
Slavador Allende: El gran amigo de Cuba, de Fidel y de la Revolución
El 11 de septiembre de 1973 el doctor Salvador Allende se convirtió en todo un símbolo cuando con entereza permaneció en el Palacio Presidencial de Chile dispuesto a morir en defensa de los intereses de su pueblo, que lo había elegido unos años atrás, en 19 al ofrecer su voto mayoritario en las elecciones efectuadas en su país.
Ese día fuerzas reaccionarias ametrallaron y llevaron a cabo el asalto al citado para perpetrar un golpe de estado.
Nacido en la ciudad de Valparaiso el 26 de junio de 1908 con el decursar de los años mientras cursaba estudios universitarios asumió responsabilidades como dirigente estudiantil y su pensamiento fue incorporando definiciones conceptuales y teóricas que le sirvieron para ir caracterizando la personalidad política que le acompañaría hasta la muerte.
Por sus ideas políticas y entrega total a la causa de los explotados, Allende llegó a ser calificado como un peligroso agitador, y hecho prisionero durante el desborde represivo desencadenado por el régimen de turno existente en Chile a mediados de los años 30 de la pasada centuria.
Posteriormente sus dotes de conductor y líder le llevaron a fundar y asumir la dirección de varias organizaciones progresistas, entre ellas el Bloque de Izquierdas.
Esta alianza estaba dotada de un profundo contenido histórico que sirvió de base para la causa popular y el desarrollo de la nación chilena, y fue el antecedente inmediato del Frente Popular, que contribuyó al acceso de Allende a la Cámara de Diputados, en 1937.
Igualmente participó en la fundación de las Milicias Socialistas y asumió la Secretaría General del Partido Socialista.
Fue electo varias veces diputado y candidato a la presidencia del país, cargo que ocupó finalmente en 1970.
Allende fue un gran amigo de Cuba y un gran admirador de la Revolución cubana y de su máximo líder Fidel Castro.
En febrero de 1959, a menos de dos meses de haberse producido en Cuba el triunfo revolucionario Allende visitó La Habana y departió con Fidel.
Con posterioridad él visitó Cuba en otras ocasiones. De manera muy especial compartió con Fidel en 1971 cuando éste realizó una visita a Chile, ya en la etapa que Allende era el Presidente de dicho país.
También fue muy emotivo un año después un nuevo encuentro de Allende con el pueblo cubano.
En diciembre de 1972 fue recibido en forma multitudinaria por los habitantes de La Habana y habló posteriormente en un acto de amistad celebrado en la Plaza de la Revolución José Martí.
También Fidel pronunció un emotivo discurso en esa oportunidad y al referirse específicamente a los vínculos mantenidos por Allende con Cuba, su pueblo y la Revolución, enfatizó: “Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero llegó a Cuba fue Salvador Allende, que ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país.
Al revés de otras “personalidades”, que se consideraban a sí mismas “democráticas”, “revolucionarias” —entre comillas— e incluso “progresistas”, y que antes de la Revolución decían tener algunos vínculos afectivos con el pueblo de Cuba, pero que por ser esta Revolución demasiado profunda para estar al alcance de los timoratos, y por ser menos todavía una revolución tolerable por el imperialismo, renegaron de su amistad con la Revolución Cubana, el compañero Salvador Allende le otorgó a nuestro proceso una confianza ilimitada y su amistad más firme.
Por eso nosotros hemos recibido en estos días —y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario acto— al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país y que uno de sus primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo y al luchador, al revolucionario que al frente de los destinos de su país libra una dura y difícil batalla por consolidar su independencia y para llevar adelante el proceso revolucionario frente a la resistencia de los oligarcas y reaccionarios y frente a las conjuras y las maniobras arteras del imperialismo yanqui, de ese mismo imperialismo que nosotros conocemos tan sobradamente bien, de ese mismo imperialismo sobre el cual ustedes repiten incesantemente que hay que darle duro.”
En ocasión de cumplirse el aniversario 50 del artero golpe de estado en Chile y la muerte de Salvador Allende, este gran amigo, este prestigioso luchador revolucionario, sigue presente en la historia de Cuba y de América en general.
En Cuba y de manera específica en La Habana se le rinde simbólicamente homenaje a Salvador Allende. Su nombre identifica en la actualidad de manera oficial una de las principales avenidas de la capital cubana, así como un gran centro hospitalario y también en la calle G ó Avenida de los Presidentes se le refleja en un bello monumento, obra de la escultora chilena Mónica Bonster.
En dicha obra escultórica la figura de Allende se levanta sobre una base envuelto en una bandera chilena cuyos pliegues procuran dar la idea de que vuelan al viento. Se presenta a Allende con uno de sus brazos en alto, en señal de saludo ó como si estuviera dirigiéndose al pueblo.