MARÍA ÁLVAREZ RÍOS
María Álvarez Ríos, quién falleció en La Habana el 6 de diciembre del 2010 a los 91 años, fue una destacada musicóloga, compositora y pianista.
Su nacimiento tuvo lugar el 5 de junio de 1919, en Tuinicú, en la entonces provincia de Las Villas.
Realizó sus estudios primarios en la ciudad de Sancti Spíritus, y los secundarios y universitarios en La Habana y en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, donde adquirió el grado de Doctora en Música.
Además de haber dedicado gran parte de su vida a la música, también colaboró con diferentes publicaciones. Fue autora de obras de teatro, con las que obtuvo importantes premios.
También creó y dirigió grupos musicales infantiles y se desempeñó como profesora de música.
Incursionó, además, en el campo de la poesía y realizó las funciones como traductora de obras dramáticas, óperas, operetas y canciones.
Fue autora de partituras para la escena y canciones infantiles. Igualmente poemas de José Martí, Nicolás Guillén y Félix Pita Rodríguez.
Escribió un gran repertorio de canciones para el programa de música de educación primaria y secundaria del Ministerio de Educación de Cuba
Ella dirigió el estreno de veintiocho obras para la celebración del Año del Centenario del Danzón (Un siglo de Danzón) y compuso la música para un ballet basado en El Principito.
María Álvarez Ríos se caracterizó por su sencillez. Ella más bien resultaba ser silenciosa ó sencillamente empleaba frases breves para exponer sus consideraciones con una voz muy dulce.
Resultó ser muy justa en los señalamientos críticos que hacía y utilizaba las palabras precisas y adecuadas. Era muy firme en la defensa de los principios.
Más allá de su obra como compositora algo que la distinguió fue su dedicación a la formación de niños dentro del ámbito musical en nuestro país.
Con tal objetivo creó y desarrolló durante muchos años un taller de creación infantil que identificó como Meñique.
Más allá del acople de voces, de la colocación de las manitas en el piano, de la medición de pasos y movimientos en el escenario, estaba lo otro, lo fundamental: esa hermosa relación de respeto mutuo lograda entre los niños; la ruptura de toda diferencia de sexo, raza, belleza o condición social y la asimilación del arte como un escalón en el crecimiento humano.
Igualmente María Álvarez Ríos dio su aporte en otras esferas de la cultura nacional, principalmente en la música de teatro, en paneles instructivos en los años iniciales de la televisión, en las traducciones de óperas italianas al español y en meticulosas investigaciones.
Su extenso catálogo de música incluye obras de teatro, tres comedias musicales, la música pedagógica para todos los niveles de piano, canciones con textos de destacados poetas cubanos y de otros lugares del mundo.