La Protesta de Baraguá un símbolo de entereza del pueblo cubano
Declarado Monumento Nacional, Mangos de Baraguá es un sitio de gran significación histórica en Cuba muy directamente asociado con la vida y labor del gran luchador independentista Antonio Maceo y Grajales.
Mangos de Baraguá se encuentra ubicado en el territorio de la actual provincia de Santiago de Cuba.
Allí el 15 de marzo de 1878 Antonio Maceo en unión de otros luchadores independentistas realizó lo que se ha conocido como la Protesta de Baraguá.
En una entrevista sostenida con el general español Arsenio Martínez Campos que pretendía hacer que se acatase la Paz del Zanjón, firmada algo más de un mes antes por un grupo de cubanos participantes en la guerra de los Diez Años, Maceo patentizó que no aceptaba dicha paz sin que ello significase la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud.
En la historia de Cuba ha quedado la trascendencia de la Protesta de Baraguá, como uno de los hechos más significativos de la guerra y como expresión genuina de la entereza de Antonio Maceo y del pueblo cubano.
José Martí incluso comentó el significado que le atribuyese a la Protesta de Baraguá en una carta que le escribió a Antonio Maceo el 25 de mayo de 1893, en la que le expresó: “Precisamente tengo ante los ojos “La Protesta de Baraguá” que es de lo más glorioso de nuestra historia.”
Igualmente el máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro trató con respecto a la vida y obra de Antonio Maceo y de manera muy específica calificó de un hecho histórico trascendental a la Protesta de Baraguá realizada por el bravío luchador independentista.
En ocasión de celebrarse el acto por el centenario de la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1978, en el mismo sitio donde había ocurrido ese acontecimiento, Fidel destacó:
Lo que sí puede afirmarse es que con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y que las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto.”
Después de haber concluido la entrevista de Maceo con el general español Martínez Campos, y haberse éste marchado, los patriotas cubanos se reunieron y aprobaron lo que históricamente ha sido identificado como la Constitución de Baraguá que contenía seis artículos en los que se fijaron los objetivos independentistas y las normas organizativas.
En el artículo primero se señaló que la Revolución se regiría por un Gobierno Provisional compuesto por cuatro integrantes.
Los 104 oficiales participantes en la reunión que tuvo lugar en la Sabana de San Juan de Coronel Abajo eligieron como presidente del Gobierno provisional al mayor General Manuel Calvar. A Antonio Maceo lo nombraron jefe militar de Oriente.
Pese a la digna y combativa actitud de Maceo y sus seguidores la lucha independentista no pudo mantenerse en esos momentos durante mucho tiempo por las difíciles condiciones en que se desenvolvería atendiendo a la falta de recursos y apoyo y la tremenda superioridad que tenía el enemigo.
Entonces se decidió que Maceo saliera hacia el exterior para que pudiera seguir prestando en otro instante más propicio su valiosa contribución a la causa por la independencia de Cuba.
Varios lustros después de haberse realizado en Mangos de Baraguá los hechos anteriormente citados, en 1895, tras reanudarse la guerra por la independencia de Cuba, desde ese histórico sitio Antonio Maceo partió el 22 de octubre al frente de una columna invasora que recorrió en el transcurso de unos tres meses una gran parte del territorio cubano.
La invasión concluyó el 22 de enero de 1896 en el poblado de Mantua en la provincia más occidental de Cuba, Pínar del Río.
Durante su transitar por Cuba los luchadores independentistas recorrieron más de dos mil 360 kilómetros, participaron en más de 25 combates, ocuparon 22 poblados, unos por medio del asalto y otros por la capitulación inmediata de las fuerzas españolas, y también más de 2 000 fusiles, millares de balas, múltiples caballos y otros equipos.
Estos y otros muchos hechos han enriquecido a través del tiempo la historia de Cuba que ha tenido como premisa estar a la altura de los hombres y mujeres que en distintas etapas supieron simbolizar la entereza y firmeza que caracteriza a nuestro pueblo.
Al recordar y rendir homenaje a los protagonistas de esos acontecimientos históricos hoy los cubanos reafirman de manera concreta y cotidiana su disposición de encarar los nuevos retos y tareas a realizar para darle continuidad a la obra emprendida por generaciones anteriores y contribuir al desarrollo constante y a la defensa de Cuba.