En Cuba ha habido personas que a veces con una simple frase, o un grupo de ellas, se han convertido en figuras carismáticas. Así durante algunos años el pueblo cubano supo apreciar las cualidades de un meteorólogo que al participar en el noticiero de televisión  para informar acerca del pronóstico y el estado del tiempo iniciaba su intervención con la frase “con mucho afecto los saludo” y solía concluir detallando  “como siempre les deseo lo mejor” o con este sencillo pero significativo deseo “que la dicha y el buen tiempo siempre estén junto a ustedes.” 

Esto lo acostumbraba decir el prestigioso meteorólogo  cubano Armando Lima Ojitos. Su nacimiento había tenido lugar el 11 de septiembre de 1949 en La Habana. Graduado de Licenciatura en Meteorología en 1973 empezó a trabajar ese mismo año en el Departamento de Pronósticos del Instituto de Meteorología. Se desempeñó como especialista en Sinóptica y obtuvo muy buenos resultados. También impartió clases de esta disciplina tanto en Cuba como en Nicaragua.  En el año 2000 terminó con éxito la Maestría en Ciencias Meteorológicas y posteriormente comenzó el proceso de preparación para obtener el Doctorado.

Fue reconocido y admirado por sus compañeros de labor por su profesionalidad, entrega al trabajo y sus condiciones humanas. Recibió importantes condecoraciones, entre ellas las distinciones Rafael María de Mendive, Tomás Romay y la Félix Elmuza. Armando Lima Ojitos se ganó el  respeto y cariño de los cubanos por esa manera tan sencilla, profesional y a la vez jovial de dar el parte del tiempo a través de la televisión nacional. Incluso aún cuando el pronóstico anticipara posibles lluvias intensas, tormentas eléctricas o un calor sofocante él no dejaba de trasmitir cierta tranquilidad con la sonrisa que le caracterizaba y con las frases que acostumbraba a detallar en sus intervenciones.

Con gran sentido del humor él acogió cuanta broma o caricatura le hicieran acerca de su modo de expresarse y brindar sus análisis sobre el estado del tiempo y por ende en ocasiones hasta fue invitado a participar en diferentes programas de televisión ó en el teatro en los que los humoristas cogían a su persona como blanco de sus bromas. Y Lima con la sencillez que le era característica los premiaba con una sonrisa al apreciar a quienes intentaban imitarlo.

Armando Lima Ojitos tuvo una vida relativamente breve. Falleció el 12 de agosto de 2005, a causa de un paro cardíaco, cuando se hallaba hospitalizado preparándose para ser intervenido quirúrgicamente. Tenía entonces tan  sólo 55 años. Se fue prematuramente de la vida, pero su obra e imagen han quedado grabado en la memoria de los cubanos como el meteorólogo de la eterna sonrisa, ese que siempre deseaba lo mejor.