155 años del inicio de la Guerra por la Independencia de Cuba
El 10 de octubre es una de las Fechas Nacionales de Cuba. Ese día en 1868 en la finca Demajagua, en el actual territorio de la oriental provincia de Granma, Carlos Manuel de Céspedes y un grupo de patriotas iniciaron la guerra por la liberación de Cuba del dominio colonial español.
En ocasión de la fecha, al hablar el 10 de octubre de 1968, el máximo líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, en la velada solemne que tuvo por sede la finca Demajagua con motivo del centenario de ese gran acontecimiento, destacó el simbolismo de esa fecha que marcó, de hecho, el comienzo de un proceso revolucionario que ha servido de fuente de motivación para el pueblo y que ha continuado desarrollándose en la actualidad con la existencia de la Revolución.
Fidel señaló en la fecha citada que en Cuba solo ha habido una Revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el diez de octubre de 1868 y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes.
Expuso además que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, simbolizó la dignidad y la rebeldía de un pueblo —heterogéneo todavía— que comenzaba a nacer en la historia.
Acerca de lo acaecido en la Demajagua el 10 de octubre de 1868 también José Martí señaló en forma simbólica en un discurso que pronunció en Nueva York en esa fecha en el año 1887:
“Los misterios más puros del alma se cumplieron aquella mañana de la Demajagua, cuando los ricos, desembarazándose de su fortuna, salieron a pelear, sin odio a nadie, por el decoro, que vale más que ella: cuando los dueños de hombres, al ir naciendo el día, dijeron a sus esclavos: “¡Ya sois libres!”.
Desde antes del 10 de octubre de 1868 un grupo de patriotas residentes en Bayamo y en otros lugares del territorio oriental cubano habían estado intercambiando opiniones con vistas a llevar adelante la guerra por la independencia de Cuba.
Más allá de los diversos criterios que se exponían finalmente se acordó iniciar el levantamiento el 14 de octubre de 1868. Pero las autoridades españolas tuvieron información al respecto acerca de esto y el 7 de octubre el Capitán General envió un telégrafo a Bayamo, ordenando la prisión de Carlos Manuel de Céspedes y otros patriotas.
Por suerte esa comunicación fue conocida por un bayamés relacionado con Céspedes y se lo informó al respecto. Fue así como Céspedes decidió adelantar la fecha del inicio de la sublevación.
Al amanecer del 10 de octubre de 1868 ya en la finca Demajagua había más de treinta patriotas que estaban dispuestos a seguir a Carlos Manuel de Céspedes en lo referido a desencadenar la guerra. Entonces él llamó a sus esclavos, les anunció que les concedía la libertad y los invitó a que lo secundaran.
Seguidamente dio lectura al Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba, dirigido a sus compatriotas y a todas las naciones, detallando las causas de la lucha que iniciaba y proclamó los dos principios básicos que serían sus banderas de combate: la independencia de Cuba, y la igualdad de todos los hombres.
Después de ese día Céspedes se mantuvo en la finca Demajagua. En este lugar recibió a otros patriotas que también decidieron incorporarse a la lucha. En la madrugada del domingo 11 de octubre salió de la finca con unos 200 hombres, muy pocos con armas de fuego. Fue hacia la sierra de Naguas, considerada por él y sus colaboradores más inmediatos, como un sitio adecuado para esperar la incorporación de otros grupos de alzados en varios lugares.
Después se dirigieron hacia el poblado de Yara, situado a 19 kilómetros al este de Manzanillo y unos 35 al oeste-suroeste de Bayamo.
Céspedes en vez de iniciar de inmediato el ataque al poblado envío dos de sus oficiales para ultimar la rendición del Capitán de la guarnición española. Éste atemorizado aceptó, pero ya avanzaba hacia el lugar una columna española, que entró y se posesionó del poblado antes que los insurrectos pudieran percatarse de ello.
Los soldados se emboscaron en la iglesia y portales de la plaza pública, y recibieron con descarga de fusilería al confiado grupo mal armado de patriotas que llegaban dando gritos de “Viva Cuba Libre”.
Ello provocó la dispersión de los luchadores independentistas cubanos. Sólo quedaron once hombres unidos a Céspedes. Uno de ellos exclamó muy angustiado que todo estaba perdido. Entonces Céspedes le respondió con energía y convicción:
“Aún quedan doce hombres y bastan para hacer la independencia de Cuba”.
No obstante el costoso revés sufrido en el intento de lograr la ocupación del poblado de Yara, Céspedes mantuvo en alto su decisión de continuar la guerra. En el transcurso de varios días durante la segunda decena del mes de octubre de 1868 se fue reorganizando la tropa rebelde, a la cual se sumaron otros patriotas interesados igualmente en dar su contribución al empeño de lograr que Cuba se liberara del yugo colonial español que la había oprimido durante más de tres siglos.
Entonces se previó ocupar Bayamo.
Desde el día 18 de octubre comenzó el enfrentamiento con los soldados españoles. La toma de Bayamo se logró el día 20. Entonces los habitantes de la ciudad recibieron jubilosos a los luchadores independentistas y Pedro (Perucho Figueredo), creó la letra de la marcha que él había concebido desde 1867, que resultó coreada por el pueblo bayamés.
Esa marcha se convirtió años después en el actual Himno Nacional de Cuba.
La guerra iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 se prolongó durante casi diez años, hasta 1878. Fueron diversos los combates y batallas.
La guerra no concluyó con la independencia de Cuba ni la abolición de la esclavitud. Ante el Pacto del Zanjón promovido por España en 1878 sobresalió la digna y firme actitud de Antonio Maceo quién realizó el 15 de marzo de 1878 la Protesta de Baraguá.
La guerra de los Diez Años después tuvo su continuidad histórica en el propio siglo XIX y en el XX hasta que se logró alcanzar la verdadera independencia de Cuba con el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959 encabezada por Fidel.
A partir de ese instante el mayor y sistemático homenaje a los iniciadores de la guerra por la independencia en 1868 ha sido, precisamente, la existencia y desarrollo de la Revolución, y la decisión del pueblo cubano de garantizar su defensa.
Al cumplirse el aniversario 155 de ese gran acontecimiento de la historia de Cuba cabe recordar igualmente la vigencia y simbolismo de lo detallado por Fidel el 10 de octubre de 1968 cuando aseguró:
“Nuestra Revolución, con su estilo, con sus características esenciales, tiene raíces muy profundas en la historia de nuestra patria. Por eso decíamos, y por eso es necesario que lo comprendamos con claridad todos los revolucionarios, que nuestra Revolución es una Revolución, y que esa Revolución comenzó el 10 de Octubre de 1868.”
Autor: Grupo de Contenido del Portal del Ciudadano / Infocap Habana