José Martí aseguró que los niños son la esperanza del mundo y también precisó que la juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y del ímpetu.

Estos conceptos expuestos por Martí se hacen realidad en el período revolucionario en Cuba cuando los niños, adolescentes y jóvenes, no sólo son beneficiarios de la obra de todo un pueblo sino también ellos intervienen en diversas actividades y tareas de la sociedad en su conjunto.

Así, por ejemplo sucedió en fecha reciente cuando se realizó el proceso de elección de los diputados que integrarán la próxima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Los niños y adolescentes también participaron de ese proceso al custodiar simbólicamente  las urnas en los respectivos colegios electorales, mientras que centenares de miles de jóvenes, una parte de ellos por primera vez al haber arribado a la edad establecida, fueron a depositar su voto. Incluso también varios jóvenes fueron elegidos como Diputados.

Y es que a los integrantes de esos grupos etáreos, desde la etapa inicial de la Revolución Cubana, se les ha tenido en cuenta como expresión de la confianza en las nuevas generaciones que han sido, son y serán, los continuadores de la obra revolucionaria.

Precisamente en Cuba existen organizaciones que representan y agrupan a los niños, adolescentes y jóvenes. Y dos de esas organizaciones surgieron en similar fecha, el 4 de abril, aunque con un año de diferencia.

Ese día, en 1961, fue constituida en La Habana la organización de pioneros que años después incorporó el nombre de “José Martí”, y en 1962, igualmente en el día señalado, en la clausura del Primer Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, que había sido creada en octubre de 1960, a propuesta del máximo dirigente de la Revolución Cubana Fidel Castro, se decidió que la organización se transformara en la Unión de Jóvenes Comunistas.

En el transcurso de varios decenios los que participaron en los eventos citados, y los que conformaron la membresía de dichas organizaciones en sus años iniciales, ya muchos de ellos son abuelos y sienten el orgullo de  que sus hijos y nietos igualmente se hayan enriquecido desde el punto de vista espiritual dando su aporte como pioneros y jóvenes comunistas, y algunos incluso desempeñen en la actualidad importantes responsabilidades a nivel nacional, provincial y municipal en el Partido, el Gobierno, en Ministerios, Organizaciones de masas y sociales, en empresas y otras instituciones y entidades.

Se cumple este 4 abril el aniversario 62 de la Organización de Pioneros “José Martí” y el aniversario 61 de la Unión de Jóvenes Comunistas (Ujotace) organizaciones que en su constante quehacer aportan mucho a la formación y desarrollo de las nuevas generaciones de cubanos, cuestión que resulta algo esencial para garantizar la continuidad de la Revolución.

Y a lo patentizado por Martí también resulta válido recordar lo que sobre los niños y jóvenes expusiera el máximo líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro en las varias intervenciones que realizó en la clausura de congresos de los pioneros y de los jóvenes comunistas y en otros actos.

Fidel señaló el 4 de abril de 1962:

 “A nosotros nos ha correspondido el privilegio o el derecho de empezar a hacer esa Revolución, a nosotros nos ha correspondido la oportunidad de comenzar.  A ustedes sí que les corresponderá el privilegio de llevarla adelante.”

Y también resaltó en esa ocasión:

“Creer en los jóvenes determina una conducta, y la conducta de nosotros, dirigentes revolucionarios, no sería la misma; si no tuviésemos fe en los jóvenes, si no creyésemos en los jóvenes, nuestra conducta y nuestra actitud sería distinta; nuestro trabajo con los jóvenes sería distinto y los resultados, de no creer o de creer, serían también muy distintos.” 

Y más adelante planteó:

“Creer en los jóvenes es ver en ellos además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la patria, fe en la patria!, ¡amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos!, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas". 

Fidel igualmente dijo que creer en la juventud es ver en la juventud la mejor materia prima de la patria y es ver en esa juventud los dignos continuadores de la obra revolucionaria.

 “Creer en la juventud –enfatizó- es ver en ellos la generación del mañana, una generación mejor que nuestra propia generación, una generación con muchas más virtudes y muchos menos defectos que las virtudes y los defectos de nuestra propia generación"

“Porque creemos en los jóvenes, es porque tenemos una determinada actitud ante los jóvenes.”

Ya en 1976 en ocasión de conmemorarse el aniversario 15 de la organización de pioneros y el 14 de la Unión de Jóvenes Comunistas Fidel también expuso las siguientes consideraciones:

“Hoy se habla de dirigentes de la Juventud Comunista que eran pioneros. En el futuro tendrá que hablarse cada vez más de ello, porque los pioneros de hoy son los jóvenes comunistas de mañana y los pioneros de hoy serán los futuros militantes del Partido Comunista de Cuba. Y si se habla hoy de dirigentes de la Juventud que eran pioneros, en el futuro tendrá que hablarse de dirigentes del Partido que fueron una vez pioneros.

“En la organización de pioneros se empieza a formar el hombre revolucionario, se empieza a formar el hombre comunista.”

Y el primero de noviembre de 1991 al clausurar el primer congreso de los pioneros, que se caracterizó por un amplio y constante diálogo entre los infantes participantes en el evento con Fidel y otros dirigentes de la Revolución, él puntualizó:

“En el mundo los niños no hablan ni tienen donde hablar, como no sea en su casa o en el parque. En una asamblea no hablan, ¿dónde hay asambleas de niños y adolescentes? En un congreso no hablan, ¿dónde hay congresos de pioneros? En el nuestro hablan, y no solo hablan con toda la libertad que se pudiera concebir —y yo quisiera ver qué dicen de eso los que hablan de democracia entre unas enormes comillas; aquí no solo se habla con toda la libertad que pueda concebirse, repito—, sino que todos hablan.”

Más adelante enfatizó:

“Los que creemos en el ser humano, los que creemos en la sociedad humana y sus capacidades de perfeccionamiento, los que creemos en la virtud y en la bondad del ser humano, los que no nos dejamos envenenar el alma por las excepciones, o por los malos ejemplos, o por las cosas mezquinas; los que no confundimos el oro con el lodo, tenemos que sentirnos alentados realmente de tanto oro (…)”

“Nos sentimos alentados porque vemos a un pueblo capaz de estar a la altura del extraordinario momento histórico que estamos viviendo, y lo hemos visto no sólo a través de nuestro congreso, lo hemos visto a través de ustedes y eso nos da fuerza, nos da estímulo, nos da confianza, nos da seguridad en el porvenir.”