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publicado el 27/11/2023

Mariana Grajales: Símbolo de la mujer cubana

Mariana Grajales ocupa un lugar relevante  en la  historia  de Cuba. Cuando se inicia en 1868  la guerra por la independencia de Cuba ella no solo insto a su esposo  e hijos  a dar su aporte sino que también no obstante ya tener 60 años dejó  su hogar para ir hacia las zonas rurales y dar su aporte a la causa de la liberación de su tierra natal del dominio colonial español.

En el transcurso de la guerra con heroísmo singular afrontó la caída en combate de varios de sus seres queridos, entre ellos su esposo y algunos de sus hijos.

Su firmeza de madre revolucionaria se reflejó en forma elocuente y simbólica en un gesto que se recoge en la historia de Cuba.  Su hijo  Antonio Maceo  resultó gravemente herido en un enfrentamiento con soldados españoles.

Al contemplar la camilla en la que se encontraba su hijo se viró hacia el más pequeño de sus descendientes que no tenía 15 años y le gritó: “¿Y tú, muchacho, empínate a pelear como tus hermanos, a defender la Patria...”

José Martí tuvo la posibilidad de conocer y apreciar la sensibilidad y a la vez la firmeza patriótica de Mariana Grajales.



Y acerca del hecho anteriormente citado él llegó a exponer en uno de los trabajos publicado en el periódico “Patria”:   “¿No estuvo ella de pie, en la guerra entera, rodeada de sus hijos? ¿No animaba a sus compatriotas a pelear, y luego, cubanos ó españoles, curaba a los heridos? ¿No fue, sangrándole los pies, por aquellas veredas, detrás de la camilla de su hijo moribundo, hecha de ramas de árbol?”

Y agregó en el citado trabajo: “¡Y si alguno temblaba, cuando iba a venirle al frente el enemigo de su país, veía a la madre de Maceo con su pañuelo a la cabeza, y se le acababa el temblor!”

En 1878 después de concluida la guerra de los diez años Mariana Grajales salió rumbo a Jamaica dispuesta a seguir la lucha y a continuar apoyando a sus hijos y a los demás patriotas cubanos.

En todo momento allí se mantuvo atenta a la situación de Cuba y alentó a todos aquellos que deseaban reanudar la lucha  por la independencia de su tierra natal.

En la confianza plena de que se alcanzaría  la libertad de Cuba transcurrieron los últimos años de su fecunda existencia. Mariana Grajales el 27 de noviembre de 1893.

A los pocos días de haberse producido  el fallecimiento de Mariana en una carta que le envió José Martí a Antonio Maceo, fechada el  15 de diciembre de 1893, le expresó: “Su madre ha muerto, En Patria digo lo que me sacó del corazón la noticia de su muerte: lo escribí en el ferrocarril, viniendo de agenciar el modo de que le demos algún día libre sepultura, ya que no pudo morir en su tierra libre: ése, ese oficio continuo por la idea que ella amó, es el mejor homenaje a su memoria. Vi a la anciana dos veces, y me acarició y miró como a un hijo, y la recordaré con amor toda mi vida.”

Además en un trabajo publicado en “Patria”, el 6 de enero de 1894, Martí volvió a resaltar las cualidades de la madre de los Maceo al expresar: “Que había en esa mujer, qué epopeya y misterio había en esa humilde mujer, qué santidad y unción hubo en su seno de madre, qué decoro y grandeza hubo en su sencilla vida, que cuando se escribe de ella es como de la raíz del alma, con suavidad de hijo, y como de entrañable afecto.”

Y agregó al evocarla teniendo en cuenta su dimensión histórica:  “Así queda en la historia, sonriendo al acabar la vida, rodeada de los varones que pelearon por su país, criando a sus nietos para que pelearan.”

En ocasión de cumplirse el aniversario130 de su fallecimiento Mariana Grajales sigue con la  fuerza de su ejemplo, su amor por  Cuba a y su sensibilidad como mujer y como  madre sigue siendo un símbolo para los cubanos y de  modo muy especial para las  mujeres.

En diferentes lugares de  Cuba existen monumentos erigidos en su homenaje.

En Santiago de  Cuba sus restos reposan en el área patrimonial del Cementerio Santa  Ifigenia, en Guantánamo se localiza la Plaza de la Revolución   que se identifica con su nombre y en La Habana, por  tan sólo citar estos tres lugares amanera de ejemplo, hay una estatua en el parque que comprende el área de las calles  23, 25, C y D, en el Vedado, municipio Plaza de la Revolución.

La escultura evoca el instante que Mariana al conocer la noticia que su hijo Antonio había sido herido de gravedad se viró hacia su descendiente más pequeño y lo manda a que se empine para que también siga la senda de sus hermanos en la guerra por la independencia de Cuba.

Una tarja al pie del monumento erigido a la ilustre heroína destaca dos apelativos supremos Madre y Patria.

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