modo directo con la tendencia más radical de los jóvenes de esa organización.
Cuando se produjo en Cuba el 10 de marzo de 1952 el golpe de estado de Fulgencio Batista reacciona indignado y condena ese vandálico hecho.
Incluso elaboró un manifiesto "Revolución sin Juventud" en el que denuncia a los usurpadores del poder, pero no logró que ningún periódico lo publicara.
Con posterioridad con Abel Santamaría y otros compañeros participa en la edición de un boletín titulado Son los mismos y después empezó a formar parte del grupo de jóvenes revolucionarios que se relacionaron con el también joven abogado Fidel Castro para llevar adelante la lucha revolucionaria.
Precisamente por su actitud de enfrentar a la dictadura batistiana Raül resultó separado de la escuela Baldor.
Entonces continúa escribiendo poemas patrióticos, varios de ellos inspirados en José Martí, versos de amor, artículos y además participa en entrenamientos para estar en condiciones de dar su aporte en alguna acción en el futuro inmediato.
El viernes 24 de julio de 1953 sale de su casa en La Habana y le comenta a su madre que no regresaría a dormir. Se trasladó entonces hacia Santiago de Cuba.
En la madrugada del 26, en la identificada como Granjita Siboney, situada en la zona denominada así, a unos 14 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, donde se concentraron los que participarían en el asalto al cuartel Moncada, Fidel lee el vibrante Manifiesto que Gómez García había redactado por instrucciones suyas y finalmente el propio poeta recitó unas estrofas de su obra "Ya estamos en combate".
Raúl Gómez García fue designado para integrar el grupo que bajo la dirección de Abel Santamaría ocupó el hospital civil Saturnino Lora.
No obstante haber fallado la toma por sorpresa del cuartel “Moncada” en unión de los demás combatientes, incluido las dos mujeres, Haydée Santamaría y Melba Hernández, se mantuvieron allí combatiendo hasta que se le agotaron las balas.
No pudo salir del hospital porque los soldados de la dictadura habían rodeado la edificación y con excepción de uno de los combatientes que pudo pasar inadvertido gracias a la solidaridad de un veterano de la guerra por la independencia de Cuba en el siglo XIX que se hallaba ingresado y lo hizo pasar por su nieto, todos fueron capturados y trasladados hacia el cuartel Moncada.
En el trayecto hacia esa instalación militar resultó asesinado el medico integrante de los combatientes revolucionarios Mario Muñoz.
En el cuartel Raül también fue sometido a torturas y finalmente asesinado. Tenía entonces 25 años. Con su firmeza hizo valedero lo que había patentizado en su poema Ya estamos en combate, en el que aseguró:
Por nuestro honor de hombres ya estamos en combate
Pongamos en ridículo la actitud egoísta del tirano
Luchemos hoy o nunca por una Cuba sin esclavos
Sintamos en lo hondo la sed enfurecida de la Patria
Pongamos en la cima del Turquino la Estrella Solitaria.