ANIVERSARIO 70: La significación histórica del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes (II)
En el mes de enero de 1953 se produce en la capital cubana una serie de hechos que patentizan la creciente repulsa del pueblo al gobierno tiránico impuesto por Fulgencio Batista.
En estas demostraciones también participan muchos de los jóvenes que meses después fueron protagonistas de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
El 10 de enero la dirección de la Federación Estudiantil Universitaria devela un busto de Julio Antonio Mella, frente a la escalinata de la Universidad de La Habana, en homenaje al destacado líder estudiantil, en el aniversario de su asesinato.
Varios días después, exactamente el 15 de enero de 1953, al percatarse los estudiantes universitarios que el busto de Julio Antonio Mella había sido manchado con chapapote por un grupo de elementos reaccionarios, salieron en una multitudinaria manifestación de protesta.
Entonces las fuerzas militares de la dictadura atacaron a los estudiantes y catorce de ellos fueron heridos, entre ellos Rubén Batista quién falleció en el hospital Calixto García tras veintiocho días de agonía. Fidel fue en varias ocasiones hasta el centro hospitalario.
También en enero de 1953 un gran número de los jóvenes que ya se encontraban directamente relacionados con Fidel al formar parte de células del movimiento clandestino que se había creado para luchar contra la dictadura batistiana ponen de manifiesto su disciplina y combatividad al participar en el homenaje que le tributan los estudiantes universitarios y el pueblo de La Habana en general a José Martí en ocasión de cumplirse el centenario de su natalicio.
El día 27 en horas de la noche participaron en la Marcha de las Antorchas que se inició frente a la escalinata de la Universidad de La Habana y culminó en la Fragua martiana, donde Martí padeció el trabajo forzado en las Canteras de San Lázaro durante su etapa como presidiario político.
Al día siguiente muchos de ellos con Fidel al frente igualmente se destacaron por su marcialidad y dinamismo en el desfile popular que se realizó desde la universidad habanera hasta el Parque Central donde se halla una gran estatua de José Martí.
Después Fidel decidió que los integrantes del Movimiento no estuvieran en ninguna otra acción pública para evitar que llamaran la atención de los cuerpos represivos de la dictadura y que ello pusiera en peligro o frustrase el plan que se estaba concibiendo para desencadenar la lucha contra el régimen batistiano.
El 10 de marzo de 1953, al año de haberse producido el golpe de estado, Fulgencio Batista supone que había consolidado su estancia en el poder. Los politiqueros burgueses seguían debatiéndose en riñas o coqueteaban con el dictador para tratar de recuperar en algo las posiciones perdidas. Pero en contraposición a estas actitudes, los integrantes del Movimiento organizado por Fidel siguen preparándose para la lucha.
Ya para esta fecha se necesitaba contar con fondos para poder sufragar diversos gastos. El movimiento tenía ante si el reto de conseguir dinero por medios propios y fueron sus integrantes los que en gesto de sacrificio y abnegación daban sus modestos y decisivos aportes. Incluso hubo quienes hasta vendieron sus equipos y herramientas de trabajo.
Y es que en la medida que se comenzaba a concebir la acción que se podía llevar a cabo, resultaba imprescindible conseguir armas y otras cosas indispensables.
Los integrantes del movimiento entregaban lo que podían sin saber nada con respecto al plan que se estaba concibiendo con meticulosidad y absoluta discreción y que no fue de su conocimiento hasta pocas horas antes de producirse el asalto a las fortalezas militares de Santiago de Cuba y Bayamo el 26 de julio de 1953.
Aproximadamente desde el mes de abril de 1953 se comienza a tratar de encontrar un lugar adecuado en Santiago de Cuba para que sirviera de acuartelamiento a los combatientes que participarían en el asalto al cuartel Moncada. Con ese objetivo Fidel Castro viajó a Santiago de Cuba.
En unión de Ernesto Tizol recorrió distintas zonas cercanas a la ciudad santiaguera. Fue así como cuando transitaban rumbo a la playa Siboney detectaron una pequeña finca identificada como Villa Blanca. Entonces hicieron contacto con un vecino de la granjita y averiguaron quién era su dueño y donde podían localizarlo. Fidel le pidió a Tizol que fuera a verlo directamente. Al principio el propietario de la granjita se negó a alquilarla.
Tizol le informó a Fidel sobre el resultado de su gestión, pero a su vez le contó que en la conversación sostenida con el propietario de la granja éste le había mencionado una persona que él conocía que se dedicaba a la cría de pollos y que podía tratar nuevamente de convencerlo señalándole su interés por adaptar la finca con ese fin. De esta manera Tizol volvió a entrevistarse con el propietario de la granjita y logró que aceptara la propuesta, aunque le planteó que tenía que entregarle seis meses de adelanto a razón de cien pesos mensuales. Entonces hubo que buscar ese dinero con prontitud.
Tras haber conseguido el alquiler de la granjita, la que después en la historia suele ser identificada como Granjita Siboney, situada a unos 14 kilómetros de Santiago de Cuba, unas semanas antes de realizarse el asalto al cuartel Moncada, Fidel encargó a Abel Santamaría que se trasladara hacia dicha finca con el fin de aparentemente adaptarla cómo si realmente allí se fuera a fomentar la cría de pollos.
Abel cumplió a cabalidad la misión que le fuese encomendada, incluso ni el propio vecino más cercano de la granjita logró sospechar nada. Después poco a poco fueron llegando allí algunos paquetes que contenían armas y uniformes de los integrantes del ejército batistiano, que se utilizarían por los que participarían en el asalto al cuartel Moncada para confundir a los soldados que estarían en la posta de entrada y poder penetrar en la instalación militar.
El único contacto que tenía Abel en Santiago de Cuba era con el joven Renato Guitart, a través de quién Fidel había podido obtener una información necesaria sobre el cuartel Moncada.
El 26 de julio Renato formó parte del grupo comando que llegó a la posta del cuartel Moncada y en el enfrentamiento con los soldados falleció.
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